Los más antiguos recordarán el programa; quienes no, sí, posiblemente, 
el fallecimiento, hace poco más de dos años, de Alberto Oliveras, su 
diseñador y conductor. El espacio nació en 1960, en la SER.
 Ese programa hoy hubiera sido calificado de ‘solidario’. Buscaba 
aportaciones para ‘buenas obras’, para situaciones dramáticas que no 
podían ser cubiertas por un modelo de protección social que en España 
entonces estaba en pelotas, ni por un Estado que acababa de poner en 
marcha un plan de estabilización para sanear los efectos de más de diez 
años de autarquía franquista.
 ‘¡Ustedes son Formidables! apelaba a las conciencias individuales ya 
que la colectiva se hallaba castrada, y lo hacía llamando a la puerta de
 los bolsillos de cada cual según sus posibilidades, pero esperando 
siempre la llamada del potentado especial, del magnate. Hoy he recordado
 aquel programa, al leer sobre esa madre y esa hija fallecidas en 
Astorga en la más completa soledad y el más profundo desamparo, la una 
¿’por edad’? la otra por falta de atención. Y he seguido acordándome al 
leer que las regiones van a aplicar nuevos recortes / incrementos de 
impuestos sobre los ya aplicados que, a su vez, recortaron lo ya 
disminuido y congelado.
 ¿Por qué he recordado ese programa?, pues porque pienso que nos 
hallamos muy cerca de que una emisora de radio (o un canal de TV, o una 
web, aunque no veo la TV en el papel) reedite ‘¡Ustedes son 
Formidables!’.
 Tendría toda la lógica del mundo, toda. El Estado, acogotado por una 
deuda pública cuyos intereses se van a llevar el año que viene el 25% 
del presupuesto de gastos, ¡y subiendo!, cada vez van a poder atender 
menos necesidades urgentes y perentorias de los crecientes necesitados 
que van a ir quedando desatendidas, a la vez que regiones y 
ayuntamientos van viendo como sus ingresos se reducen a la vez que sus 
deudas propias ahí continúan. Pero es que hay más.
 El ‘¡Ustedes son Formidables!’ original fue puesto en marcha en un 
momento social y económico durísimo, pero con las expectativas por las 
nubes: casi nadie tenía de nada y todo estaba por hacer, al revés de 
ahora, cuando la tendencia es ir a menos, menos, menos, viniendo de un 
momento esplendoroso en el que constantemente se decía ‘España va bien’.
 Claro, que es posible que aunque alguna emisora de radio o canal de TV o
 web tuvieran la idea de reditar el programa, desde las alturas llegase 
la indicación de que mejor no hacerlo debido a la mala imagen 
internacional que las tragedias personales de la ciudadanía española 
transmitirían.
 Y ya se sabe que, prácticamente siempre, una imagen vale más que mil palabras.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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