No es lo mismo la casualidad que la tendencia: una vez, es 
coincidencia; dos, es una tendencia. Después de dos nacionalizaciones en
 Latinoamérica en pocas semanas, hay motivos para la preocupación, con 
el consiguiente aumento del riesgo para el país implicado. Todo el mundo
 sabe que tanto Venezuela como su Presidente Hugo Chavez no son ni un 
país ni una persona de fiar, puesto que el riesgo de perder activos 
productivos podría aumentar a medida que aumenta su rentabilidad. Es 
decir, una situación en la que se tienen todas las de perder. Argentina 
ha vuelto a la senda de las nacionalizaciones el 16 de mayo, tras la 
repentina y grotesca nacionalización argentina de YPF con la decisión de
 la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner de expropiar el 51 por 
ciento de las acciones de la petrolera YPF. El valor de mercado de 
dichas acciones ascendía aproximadamente a 5.000 millones de dólares. El
 propietario legítimo, Repsol SA, no debería esperar recuperar el valor 
total de los valores expropiados, puesto que Argentina no dispone de los
 fondos necesarios para ello. No parece probable que Repsol vaya a 
recibir mucho más de 100 céntimos por dólar. Y la semana pasada, el 
Presidente de Bolivia, Evo Morales anunció la nacionalización de los 
activos locales de Red Eléctrica. Los activos locales suponen 
aproximadamente el 3 por ciento de los ingresos totales de la compañía.
         
Ningún inversor ha recibido bien el cambio de conducta de los regímenes
 latinoamericanos, pero las respuestas desde los foros políticos 
americanos y europeos hasta el momento han sido muy tenues. Desde el 
punto de vista de los inversores, el riesgo es que esto solo sea el 
principio, una muestra de la coyuntura política, por lo que hay que 
tomar precauciones. ¡La cosa podría ponerse mucho peor!
Monitorización
He llevado a cabo una monitorización muy sencilla con el monitor de 
acciones de Saxo Bank para hacerme una ligera idea sobre dónde conviene 
profundizar. La monitorización se ha realizado en la cuota de los 
ingresos de Latinoamérica. La monitorización no es perfecta, pero es un 
primer paso para cualquier inversor que desee realizar un análisis, 
puesto que nos permite saber cuáles son las compañías involucradas en la
 región y, a continuación, cazar los valores.
Empiezo por las compañías portuguesas y españolas. La mayor parte de su
 crecimiento proviene de estas regiones, lo que contribuye a sostener el
 valor a largo plazo, algo particularmente preocupante. La semana 
pasada, los dos principales bancos españoles publicaron resultados: Banco Santander y BBVA y,
 una vez más, el crecimiento y los beneficios de Latinoamérica han 
salvado los resultados generales del primer trimestre. También podemos 
plantear el caso de Telefónica, donde cerca del 50 por ciento de los 
ingresos procede de Latinoamérica. Una muestra de la importancia de las 
operaciones en esa región para las compañías de la Península Ibérica. El
 riesgo de la región latinoamericana probablemente va a contribuir más 
al riesgo generalizado del Ibex 35 y va a someter a presión bajista al precio. Como si el índice no hubiera sufrido ya bastante…
La monitorización de compañías se ha limitado a aquellas que cuentan 
con más del 25 por ciento de sus ingresos en Latinoamérica y con una 
capitalización bursátil superior a los 3.000 millones de dólares. Así, 
hemos obtenido una selección de 47 compañías. En segundo lugar, me he 
fijado en los sectores y los he ordenado de mayor a menor riesgo. Cuanto
 más “importante” considere un país al sector, más influencia política 
tendrán en el público. Así, he obtenido la lista final de la tabla 1, 
que incluye 22 compañías con una capitalización bursátil de 538.000 
millones de dólares. Como experimento, podemos hacer coincidir el nivel 
de ingresos con los activos en Latinoamérica. El volumen de activos que 
coincide sería de 182.000 millones. ¡No está nada mal!
Conclusión
Esta es una lista previa de compañías que podrían afrontar riesgos por 
la tendencia a la nacionalización en Latinoamérica. Sin duda, habrá 
otras compañías que podrían afrontar riesgos. El segundo mayor banco de 
España, el BBVA, no está incluido en este estudio.
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