A veces una imagen vale más que mil palabras. En el caso del gráfico
que adjuntamos (vía Tyler Durden), se pintan las expectativas para el
S&P 500 en los próximos meses si repite la pauta estacional de los
últimos cuatro años. Podemos admirar la extraña simétrica exponencial
que refleja la codicia y el miedo provocado por las maquinaciones de un
cartel de bancos centrales cada vez más impotente.
Lo irónico es que probablemente hasta que no se desplome el mercado no
habrá una solución al gran problema que nos aqueja actualmente: el
acantilado fiscal.
Y es que según la teoría de Juegos, la solución al "acantilado fiscal"
sería un crash del mercado bursátil. Es probable que tanto Demócratas
como Republicanos no alcancen un acuerdo hasta que no se vean totalmente
"comprometidos".
Se supone que cuanto más nos acerquemos a la fecha límite y más caigan
las acciones, los gobernantes se verán más "obligados" a aceptar un
acuerdo - por ejemplo, los republicanos estarían dispuestos a elevar los
impuestos a algunas porciones de la población y los demócratas
extendiendo las tasas marginales actuales.
Con el S&P cotizando tan solo un 7% por debajo de sus máximos y a
siete semanas para que comience 2013, ni el presidente Obama ni el líder
de los republicanos en la Cámara baja, John Boehner, tienen muchos
motivos para moverse de sus férreas posturas, a pesar de la reciente
retórica de acercamiento y buena fe.
Pero ¿qué pasaría si quedara una semana para que entre en vigor las
medidas fiscales automáticas y el S&P 500 se está desplomando?
Seguro que ambas partes estarían más comprometidas a llegar a un acuerdo
y eso provocaría un fuerte rebote de los mercados de acciones.
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