El de hoy parece el título de una peli, y es que pienso que los
presupuestos que el Gobierno presentó el pasado Jueves se parecen mucho a
una peli.
Veamos. Como saben el dato megasuperfundamental de cualquier
presupuesto es la evolución que se espera van a tener los ingresos, es
decir, en el caso de un Estado y para sus presupuestos anuales, el
crecimiento que se estima va a tener la economía el próximo año porque
ese es el padre de los ingresos públicos con que se va a tener que pagar
el gasto público sea este de la cuantía que sea.
Pues bien, ese dato megasuperfundamental que el Gobierno ha tomado para
confeccionar esos presupuestos es pura economía ficción, pero de la
mala. El Gobierno ha elaborado los presupuestos del reino para el 2013
suponiendo que el crecimiento del PIB de España en ese año va a ser del
-0,5%, cuando eso no lo comparte absolutamente nadie.
La CEOE, ¡la CEOE!, prevé el -1,6%; el BBVA el -1,4%; el FMI el -1,2%, y
eso lo dijo el 26 de Julio, veremos que dice esta semana cuando
publique unas previsiones que Mme. Lagarde ya dijo que serían peores;
¿seguimos?, Funcas el -1,5%. Es decir, los presupuestos del 2013
elaborados por el Gobierno están suponiendo un ‘crecimiento’ entre el
doble y el triple de lo que se ha dicho que va ser. (¿Qué pienso yo?,
que va a ser incluso más bajo porque en el 2013 todas las economías en
general y la economía española en particular van a sufrir los efectos de
la quimioterapia que desde ya se va administrar a fin de atajar el
cáncer que la está afectando).
Bien, más decrecimiento, menos actividad económica, y menos ingresos
públicos, luego si todo apunta a que los ingresos van a ser menores que
los presupuestados, el pacto de sangre sellado con los mercados vía
Frankfort y Bruselas para alcanzar -4,5% de déficit en el 2013 no se va a
cumplir … a no ser que nuevos recortes se añadan a los recortes el
Viernes anunciados en la presentación de los presupuestos. Pero aún hay
más.
Los recortes recogidos en el presupuesto de gastos del 2013 y dejando
al margen que, nuevamente vuelve a obviarse un análisis pormenorizado y
exhaustivo de si las cantidades que ahora se están gastando se están
gastando eficientemente, no llegan para pagar la bestia negra que ahora
tiene España sobre su cabeza: lo que debemos a los mercados por habernos
comprado la deuda pública que emitimos para cubrir un déficit galopante
que ocasionaron cosas como el Plan E, el cheque bebé y la devolución de
los 400 €: 38.590 millones de euros.
En consecuencia la mayor parte del incremento de ingresos que se ha
presupuestado recaudar va a tener que ser aplicada al pago de esos
intereses, y ello, no olvidemos, teniendo en cuenta que se ha partido de
un ‘crecimiento’ de la economía que puede calificarse de irreal.
Claro, la pregunta es, teniendo en cuenta que España lleva meses
monitorizada y vigilada, ¿se van a creer los mercados esos
presupuestos?. Pienso que los mercados ya han dado su bendición a esos
presupuestos, es decir, que cuando el Jueves fueron presentados los
mercados ya les habían dado su visto bueno. ¿Cómo es ello posible?, pues
porque, pienso, esos presupuestos son de pura transición.
Lo que ahora se está discutiendo es el rescate de la banca española,
cómo se hará, con que importe se hará y como se contabilizarán los
activos que salgan de los balances de los bancos, y las conclusiones de
esas discusiones parece ser que van a durar. Y cuando acaben estas
empezarán las del segundo rescate: el de la deuda pública. Pienso que
España tenía que presentar un tarugo de papel en el que hubieran unas
cuentas que cuadrasen, en el que se reconociese que se debe lo que se
debe y que se va a pagar y donde hubiesen recogidos recortes y el
reconocimiento de que hay problemas para pagar las pensiones (recuerden:
se va a tener que recurrir a las reservas), y todo ello se ha cumplido
con creces.
Luego, cuando el rescate de la banca esté diseñado y todo quede
clarito, y la pasta haya llegado a los bancos destinatarios, ya se
ajustarán los presupuestos a la ‘nueva realidad’.
¡Y vaya si se ajustarán!.
(Por cierto, la revisión del déficit del 2011 anunciada el Sábado:
9,44%, ¿será la última?. Lo digo porque si todo lo que se ha hecho este
año va a servir para bajarlo hasta el 7,4%, ¿se imaginan lo que habrá
que hace para llegar al 4,7% el que viene?)
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Ha dicho Mr. Mario Monti: “No me presentaré a las elecciones, pero si
después de esos comicios se diese una circunstancia en la que crean que
yo pueda ser de ayuda, estaré allí”. (El País 01.10.2012, Pág. 5). Una
mayoría ha interpretado la frase como un posible puenteo a las
elecciones italianas de Primavera, tal vez; pero, pienso, existe otra
posibilidad: que la situación económica se degrade tanto, pero tanto,
que nuevamente haya que llamarle a él porque sea la opción menos mala;
por ello informa de que estará allí.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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