Ayer el Tesoro Español, por tercerea vez consecutiva, vendió deuda pública por encima del límite superior que había establecido. Vendió 5.640 millones de euros de Letras a 3 y 6 meses, frente a un límite máximo esperado de 4.500 millones de euros. ¿La razón? La fuerte demanda y los bajos tipos de interés a los que podía colocar su deuda. El pasado 15 de diciembre el Tesoro vendió 6.030 millones de euros, esta vez en bonos a 5, 9 y 10 años, frente a un objetivo máximo de 3.500 millones de euros. La subasta fue calificada de “sorprendentemente positiva”.Dos días antes, el 13 de diciembre, el Tesoro colocó 4.250 millones de euros, también por encima del objetivo establecido.
La reacción de los mercados de deuda fue muy positiva, reduciendo el diferencial español de forma considerable. Aunque esta mejora viene de más atrás. El pasado 22 de noviembre el diferencial español a 10 años respecto al bund alemán cotizaba en los 468 puntos básicos, frente a los poco más de 300 puntos básicos a los que llegó a cotizar ayer.
¿Qué nos está diciendo esta mejora en las subastas y en los mercados de deuda? ¿El mercado cree que España ya ha salido de peligro?
Vayamos por parte. Desde el punto de vista estrictamente financiero, las nuevas medidas del Banco Central Europeo alargando los plazos de préstamo para sus operaciones con el sector bancario, e incrementando la liquidez, lo que está provocando es lo que en el argot financiero se llama “carry trade”, y que no es más que una operación por la que el sector bancario europeo pide dinero al BCE a un tipo bajo, y lo coloca en Letras a 3, 6, 12 meses o Bonos a 1-2-3 años, a un tipo mayor.
Si confiamos en que España no suspenderá pagos, y eso parece probable teniendo en cuenta que las instituciones europeas han afirmado que la situación de Grecia es excepcional y no se repetirá, el negocio es seguro. Tomo prestado al 1% y lo coloco con una rentabilidad al 3% por ejemplo, es una operación con una rentabilidad del 2% prácticamente segura.
Esto es lo que el Banco Central quería conseguir para así poder reducir el coste de financiación de países como España o Italia.
Desde el punto de vista fundamental el hecho tiene otra interpretación.
El nuevo presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, en la sesión de investidura estableció un objetivo de nivel de deuda para el 2020 del 60% del PIB. Es un objetivo alcanzable, y más si tenemos en cuenta que es un nivel en el que se ha estado moviendo el país en estos años atrás. Veamos este ratio (Deuda/PIB) desde el año 2000:
2000: 59,3%. 2001: 55,6%. 2002: 52,6%. 2003: 48,8%. 2004: 46,3%. 2005: 43,1%. 2006: 39,6%. 2007: 36,2%. 2008: 40,1%. 2009: 53,8%. 2010: 61%.
El gráfico que adjuntamos muestra la evolución de este ratio desde 1995. La conclusión es clara: la deuda de las administraciones públicas no ha sido un problema, ni probablemente lo será, para la economía española. Los verdaderos problemas son el excesivo endeudamiento del sector privado, el bajo crecimiento económico estructural del país, y la alta tasa de paro. Todos ellos están relacionados.
Sin entrar en detalles, el excesivo apalancamiento del sector privado, lo que provoca es que gran parte de la renta disponible de las familias, empresas financieras y no financieras, vaya a reducir este elevado endeudamiento, retrayendo el consumo y la inversión.
El bajo crecimiento económico de nuestro país –espero un PIB -0,7% 2012- provoca desde el punto de vista del sector privado, que los ingresos y beneficios de las compañías se reduzcan, lo que aminora las posibilidades de inversión, la contratación laboral, y que las compañías tiendan a centrarse en estructuras más pequeñas, de menor coste, “más eficientes”, pero con menor capacidad futura de crecimiento. Así como destrucción de parte de nuestro tejido empresarial, principalmente las pequeñas y medianas empresas, tan importantes en la economía española.
Este escenario provoca un empeoramiento del mercado laboral, eso llevamos años sufriéndolo, lo que reduce la capacidad de gasto del consumidor, y presiona a la baja aún más a la economía.
Este es el problema verdadero de la economía española, y evidentemente no se va a solucionar con mejores subastas de deuda, o con menores primas de riesgo.
El nuevo presidente del gobierno español en su debate de investidura reafirmó su compromiso con el crecimiento económico de la nación, pero no detalló ninguna de las medidas que piensa aplicar para conseguirlo. Lo mismo podríamos decir de la cumbre europea.
Ayer conocíamos que según el centro de estudios económicos REF, la economía italiana caerá un 1,5% en 2012. Para el conjunto de la euro zona se espera una reducción del PIB de cerca del medio punto porcentual.
Todos los gobiernos europeos están anunciando medidas de control del gasto y reducción del déficit, pero nadie (a diferencia de lo que ha hecho EE.UU.), ha propuesto un programa para incentivar el crecimiento económico.
Los inversores pueden verse satisfechos, y tener un falso sentido de complacencia, cuando vean que los mercados de deuda están más tranquilos, o que los ataques especulativos sobre los activos euro han casi desaparecido. Estarían equivocándose. Los problemas reales de España y de gran parte de Europa, no se solucionarán con medidas estrictas de control del déficit y del gasto público. Eso puede ayudar a establecer un fondo sólido desde el que crecer económicamente, y eso, si tenemos en cuenta las tendencias demográficas, y los problemas económicos estructurales, será mucho más difícil de conseguir.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/espana_esta_ya_fuera_de_peligro
No hay comentarios :
Publicar un comentario