Durante años, España fue necesaria para hacer negocio, primero en ella y después con ella. Pero en opinión del economista Santiago Niño Becerra esa época ya pasó, y hoy en día "ni el país, ni en consecuencia su ciudadanía, es necesaria para llevar a término tales negocios". Esta situación se deja sentir sobre la clase media, que también, piensa Becerra, "ha dejado de ser necesaria".
Así se manifiesta el catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramon Llull en su blog de la Carta de la Bolsa en respuesta a un correo electrónico de un lector que le pregunta qué entiende por clase media y si ésta ha desaparecido o lo va a hacer.
Becerra defiende la clase media como "aquel grupo de población que se encargaba masivamente de la generación de PIB desde el lado de la oferta produciéndolo, y desde el lado de la demanda consumiéndolo".
Una clase media que, además, "cumplía una función política al impedir que ideas no convenientes se extendieran ya que si lo hicieran podían perder lo que creían conseguido y participando en el ritual de las elecciones en las que periódicamente se elegían unos órganos denominados Gobiernos entre un catálogo de políticos".
Ahora bien, puntualiza Becerra, si "entre principios de los 50 y finales de los 70 el esquema funcionó, se vino abajo cuando en los 80 empezó a ser cada vez menos necesario el factor trabajo". El problema es que ahora "se está acabando de derrumbar cuando ha agotado la capacidad de endeudamiento -que se le concedió- y no puede pagar lo que debe".
Pero a esta situación, señala el economista, hay que añadir otros factores. Por ejemplo, "que maximizar la producción ni es posible: los recursos ya se saben finitos; ni es deseable: los consumidores potenciales están cayendo a plomo". "Y si se suma que ya no hay ideas no convenientes que puedan expandirse, tenemos el cuadro completo".
Por eso, Niño Becerra concluye: "La clase media está desapareciendo porque ya no es necesaria, y la clase obrera, como productora básica dejo de existir cuando se mutó a clase media".
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