Tomo prestado el título: “The Night of the Following Day” (Hubert Cornfield, 1968).
Lo de Grecia, ya han visto: resultado conveniente y caramelito de miel
para suavizar la garganta; pero no aborda EL problema griego: Grecia no
puede pagar lo que debe: nada o prácticamente nada. Se dice que los
griegos son unos defraudadores y que allí no paga impuestos nadie. OK,
podría montarse una especie de Gestapo fiscal en Grecia con comisarios
políticos provenientes de la Europa central y con licencia para hacer lo
que creyeran oportuno; se podría y lo que se obtendría sería … el
derrumbe de la actividad económica.
En Grecia, como en España, en los PIGS (la ‘I’ corresponde a Italia) el
‘fraude fiscal’ es una institución que está orientada a conseguir un
margen competitivo que, de otro modo y en un entorno de mercado abierto,
abocaría / forzaría a un enorme porcentaje de la economía griega,
española, italiana, … a la desaparición, al cierre. Se entiende que un
danés que diseña software para centrales nucleares o un alemán que
manufactura piezas de titanio para rotores de helicópteros militares no
lo entienda, pero la cosa es así.
En consecuencia, Europa y el mundo deben plantearse cosas como esta:
¿se quiere implantar la pureza fiscal en Grecia y que de golpe el PIB
retroceda el 30% con todo lo que ello va a suponer? (ríanse de la
inseguridad ciudadana que hoy sufren las ciudades griegas). Es muy
simple: si o no. Si es que si, que se encapsule a Grecia que se la
sierre de Europa y que se la deje a la deriva; si es que no, encuadremos
el caso griego en el caso general y enfóquese ese caso general desde la
perspectiva buena: la deuda: otra vez: nadie puede pagar todo lo que
debe. (Por cierto, ¿han reparado que en Grecia casi nadie ha dicho que
el país debería reducir su monstruoso presupuesto militar que es el más
elevado de Europa?).
Aquí puede introducirse el Modelo Hollande: estimular el crecimiento.
De entrada, ¿de verdad cree M. Hollande que el problema de Europa se
arregla con 120 mM€?. Recuérdese que los efectos de la inyección de 1 B€
que en Diciembre / Febrero realizó el BCE duraron tres semanas cuando
tenían que haber durado tres años. ¿Mi opinión sobre el Modelo
Hollande?, una especie de contrapunto al modelo de austeridad defendido
por Alemania: en un mar de rigorismo una pincelada de desmelene
gastador. Pero tampoco resuelve nada porque es seguir con lo-de-antes:
gastar para ir-a-más; aunque era una pincelada necesaria para romper el
tono del color dominante.
La ruta de salida -ruta, camino, senda- tiene que ser recorrida de
forma conjunta y coordinada, eso ya está claro, pero no desde la forma
de hacer antigua, la de antes, la del modelo que está en crisis, sino
desde una nueva: la que fijó un déficit estructural del -0,5% para
Europa en el 2020; y eso supone asumir que los recursos son escasos por
lo que hay que gastar en lo necesario en procesos que se desarrollen de
la forma más eficiente posible y en lugares en los que las sinergias y
el rendimiento sean mayores; y a eso no hemos llegado … aún.
Pero ya se tiene claro el camino tiene que ser el reverso de las
décadas pasadas que nos ha conducido a la crisis sistémica en la que el
planeta se halla. Ahora ya se sabe que el sistema tiene un cáncer y se
tiene clara la quimioterapia necesaria, pero se ha de aplicar. Pienso
que el dibujo definitivo se acabará en el Verano, para, a partir del
Otoño, empezar la curación (cuyos efectos de entrada, como sucede en
números tratamientos de quimioterapia, pueden hacer sentir peor al
enfermo).
Es un proceso ya conocido: se dio entre 1933 y 1937; sólo que ahora pienso que no habrá marcha atrás.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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