OK. A las entidades financieras les han dado mucha pasta: medio billón (a las españolas también: el 20% de ese ½ billón): el BCE, no un cualquiera, y el 28 de Febrero del 2012 les van a dar más. Se la han dado porque la necesitan y no pueden obtenerla en otros lados, pero esa pasta ya está gastada: el negocio: comprar deudas públicas y ganar un diferencial: dinero en el banco: los Estados no quiebran: en Europa desde 1796: Austria, pero esas entidades financieras continuarán teniendo los mismos problemas, y esta va a ser la última vez.
Esas entidades tienen una deuda monstruosa que pagar: cerca de 800 mM€ en el 2012 (120 mM las españolas) y dentro de cuatro días 120 mM entre todas. Además la tasa de impagadosidad -llamada, en muchos casos, hasta que la cosa ya no da más de sí, de morosidad- no cesa de aumentar. Además la probabilidad de más impagos: la tendencia de la impagadosidad, es al alza, sin sombra de duda. Además las entidades financieras siguen teniendo una porquería que cada vez vale menos pero que está contabilizada a precios de artículos de Hermes.
A las entidades financieras les deben una pasta de infarto personas físicas y jurídicas cuya capacidad de pago, en variados casos, es más que incierta y, a la vez, esas entidades financieras deben la repanocha. Y encima han de prestar porque ‘es su negocio’; pero no prestan.
Veamos. Imaginemos que son Uds. banqueros, de los auténticos: de los de habano y chaleco de raso, y viene una empresa a solicitarles un crédito. Uds. investigan a esa empresa y averiguan que debe la tira, que está aplazando hasta la respiración, una empresa a la que no le paga ni su madre y que, encima, no tiene pedidos. ¿Uds. le concederían ese crédito que solicita?. Eliminen de lo anterior los rasgos caricaturescos, lo que queda es lo que hay: muchas empresas endeudadas que necesitan financiación para seguir existiendo, pero con escasas, o nulas, expectativas. Insisto, ¿les prestarían?.
Y el Banco Malo ya no está de moda. Se argumenta: ‘No es justo que pague el salvamento de la banca la ciudadanía’; lo que no se dice es que con él entidades pequeñas y/o en un estado aún más lamentable que otras pueden salvarse, lo que es muy malo teniendo en cuenta que existe / va a existir un exceso de capacidad bancaria por lo que lo bueno -ahora- es la concentración.
Por cierto. Pienso que la deflación puede ser menos de lo que hace unos meses apuntaba el panorama: es mejor proceder a una reducción de oferta: eliminar capacidad productiva para manufacturar cosas que nadie compra ni va a comprar: si no hay consumo porque se ha agotado la capacidad de endeudamiento, ¿para qué fabricar?.
…
Pienso que no han sorprendido a nadie las palabras del Sr. Ministro de Economía: después de todo lo que se ha dicho, de los informes del Fondo y de la OCDE, de Eurostat. Después de los razonamientos y análisis efectuados era como pescar en un barril; lo siguiente será decir que ‘Vamos a peor’, que tampoco será nuevo. Lo es el momento: en planas fiestas, con la gente entre el pavo y las uvas y con media población -toda la que no conduce- flotando en vapores más o menos etílicos. Es mi opinión, ya, pero pienso que no es serio. (Me ha venido a la mente: se volverán a hacer proclamas importantes el 28 de Diciembre: repasen la Historia).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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