A pesar del rally que vimos ayer en los mercados de acciones, los
inversores tienen buenas razones para estar precavidos en septiembre.
Hay una larga lista de noticias que podrían interrumpir el alza de cerca
de 9% del Standard & Poor’s 500 desde junio. El viernes, el
Departamento de Trabajo de Estados Unidos divulgará las últimas cifras
del mercado laboral. El 12 de septiembre, un tribunal alemán dictaminará
sobre la constitucionalidad de un fondo de rescate crucial para la zona
euro. Además, se espera que la Reserva Federal indique pronto si
iniciará una tercera ronda de “flexibilización cuantitativa”.
Sin embargo, algo que atrae un interés especial de los historiadores es
el calendario en sí. En pocas palabras, el 1 de septiembre marca el
comienzo de un mes históricamente miserable para las acciones, apunta
Joe Light en un artículo en The Wall Street Journal.
<< No hay suficientes motivos para que los inversionistas hagan
drásticos cambios en sus portafolios. No obstante, podrían beneficiarse
al evitar acciones que han sufrido descensos, dicen algunos analistas.
Desde 1926, las acciones de empresas grandes han subido en promedio
0,9% al mes, según Bank of America Merrill Lynch. En septiembre, sin
embargo, han retrocedido 0,8%, el único mes con un retorno promedio
negativo.
“Cualquiera sea la razón, hay un patrón predecible en el que septiembre
ha tenido un mal desempeño”, señala Steven DeSanctis, un estratega del
equipo de investigación de acciones de Bank of America Merrill Lynch.
La tendencia ha desconcertado a los investigadores desde hace décadas.
Históricos eventos que ocurrieron en septiembre, como el colapso de
Lehman Brothers en 2008 y los ataques terroristas de 2001, son
parcialmente responsables, pero no pueden explicar todos los problemas.
Por ejemplo, las acciones han subido en sólo 50% de los septiembres
desde 1926, el peor mes y muy por debajo de la tasa de éxito promedio de
61,8%.
Si alguien hubiera empezado a invertir en 1802 y hubiese mantenido su
dinero en acciones sólo durante septiembre, habría perdido más de la
mitad de su capital para 2006, según investigadores de la Universidad de
Kansas. Si hubiera hecho lo mismo durante cualquier otro mes, habría
ganando al menos 79% durante el período. Las ganancias van de 79% en
octubre a 1.023% en agosto.
Las explicaciones del debilitamiento en septiembre son difíciles de hallar, e incluso más difíciles de digerir.
El estudio de la Universidad de Kansas sugiere que una pronunciada
disminución de la cantidad de luz solar en Nueva York en septiembre
podría dar lugar a un trastorno afectivo estacional y hacer que los
corredores sean más reacios al riesgo. En promedio, los neoyorquinos ven
3.147 minutos menos de luz en septiembre que en agosto, la mayor caída
intermensual, según el estudio.
Pero incluso los investigadores no están seguros acerca de esa
explicación. “Hasta donde entiendo, creo que pasa algo con septiembre.
Sin importar cómo lo desglose, es malo”, afirma Mark Haug, uno de los
autores del informe. “Es frustrante no tener una explicación”.
Sin dudas, el pobre desempeño en septiembre podría ser una mera
casualidad. “Siempre miro estas cosas y me pregunto: ‘¿es aleatorio?’,
dice Sam Stovall, estratega jefe de acciones de S&P Capital IQ.
La teoría de Stovall es que las malas previsiones de ganancias para el
tercer trimestre y el resto del año llevan a los inversionistas a vender
acciones.
Otra posibilidad planteada por los investigadores es la venta con fines
tributarios. Una ley estadounidense de 1986 obligó a la mayoría de los
fondos de inversión a adelantar el cierre de su año impositivo a
octubre. Por lo tanto, muchos gestores de portafolio podrían vender en
septiembre y octubre acciones con recientes pérdidas para sacar provecho
a las exenciones tributarias, explica Scott Gibson, un profesor de
finanzas de la College of William and Mary que estudió el fenómeno.
En 1990, cuando las normas entraron en vigor, las acciones con
recientes pérdidas y una amplia presencia en las carteras de los fondos
mutuos quedaron en octubre casi siete puntos porcentuales por debajo de
sus índices de referencia. Esas mismas acciones superaron a sus
indicadores de referencia por casi siete puntos en noviembre, cuando el
efecto perdió fuerza, dice Gibson.
Desde entonces, el efecto se ha vuelto más marcado, presumiblemente debido a que más fondos de inversión adoptan la estrategia.
Gibson, no obstante, dice que es lo suficientemente fuerte que a los
inversionistas que buscan comprar acciones a precios reducidos les
convendría esperar. Las empresas que tienen más de 5% de sus acciones en
manos de fondos y que han registrado recientes descensos son candidatos
para continuas caídas en septiembre y octubre, agrega.
Eso incluiría al fabricante de computadores Dell, que ha perdido cerca
de 11% en los últimos tres meses y 32% de cuyas acciones se encuentra en
los portafolios de fondos mutuos.
Otras empresas con un reciente desempeño débil y un alto porcentaje en
manos de fondos incluyen Delta, Ford, Hewlett-Packard, Netflix y
Research In Motion.
Sin embargo, ante la dificultad para hallar una explicación racional,
los inversionistas no deberían emprender una gran retirada de las
acciones, aconseja Stovall.
“Mejor que tome esta información como cuando el piloto anuncia por los
altavoces ‘por favor, abróchense los cinturones de seguridad’”, aclara.
“No está diciendo ‘pónganse los paracaídas y vayan a la puerta’”.
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Fuentes: Joe Light - The Wall Street Journal
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