miércoles, 11 de febrero de 2015

“¿Quiere ser millonario o arruinarse? Elija y compre volatilidad y deje de ser complaciente…”

"La Bolsa y todo lo que la rodea está plagada de mitos y conceptos falsos, que con el paso del tiempo se convierten  en auténticas leyendas urbanas. Una de ellas es el enriquecimiento súbito de los denominados especialistas cuando se producen grandes puntas de volatilidad. Llevo cuarenta años en el tajo de la Bolsa y soy capaz de demostrar que en los crash del mercado sólo ganan un 1% de los participantes en el mercado: aquellos que tuvieron la visión o fortuna de vender derivados y, lo que es más importante, permanecieron con la posición abierta. Un 5% de los actores en Bolsa que juegan a la volatilidad se quedan comidos por servidos, pero con enorme tensión acumulada. El resto, el 94%, de quienes juegan o especulan con estos movimientos salen corriendo con el rabo entre las piernas. En mercados estrechos como el actual, los especuladores intradía apenas sacan para los gastos. Algunos no ganan ni para un menú de 12 euros", me cuenta P.T. uno de los grandes observadores de la Bolsa española, ahora en la nómina de un importante grupo privado, y antes director de varias sociedades de Bolsa:
"El mercado está obligado a abrir y cerrar sus puertas todos los días, como bien sabes. Por eso, los intermediarios financieros están obligados (¡que me lo digan a mí que he estado más de 15 años en la nómina, primero, de agentes de Cambio y de Bolsa, y de sociedades de valores y Bolsa, después!) a inventarse nuevos juegos con que distraer al personales y, de paso, distraerles el dinero. Lo que me llama la atención es la locura por el intradía, que, en muchos casos, es una patología grave, como el que se juega el dinero al póquer, en los casinos o en las máquinas tragaperras. Una enfermedad que hace que muchos seguidores de este sistema empleen toda la jornada bursátil para ganar una miseria. Pero eso cuando lo ganan, porque lo normal es que terminen todos con el rabo entre las piernas y con la cuenta a Cero..."
“...Ya sabes, me dice, “que el Intradia es el nombre que se da a las operaciones que se abren y cierran en una sola sesión en los mercados financieros. No hay horario definido, aunque conozco a determinados jugadores que siempre se posicionan en la apertura, para mí la franja más peligrosa. Otros, utilizan las horas muertas (teóricamente) que precede y suceden a la hora del desayuno y la comida. Pero las hordas del intradía cuando más se emplean a fondo es en el periodo de coincidencia operativa con Wall Street, porque está demostrado que es cuando mayor es la volatilidad y mayores los volúmenes de negocio, es decir, cuando más fácil resultar entrar y salir sin quedarte atrapado hasta el día siguiente…”

“...Te voy a contar una historia”, añade”, “que no soy capaz de calificarla. En mi grupo inversor tenemos una cartera amplia de valores, cuyo desarrollo operativo seguimos metódica y sistemáticamente todos los días. Ya sabes, quienes compran, quiénes venden, cuáles son los volúmenes, cuáles las horquillas. Pues bien en un valor concreto, que a mi jefe le gusta mucho por su proyección de futuro, hemos detectado desde hace ocho meses a un experto del intradía. Este individuo sigue este valor concreto desde la apertura al cierre ¿Sabes cuál ha sido la cantidad máxima que ha llegado a ganar en un día: 10 euros, o sea, el equivalente a un menú del día. Sí, 10 euros…”
“...Pero hay más”, finaliza. “Durante los ocho meses que llevamos siguiendo esta pantalla, siempre la misma pantalla, siempre el mismo broker, siempre la misma manera de proceder, este experto en intradía ha perdido dinero en el 50% de las ocasiones ¿Cuánto? 10 euros. O sea, que el individuo tiene disciplina…”
Le confesé a P.T. que yo tampoco soy capaz de definir este fenómeno, esta manera de proceder y, ni mucho menos, a este individuo. No obstante, es una tendencia que se ha implantado con el paso del tiempo en los mercados financieros, bolsas y commodities, entre otras cosas, porque la Bolsa se ha convertido en un mercado global que funciona las 24 horas del día

¿Qué prevén los expertos?
Pese a los altibajos que han sufrido los principales parqués en los últimos meses, no está de más recordar que la tónica durante la mayor parte de 2014 fue la contraria, es decir, que el VIX pareció la mayor parte del año pasado una balsa de aceite. De hecho, tal y como señalan los expertos de Legg Mason Global AM, salvo unas pocas excepciones este índice que funciona como un termómetro de la volatilidad en EE.UU. se mantuvo bastante por debajo de su media histórica de 20 años: el indicador registró una media de 14,1 puntos en 2014, frente a los 20,9 puntos de la media a dos décadas(ver gráfico).
Adicionalmente, desde la firma americana se constata que todas las veces que el indicador ha superado esos 14 puntos se han producido en momentos muy concretos y han tenido una duración corta, por lo que lo interpretan como una reacción a eventos particulares como la crisis del ébola en octubre o el colapso del precio del petróleo en diciembre. A ojos de los expertos, este comportamiento “invita a preguntarse sobre si los inversores se han vuelto demasiado complacientes frente a una plétora de riesgos macro”. Sin embargo, por otra parte advierten de que, en un entorno en el que el S&P 500 ha registrado máximos históricos mientras que el bono a diez años ha retrocedido 80 puntos básicos con respecto al principio de 2014, “es probable que los inversores sean sensibles a cualquier cambio en el reciente statu quo de baja volatilidad”.
Estas observaciones llevan a enunciar desde Legg Mason esta conclusión: “Una volatilidad más elevada es ciertamente una posibilidad”. Piden al inversor que considere varios desencadenantes posibles: la subida de tipos en EE.UU, la posibilidad de una política monetaria más acomodaticia en Europa o la repercusión de la caída de los precios del petróleo sobre el plano político y económico y sobre los tipos de cambios son los más concretos, aunque también tienen presente que en 2015 pueden aparecer otros riesgos más impredecibles que pueden contribuir a elevar la incertidumbre.
Los autores del análisis piden precaución, pues aunque el inversor haría bien en esperar mayor volatilidad, tampoco creen que deba echarse las manos a la cabeza: “Un repunte de la volatilidad con respecto a los niveles del año pasado no tiene por qué suponer un repunte hasta niveles pre crisis, y mientras que cualquier repunte de la volatilidad podrá significar una competición más movida en los mercados, no necesariamente descarta las ganancias para los inversores”. Aquí dejan entrever una estrategia que podría aportar buenos resultados en los 12 meses que están por delante: aprovecharse de las divergencias entre mercados, sectores, acciones y divisas. “Puede que los gestores activos centrados en valoraciones a nivel de acciones individuales sean los mejor posicionados para convertir esos cambios en oportunidades”, concluyen.
twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero
Moisés Romero

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