El País del 02.08.2011, en su Pág. 12, publicaba un recuadro archiinteresante. El título era supersignificativo: “Las vagas promesas de la pre-campaña”. Veamos.
En relación a lo que va diciendo el Sr. Rubalcaba resaltar que pide que los bancos dediquen una parte de sus beneficios para crear ocupación, ¿en los propios bancos?, pero, ¿no están cerrando oficinas?. El Sr. Rubalcaba dice esto ahora con un desempleo del 21%, ¿por qué no lo pedía cuando el desempleo era el 15%, o el 17%?.
También que debe fomentarse el contrato de trabajo a tiempo parcial. Claro: Países Bajos; pero el contrato a tiempo parcial (indefinido) es privativo de economías que precisan horas de personas, de economías con estructuras de PIB de alto valor que remuneran largamente a la mayoría de sus trabajadoras/es, y aquí se necesitan personas durante períodos -por eso tenemos ‘nuestro’ contrato a tiempo parcial: la contratación temporal- ya que nuestra estructura de PIB es de bajo valor.
Y el Impuesto sobre el Patrimonio: hay que recuperarlo. Hoy, ¿por qué no en Mayo del 2010 cuando se dio el giro hacia el saneamiento y la estabilización?. Y volver a ‘los aprendices’: ahora: cuando el desempleo juvenil ha llegado al 46% y cada vez se necesitan menos personas muy formadas, formadas, y poco formadas. Y la vigilancia de los planes urbanísticos por parte del Estado: cuando no se construye ni un cobertizo; ¿por qué no en el 2004, en pleno boom del ladrillo?, claro: entonces había que crecer.
El Sr. Rajoy habla de un contrato laboral único y flexible, dice que así se favorecerá la creación de empleo; bien, si tan fantástico es, ¿por qué no lo propusieron durante los ocho años que su partido estuvo gobernando?, más aún, ¿en virtud de qué si se precariza la ocupación la demanda de trabajo va a aumentar?.
Dice de bajar impuestos: a pymes, ¡vaya!, y a las grandes empresas que les den dos duros, y el IVA en algunos casos, y el IRPF: reinstaurar la deducción por compra de vivienda. Y, ¿cómo lo compensará?, ¿será con esa ‘austeridad’ que proclama?. Austeridad: ¿qué recortaría?
De cara al 20 N el partido en el Gobierno lo tiene muy mal: proponga lo que proponga la reacción es automática: ‘¿Por qué no lo pusisteis en marcha antes?, cuando gobernabais’; pero el principal partido de la actual oposición lo tiene igual de mal: digan lo que digan la respuesta es instantánea: ‘Si tan bueno es esto que decís, ¿por qué no lo implantasteis cuando estuvisteis en el Gobierno?: se hubiesen mitigado los efectos internos de este desastre’.
En cualquier caso y tal y como están las cosas, pienso que hasta el 20 N queda una eternidad, ya verán, ya verán.
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Aunque sin decirlas, cada vez se están diciendo más cosas: no se dicen, pero se dicen. El economista jefe del Banco de Suecia pronunció el pasado Jueves las siguientes palabras: “No es mucho lo que haría falta para que se colapse el mercado interbancario. La situación no es tan grave en este momento pero sí existe la sensación de que no sería difícil llegar a tal extremo”. (El País 19.08.2011, Pág. 17).
Vamos a ver, si ‘No es mucho lo que haría falta para que se colapse el mercado interbancario’ es que la situación está mal, pero que muy mal, si no es mucho lo que haría falta es que se está muy próximo a tal momento: al del colapso del mercado interbancario. Lo anterior es fortísimo, por lo que es preciso matizarlo porque aún no toca decir las cosas claras: pero no se pongan nerviosos ‘La situación no es tan grave en este momento’ (claro que si nos hallamos al borde del colapso, ¿cómo no va a ser grave la situación?). Pero como el mensaje que ha de quedar el final no debe dejar lugar a dudas: ‘existe la sensación de que no sería difícil llegar a tal extremo’.
¿Medidas?, ya saben, pienso que no hay: nunca las ha habido: son herramientas que servían para manejarse en un modelo agotado, y en esta tercera fase de este proceso, de esta crisis sistémica, el ‘No es mucho lo que haría falta’ puede concretarse en cualquier cosa. Pienso que el deterioro de la economía USA y del USD más allá de lo presupuestado y la manifiesta imposibilidad arreglo puede ser un buen agente activador.
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El eco de los disturbios de las ciudades Inglesas. Se continúa hablando del tema: se continuará hablando del tema. Ya lo comentamos: un apunte más. En los 80, esa-cosa-llamada-neoliberalismo (error: el liberalismo siempre es ‘neo’) puso en marcha un aparato que arrojó al arrollo del olvido un montón de cosas, entre ellas la redistribución de la renta. En esa década, The UK encabezó la lista mundial de países en los que más aumentó la diferencia entre las dos decilas más ricas y las dos más pobres a la vez que la tasa de pobreza no cesaba de crecer: 1992: 32% de pobreza infantil (10% en 1978), en The UK, sí, en The UK.
Al llegar la década de los 90 y al igual que en otros lugares, en The UK se empezó a conceder a la población, graciosamente, acceso al crédito, más incluso, proporcionalmente, que en otros lugares al ser la legislación laboral mucho menos regulatoria en materia de jornadas y salarios; acceso que aún se incrementó más en la década de los 2000. Había subempleo y bajos salarios, pero había crédito, por lo que podía haber consumo, y, por tanto, no había reivindicaciones sociales.
La crisis se ha cargado este esquema con un agravante: no hay recambio, y con un problema añadido: va a más. A los jóvenes se les ha estado diciendo: ‘Si quieres, tienes’, y se lo han creído porque han estado viendo que era cierto; ya, llegar a tener un Aston Martin Virage era prácticamente imposible, pero conseguir un plasma nuevo y obtener unas libras de crédito para venir a tomar cervezas a Lloret no, hasta ahora.
Ahora esos jóvenes (y no tan jóvenes) han visto que ese modelo se ha acabado e intuyen -son muy listos- que no va a volver, por lo que tienden a acumular: a llevarse a ‘su cubil’: su habitación, su apartamento compartido, cosas que intuyen no van a poder tener, puede que nunca. En esa línea, el saqueo no respondería tanto a la miseria como a la imposibilidad de acceso, a la no posibilidad de cumplir el ‘Lo quieres, lo tienes’, al acaparamiento de algo hoy no necesario como mañana inconseguible: se saqueaban bienes duraderos o bastante duraderos.
¿Crisis de valores?. Los valores cambian: hoy no son los mismos que en 1730 o que en 1310. Ni en el 2087 serán semejantes a los que hoy son. Claro que si por crisis de valores se entiende el decirle a alguien que puede tener lo que quiera (porque es bueno para la economía y para la persona) y cuando se lo ha creído decirle que ya no, pues sí: puede que exista una crisis de valores muy profunda.
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Quiero pensar -QUIERO PENSAR- que los 50 M que dicen que algunos clubes de football deben a sus jugadores no saldrán, de uno u otro modo, de los presupuestos generales del Estado; quiero pensarlo: si eso sale de ahí, ¿qué no podría salir?; pero el football contribuye a la paz social y los caramelos de menta, por ejemplo, no, luego…
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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