Podría ser otra versión de ‘los polvos y los lodos’, pero, según se mire, peor.
Los grijos: en relación a eso que se llama ‘renta media’ el PIB pc de España ha perdido posiciones respecto al de la UE 27, de hecho las está perdiendo desde el 2006, punto máximo del ‘España va más que bien’, claro que tampoco entonces fue para tirar cohetes: cinco puntos por encima de la media de los 27 y a cuatro puntos de la media del área euro: 96 … cuando ‘España iba más que bien’, ahora España se halla en la media de la UE 27 y a ocho puntos de la media del área euro. En este momento hace falta recordar algo de lo que se ha hablado muy poco y de lo que ahora no se habla en absoluto.
España, con los años, fue mejorando su posición relativa a base de crédito, ya, concediendo graciosamente a parejas que tenían una remuneración conjunta de 2.200 euros una capacidad de endeudamiento de 300.000, sí, pero España mejoró su posición; lo que sucede es que además de gracias a eso, España mejoró debido a otra cosa: a los fondos europeos: estructurales, de cohesión, … que llovieron sobre España y que, de media, han representado el 0,9% del PIB español de cada año, fondos que en el 2013 se acabarán de ir, definitivamente, con el viento: ‘Gone with the wind’ versión Europa 2010s. Ya, ya, fondos que se irán porque, por acuerdos intraeuropeos debían irse, pero lo harán en el pozo de una crisis, y sin perspectiva de poder remplazar el crecimiento que generaban por nada.
Los barros. La CEOE la propuesto un empleo -mini: miniempleo- con un coste de 550 euros: una remuneración de 400 y 150 de cotizaciones. Y se ha liado un escándalo. Comparto el escándalo, pero no el motivo del mismo.
De entrada la CEOE comete un error tremendo: en la Primera Revolución Industrial sí, pero no hoy: la demanda de trabajo no depende de la cuantía de los salarios, si no de la necesidad que de trabajo tenga quien ocupa trabajo; es decir, pienso que muy poco empleo va a crearse con esta fórmula, máxime si ya existe algo parecido como es el contrato de trabajo a tiempo parcial. Lo que sí va a abaratarse es el coste del factor trabajo, del trabajo a tiempo parcial y el de todo el factor trabajo: la tensión que crearán los 400 euros se trasladará horizontalmente al resto de los salarios en una atmósfera de desempleo al alza: el ’Yo, ¡por menos!’), máxime si se combina con la contratación temporal.
La CEOE ha dicho que esta fórmula se da en Alemania. ¿Se estaba refiriendo la patronal a esos millones de trabajadores -cinco, tenía yo entendido, en 6,8 los cifró el Sr. Joan Rosell, de más de siete hablan algunas fuentes- subempleados, subremunerados, intentando pluriocuparse a fin de compensar su insuficiente remuneración?
Pienso que la patronal debería sentirse muy, muy triste al proponer estas cosas (que al día siguiente el Sr. Rosell dijese que los minimepleos y sus minisalarios no eran una propuesta formal no cambia nada porque, sigo pensando, sí lo es). Proponer eso, plantear eso, significa situar a España y a su factor trabajo, a parte del mismo, es una posición marginal. Si el salario es el precio del trabajo, es decir, la monetización de parte del valor añadido que genera el trabajo, el trabajo español en base al capital con el que cuenta -la inversión que hacen las empresas- merece una monetización de risa porque el valor añadido que genera ese factor trabajo de risa es.
En todas partes en general y en España en particular existe un excedente de factor trabajo, aunque en economías como la española los motivos son distintos que en el resto. En Suecia, por ejemplo, la tendencia es que existe un creciente excedente de factor trabajo debido a que su estructura de PIB posibilita una inversión creciente que lleva a aumentar la productividad, en España hay ya un excedente de factor trabajo porque el modelo productivo ha dejado de realizar unas actividades que precisaban de un factor trabajo y no ha creado otras actividades que absorban ese factor trabajo.
Porque lo terrible del asunto puede ser que los miniempleos sean a lo único que va a poder aspirar una parte creciente de la población y sus miniremuneraciones las únicas rentas a las que podrá acceder esa población creciente.
En España al factor trabajo ocupado se le paga poco porque genera un valor reducido ya que lo es el valor que generan muchas empresas españolas, y lo es porque la oferta de trabajo es muy superior a la demanda (y no estoy pensando en profesiones concretas de subsectores específicos). Si la patronal demanda esos miniempleos minirremunerados pienso que es porque piensa que la economía española necesita eso, la economía española y el tejido empresarial español, y esa realidad pienso que es tristísima: de lo más triste que le puede suceder a un país.
Más grijos y más barros. Al día siguiente el Sr. Joan Rosell manifestó que el sector público español está sobredimensionado; pues bien, dicho simplemente así no es cierto. Este es un tema como el del antiguo Guadiana: aparece y desaparece; a ver si de una vez por todas queda claro. Sobre POBLACION ACTIVA España tiene una de las tasas de empelados públicos más bajas de Europa: 15,0%. Francia y Finlandia tienen el 23,0%, Reino Unido el 18,8%, Dinamarca el 30,4%, Suecia el 31,7%. España no tiene muchos funcionarios, y si al Sr. Rosell se lo parece es porque, o bien se está refiriendo a otra cosa, o bien es porque, a su entender, aunque no haya demasiados hay que reducir su número a fin de reducir el gasto público.
Si se está refiriendo a otra cosa tal vez se refiera a que las empleadas públicas y empleados públicos del reino no funcionan como deberían, es decir, que podrían funcionar muchísimo mejor; bien, pues que demande instrumentos organizativos para conseguirlo. Si a lo que se está refiriendo es a que como hay que bajar el volumen de gasto público en España hay que eliminar empleados públicos, que lo diga así: que diga ‘España no puede permitirse el número de funcionarios con que cuenta, hay que reducir su número y si los servicios públicos empeoran, mala suerte’; perfecto, que lo diga así, pero que no diga que en España hay un número excesivo de empleados públicos.
De lo que jamás habla la patronal, a lo que jamás se refiere el Sr. Rosell en sus alocuciones, ni su antecesor en el cargo, el Sr. Díaz Ferrán, ni el de este, el Sr. Cuevas, ni ningún otro presidente que les precediera es al fraude fiscal existente en España y que estimaciones independientes sitúan en una tasa equivalente a entre el 6,5% y el 7,0% del PIB: el compromiso de déficit de España pare esta año, nunca, jamás. ¿Por qué será?.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
No hay comentarios :
Publicar un comentario