Me escribe una amiga:
“(…) Hoy me llevé otro chasco que no doy crédito. Hace dos semanas encargué un estante cerrado para colgar en el salón y guardar copas. El que me vendían tenía una división interior que no me convenía, porque unas copas no me cabían. Les pedí un cambio, o que no me colocaran ese estante, que ya lo haría a la medida. Pues hoy me comunican, que no me lo hacen. Impresionante¡¡¡¡¡¡ Eran más de trescientos euros. No lo puedo entender, pero así me quedé hoy. La intermediaria me dice que se hartó de llamar a fábricas”.
Mi respuesta:
“Se entiende perfectamente: prefieren no vender que tener los costes de estructura que supone hacerte esa modificación (cuando la crisis se endurezca, en cosas como esas, dejará de pasar). Fíjate lo que sucede en el automóvil: se venden pocos coches, pero si vas a un agente y no te quedas uno de los que tiene allí en stock sin cambiar nada, el plazo de entrega es de dos meses, o más: están fabricando bajo pedido”.
Entiendo que esto es el just-in-time ko.0. No se hace para no tener costes que, si se tuviesen, tal vez no se recuperarían, pero entonces el cash-flow baja con lo que aún empeora más la posición anterior. Este es un modo de hacer implosivo que lleva a ninguna parte, luego entiendo que debe modificarse.
En el caso de mi amiga, hubiese sido lógico que le hubieran solicitado una cantidad a cuenta o, mejor, un depósito condicionado. En el del automóvil, que reduzcan los modelos. No hay consumo y cuanto menos consumo hay más peor es el servicio y mayores son los plazos de entrega.
Absoluta y definitivamente absurdo.
En el mismo orden de cosas en Europa la pregunta es: ¿cuánto tiempo tardará en oírse ‘Portugal, España, Grecia, los PIIGS, no debieron haber entrado en el euro’?. En Alemania se critica la compra de deuda por parte del BCE: ‘¡Qué egoístas’!’; evidentemente: mientras podían sacar algo: un sí a la entrada de los PECOs en Europa, la compra de bienes y servicios, daban, permitían, aceptaban: hicieron números y les salían, ya no, y en su casa tienen problemas: ¿qué parte de lo que exportan es puro excedente de capacidad productiva?. Pero las cosas van así, ¿o es que alguien pensaba otra cosa?.
Lo peor del caso es que si los PIIGS saliesen del euro, a nivel europeo, mundial, pasarían muy pocas cosas. Si las áreas competitivas de esas economías siguieran operando con Europa, con el mundo, en una atmósfera de regímenes fiscales interiores adaptados a las realidades de cada zona, Europa incluso iría mejor; ya: en la rica Alemania hay zonas tristes, deprimidas y pobres: pienso que van a tener un problema.
Lo de que España, Grecia, … entraron y no debían haber entrado, pienso que se acabará diciendo, en algún parlamento, en alguna comisión, por parte de alguien con eco ante un centenar de periodistas, en el fragor de una rueda de prensa y con los votantes llamando a la puerta, pero se dirá, y tal vez alguien en algún lugar de esos PIIGS, en el fragor de otra rueda de prensa, responderá que si les dejaron entrar fue porque les convino. Se dirá, sobre todo lo primero: es verdad, y será humano; para lo que habrá que rezar será para que se quiera hablar tras la calorina.
Insisto: el razonamiento de los sanos (lo son menos de lo que creen) es lógico: los PIIGS estuvieron gastando porque se les dio permiso para gastar y una tarjeta muy gorda para que fuesen pagando, ahora ya han agotado el límite de la tarjeta y, encima, deben una pasta de narices; pues que dejen de gastar en lo que no pueden pagar y que gasten menos en cosas en las que podrían a fin de que paguen lo que deben.
En USA la pregunta es: ¿cuándo alguien dirá que mantener los tipos reales negativos ya no sirve absolutamente para nada y que tanto da que se mantengan hasta mediados del 2013 o hasta que lleva de abajo para arriba?. Un día el Dow baja casi el 5% y al siguiente sube lo mismo; ¿mejoró la economía USA en 24 horas, cambiaron sus expectativas, llegaron muchos más pedidos a las empresas?. No se quieren oír cosas feas (pienso que en USA menos que en Europa: han sufrido menos tiempo) y hay codazos para tomarse la última copa antes de que se cierre el bar definitivamente.
¡Ah!, y cada vez estoy más convencido de que no se dice todo lo que se sabe; que se dice lentamente, despacio, a pequeños tragos. No puedo demostrarlo, claro, pero, ¿cómo es posible que a mediados de Julio el planeta se dirigiese hacia el Nirvana y hoy se esté hablando como posible de una cosa denominada ‘segunda recesión’?.
(Espacio en blanco para meditar un instante)
Y los recortes. Lo que pienso que debía empezar a considerarse es el tema de ‘los recortes’ como solución. Es lo de “Crónica de una muerte anunciada” pero en fases muy definidas. ‘Los mercados’: los propietarios de LA deuda (la total), primero exigieron rescates, y los tuvieron; deapués estímulos, y se les concedieron; y luego, cuando vieron las consecuencias de las dos peticiones anteriores: déficts fantasmagóricos y más deuda, demandaron saneamientos a fin de que la poca pasta que se obtuviera fuera para ellos. Pero pienso ya están en otra fase mientras que los Gobiernos aún siguen en esta.
Con los rescates se pensó (quiero pensar que se pensó) en que reflotando la economía y sus instituciones sería suficiente, y con los estímulos se dedujo (quiero pensar que así fue: la alternativa es pavorosa) que se crearía actividad y que la máquina, sana y reflotada, alcanzaría velocidad de crucero: como ‘antes de’, pero luego se ha visto / no ha quedado más remedio que ver, que con lo que se estaba creciendo, ni se iba a poder pagar lo que se debía ni se iba a crecer lo suficiente para crecer y pagar lo nuevo que se va debiendo y lo que se iba a deber cuando se creciera. (Parece un lío pero no lo es: léanlo otra vez).
Ahora quienes tienen la deuda ya tiene claro que el quid de la cuestión está en el crecimiento: no se crece lo suficiente para atender a todo lo que hay que atender, para recuperar la senda del crecimiento, y no se crece porque no se puede: las herramientas del modelo ya no sirven: su uso intensivo y desmesurado agotó al modelo, y el objetivo de nuestro modelo era crecer mucho, todos, en todas partes. De ahí la crisis sistémica y la situación en la que el planeta se halla inmerso (y lo que le queda, claro).
En resumen: lo que está sucediendo sucede porque no se puede crecer: ni de la manera que se crecía ni al ritmo que se crecía, EL problema es que es inevitable: eso no se puede volver a conseguir: ni con este modelo que ya está agotado ni con el nuevo que podrá el acento en la optimización y no en el crecimiento-para-seguir-creciendo.
Resumen del resumen: lo que ‘los mercados’: los propietarios de LA deuda están haciendo ahora, pienso, no es exigir más recortes para asegurar su inversión, si no intentar sacarse de encima unos papeles que, pienso, saben: sigo pensando, cada vez van a valer menos a medida que el crecimiento sea cada vez más imposible.
Porque estamos en una crisis sistémica, sí.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramón Llull.
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