2011 comenzó muy bien con unos mercados financieros que se armaron de valor tras los planes de en Grecia e Irlanda. Los inversores creían que la crisis se contendría y enero marcó subidas del 10% en la renta variable europea y un rally del euro. Entonces, ¿cómo esperamos que evolucione la crisis de la eurozona a principios de 2012 y cómo va a afectar al euro? El año pasado, la mayoría de los analistas esperaban que el primer trimestre de 2011 nos trajera una escalada de la crisis, sobre todo en los mercados de bonos periféricos. En cambio, la periferia se recuperó y también lo hizo el euro, que pasó desde los 1,30, niveles actuales, a casi 1,50. ¿Podría ocurrir lo mismo a principios del año que viene? Los analistas de UBS no lo creen y dan 5 motivos:
1) El BCE
A principios de 2011, el BCE estaba dando unos mensajes ligeramente alcistas en cuanto tipos de interés y luego pasó a subir tipos en abril y julio, mientras que la Fed se preparaba para la QE2. El próximo año será sin duda muy diferente, ya que es probable que el BCE recorte las tasas a un nuevo mínimo histórico del 0,50% y podría luego embarcarse en una QE. Esto puede afectar a la cotización del euro dólar, algo que para UBS sería la razón más importante para ser estructuralmente bajista con el euro en 2012.
2) Grecia
En la actualidad existe una fecha límite no negociable para que los tenedores de bonos privados acuerden su participación en la reestructuración griega, que es el 20 de marzo. Las negociaciones para el nuevo programa de la troika siguen asumiendo una participación privada “voluntaria” (PSI) que resulta en una quita del 50% y una reducción de la relación deuda/PIB al 120% en 2020. Sin embargo, la caída de los ingresos debido a una recesión más profunda de lo esperado daría lugar a necesidades de financiación adicionales, que en ausencia de nuevas ayudas podría significar una quita mayor y por lo tanto, una reestructuración coercitiva.
3) El contagio
Si Grecia se ve obligada a imponer una reestructuración no voluntaria a los inversores, el mercado podría extender rápidamente la crisis a Portugal o incluso más allá. Los líderes de la eurozona han trabajado frenéticamente para levantar un “cortafuegos” para el resto de países en el caso de un default griego. Hasta ahora han tenido un éxito limitado, aparte de recaudar más dinero para el FMI y avanzar en el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM, por sus siglas en inglés) para mediados de 2012. Sin embargo, podría decirse que estos instrumentos no son lo suficientemente potentes como para solucionar la pérdida de acceso a los mercados de financiación de España o Italia.
4) CDS
El anterior escenario griego se traduciría en la declaración de un evento de crédito y el mercado tendría que hacer frente a los credit default swaps (CDS) o seguros frente a un default. Muchos analistas pueden ver con buenos ojos ese suceso, ya que un default griego declararía finalmente que el país heleno es “insolvente” e incapaz de pagar sus obligaciones, algo que sería mucho mejor para la salud a largo plazo del sistema que fingir lo contrario. Sin embargo, nadie sabe cómo el sistema financiero podría hacer frente a los pagos de más de 80.000 mil millones de euros en CDSs. Al menos, la primera reacción podría conllevar mucho estrés al mercado.
5) Política
La UE tiene un impresionante historial a la hora de impulsar proyectos, incluso contra la resistencia de distintos países y con un mínimo apoyo explícito o implícito de los electores. Sin embargo, puede llegar un punto en el que la población comience a rebelarse, posiblemente cuando se enfrente al mismo tiempo con recortes de servicios públicos cada vez más profundos e impuestos cada vez más altos. Un problema relativamente benigno puede ser la resistencia a la ratificación del Mecanismo Europeo de Estabilidad en algunos países, pero el malestar social más grave podría ocurrir tanto en los países deudores como en los acreedores.
lacartadelabolsa
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