Tal vez fuese taboo, tal vez, pero ayer fue la primera vez que 
oficialmente se habló (M. Olivier Blanchard) de que esta crisis es de 
diez años (http://economia.elpais.com/economia/2012/10/03/actualidad/1349276121_492489.html).
 Uds. ya lo han leído aquí: históricamente las crisis sistémica han 
tenido una duración de entre diez y doce años, y esta lo es. Pero aún no
 se ha llegado al final de la evolución: cada economía, dice el 
economista jefe del FMI, debe buscar su propio camino para reducir su 
deuda; pienso que no, ya saben, que tendrá que ser de forma coordinada, 
pero aún no hemos llegado aquí. Diez años: parece que ya no es taboo.
 Otro taboo: aún: las pensiones de jubilación contributuvas
 Dato: entre el 2002 y el 2011, en euros corrientes, el volumen total de
 las pensiones de jubilación contributivas se ha incrementado el 75,13%,
 en nueve años. Si se cumple la cifra presupuestada para el 2013 lo hará
 el 87,06%.
 Dato: en España, a día de la fecha, hay 8,9 millones de pensionistas.
 Dato: la esperanza de vida en España es la más elevada de Europa: en el
 2011, 84,8 años las mujeres y 78,9 los hombres, 81,87 de media.
 Dato: España ha firmado con sangre que va a cumplir unos compromisos 
presupuestarios, y, en cualquier caso, toda la UE menos dos países 
(caerán) ha firmado un déficit estructural del -0,5% en el 2020.
 Dato: la economía española no crece: las últimas previsiones del FMI 
para España, que alcanzan hasta el 2017, apuntan a que el reino va a 
crecer menos del 2% anual, crecimiento imprescindible para que la 
economía española genere empleo neto.
 Bien. Si España no crece no genera ocupación y el desempleo, el 
subempleo y la economía informal continuarán aumentando, lo que llevará a
 una caída de las cotizaciones sociales. El Estado puede ir utilizando 
el fondo de reserva de las pensiones, pero el límite a esta política es 
su agotamiento. Y otras vías quedan cerradas por los compromisos de 
déficit, máxime teniendo en cuanta a la velocidad con que está creciendo
 la deuda pública en España.
 La esperanza de vida está cayendo: en el 2011 se redujo 0,08 años, y 
aunque su velocidad de caída se irá incrementando a medida que las 
coberturas sanitarias vayan cayendo, no cabe esperar, salvo catástrofes,
 rápidas reducciones en los próximos años. Y ello en un escenario en el 
que la población pensionista crecerá.
 La pregunta taboo que nadie formula, que nadie menta, que ningún debate
 saca a la luz, que ningún político aborda, es, ¿y qué va a pasar con 
las pensiones?.
 Pienso que en el límite existen dos posibilidades posibles:
- El Estado, a quien no pueda continuar trabajando, le garantiza un subsidio mínimo decreciente en función de unas recaudaciones que cada vez serán menores porque cada vez menos factor trabajo será necesario, y que esas personas que no pueden trabajar que se espabilen y apañen como puedan, bien conformándose con su progresiva miserización, bien porque tengan un patrimonio acumulado que les brinde una rentabilidad grande o pequeña, bien porque sus descendientes le acojan, bien porque continúen desempeñando tareas marginales en nichos residuales de la economía informal.
 - El Estado deja de pagar cualquier prestación y la población que no puede obtener ningún tipo de renta emprende un camino parecido al que decidió tomar el personaje de Sol en el film Soylent Green (Richard Fleischer, 1973).
 
 La realidad siempre es tozuda. El hecho de que no se formule la 
pregunta no va a suponer que no llegue lo que la pregunta supone. Pienso
 que este tema debe dejar de ser taboo y debe ser abordado. Pero ya. 
Entre otras razones porque mis alumnos ya me están realizando esta 
pregunta: ‘Cuando estemos trabajando, ¿por qué vamos a tener que cotizar
 si no vamos a poder cobrar ninguna pensión?’. Los políticos no se 
enteran y parece que algunos expertos tampoco.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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