“Sí, por ahí pueden venir los tiros: dilación en el tiempo de los pagos y menor cuantía. Por ejemplo, convertir la deuda (el bono) a 10 años en el mismo bono pero a 30 años. 30 años, sí 30 años, o más. Toda una vida”, añade.
“Y si hay alguna duda: Grecia podría no alcanzar su objetivo de beneficios para el próximo año tras la ronda de privatizaciones debido al recrudecimiento de la coyuntura económica europea, según ha asegurado el director del Fondo de la República Helénica de Fondos para el Desarrollo, Costas Mitropoulos, encargado de vender los activos del Estado….” sentencia
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El sabio refranero español repasa este caso:
De aquí a cien años, todos calvos Formas alternativas: Dentro de cien años, todos calvos.
Al cabo de cien años, todos seremos calvos.
Al cabo de cien años, todos seremos salvos o calvos.
Antes de mil años, todos estaremos calvos.
En cien años, todos calvos.
De aquí a cien años, todos seremos calvos.
Tiene un doble matiz bastante dispar. Por un lado puede remarcar la importancia de no fiar las cosas en un futuro sino disfrutar el momento presente, sería una reformulación del tópico del carpe diem, de gozar el momento. Ejemplo:
- Decidí gastarme mis ahorros y comprarme el barco que tanto he deseado, al fin y al cabo, dentro de cien años, todos calvos.
o - Venga, deja de estudiar por un día y sal a divertirte, que dentro de cien años, todos calvos.
Por otra parte, puede usarse para relativizar la importancia de este mismo momento presente indicando lo inexorable del paso del tiempo.
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Pero hay más, porque este escenario ya es viejo: Brady lo inventó con sus bonos. Es decir:
No hay nada nuevo bajo el sol. Proverbio con el que se manifiesta la creencia de que la originalidad es poco o nada común y que todo tiende a repetirse, imitarse o, directamente, copiarse; con ella se dice que uno no se sorprende por algo pretendidamente nuevo.
Y uno podría pensar que este dicho surge de un hastío generacional más o menos moderno y resulta que no podría estar más equivocado, ya que esta frase es bíblica. En concreto podemos encontrarla en el Eclesiastés (1:9), en latín Nihil novum sub sole.
lacartadelabolsa
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