Jeannette O. es analista anglosajona especializada en el sector de bancos y de las nuevas tecnologías, que se han incorporado al mismo. Me dice que "los bancos se convertirán en grandes supermercados, en un proceso similar a las grandes compañías tecnológicas que cotizan en Wall Street, que lo mismo te venden teléfonos, que banners publicitarios, bases de datos y contenidos. También han hecho ya sus primeras incursiones en el mundo financiero y bursátil. Por supuesto, ya están actuando como bancos y entidades de financiación. El mundo de la tecnología van tan rápido, que lo nuevo de hoy ya es viejo mañana. Todo ello se traducirá en un adiós a gran parte de las oficinas en todo el mundo y, por supuesto, de empleados, como ya estamos viendo de manera clara en los dos últimos años". Y esto me recuerda que según los datos del Banco de España en septiembre de 2008, justo antes de la quiebra de Lehman Brothers, el número de oficinas en España era de 46.118, el mayor de la historia. Desde entonces se han reducido en un 32% como consecuencia de la concentración del sector y la desaparición de las cajas de ahorro. A cierre de diciembre de 2015, los bancos contaban con 31.087 sucursales en el país con 46,7 millones de españoles, lo que supone la menor cifra desde diciembre de 1983, cuando había 31.069 oficinas para una población de 38,2 millones. Respecto a los trabajadores, 2016 va a ser otro duro. Según datos del Banco de España, desde 2009 han desaparecido 66.500 puestos de trabajo en el sector. Al cierre de 2009 había 269.475 empleados de banca frente a los 202.959 trabajadores en 2015.
Con los últimos recortes de plantillas anunciados, los empleados de banca caerán este 2016 por debajo de la cota psicológica de los 200.000. De hecho, la cifra actual es la más baja de la serie histórica del Banco de España que empieza en 1992. En el año de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla había casi 262.000 empleados en banca.
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Escribe Cecilia Prieto en Funds People que Fintech y blockchain han sido dos temas de los que se ha hablado mucho este año, por su capacidad disruptiva sobre la industria de gestión de activos. Pero no son los únicos avances tecnológicos que pueden modelar el futuro de la industria financiera. Expertos de Goldman Sachs AM, BlackRock y Robeco comparten sus puntos de vista sobre el impacto del big data, asesoramiento digital y la ciberseguridad sobre las finanzas.
Big Data
La información nunca había sido clasificada, compartida y accedida en tal cantidad y con tanta rapidez en la historia como lo está siendo en 2016. “Los inversores pueden acceder a una enorme cantidad de información sobre cada compañía que haya hecho públicas sus cuentas, información que puede influir potencialmente sobre las cotizaciones y otras oportunidades de inversión”, comentan los expertos de Goldman Sachs AM.
Por supuesto, “hay limitaciones sobre los datos a los que puede acceder cada individuo, lo que vuelve al poder de la computación más esencial que nunca”, aclaran. El propósito del big data, entonces, consiste en la generación de “instrumentos avanzados de analítica y tecnologías superiores de procesamiento que son clave para extraer valor y procesar puntos de vista sobre la inversión a partir de esta abundancia de información”.
De hecho, la gestora ha desarrollado un sofisticado programa de procesamiento de datos en principio no relacionados con fundamentales para ncontrar antes que nadie nuevas ideas de inversión en valores. Este programa forma parte del modelo cuantitativo que aplica el equipo gestor de la gama GS Core Equity (leer más).
“Los datos por sí solos tienen poco valor, a no ser que puedan llevar a una acción puntual e informada. Los usuarios de datos también deben ejercitar su juicio y una vigilancia cuidadosa, dado que depender ciegamente del análisis de datos puede ser peligroso”, advierten los expertos. Su punto de vista es que “el uso efectivo de datos requiere una administración cuidadosa por parte de los gestores, dado que emparejar las percepciones humanas con la tecnología produce los mejores resultados”.
Para los expertos de Goldman Sachs AM, reconocer cuanto antes el potencial del big data para modelar la economía es crítico, puesto que “aquellos que puedan emplear el poder del big data pueden disfrutar de una ventaja competitiva”. Aportan ejemplos de grandes cambios en algunas industrias. Uno de los más evidentes es el de las agencias online de viajes: hoy se pueden encontrar numerosos motores de búsqueda que detectan rápidamente las mejores ofertas para reservar alojamiento. Otro caso actual es el de las ventas minoristas: numerosas empresas han creado programas para fidelizar a sus clientes y aprovechan sus datos para crear modelos que les permiten segmentar mejor a los consumidores, fijar precios y diseñar nuevas ofertas.
Ciberseguridad
“El riesgo cibernético es ahora tan serio que es algo que los comités deben abordar directamente como parte de su análisis de riesgo corporativo. En el pasado, el riesgo cibernético era un problema que era tratado por algún departamento del cuarto piso, pero eso ya no es aceptable”. advierte Carola van Lamoen, responsable de buen gobierno y activismo de Robeco.
Para Van Lamoen, los comités directivos “tienen un margen significativo de mejora”, porque el riesgo cibernético ha crecido y se ha expandido, principalmente en dos áreas: el riesgo de ser hackeado, al volverse los ciberdelincuentes más profesionales, y el riesgo de una implementación errónea de software. Un caso reciente y muy emblemático ha sido el robo al Banco Central de Bangladesh de 81 millones de dólares, que sustrajeron delincuentes informáticos que consiguieron piratear la cuenta que tenía el banco en la Reserva Federal de Nueva York.
La responsable de Robeco también advierte de que existe el peligro de que las compañías cuyas cuentas hayan sido pirateadas mantengan el suceso en silencio, lo que supone un daño para los accionistas: “Obviamente, como inversores es bueno saber en primer lugar cómo una compañía afronta los ciberdelitos. Necesitan ser transparentes sobre quién es el responsable último, cómo se identifican los ciber riesgos y qué sistemas se mantienen para prevenir los incidentes, y si se produce alguno, cómo se van a solucionar”.
Una forma bastante habitual de que un virus penetre en la red de una empresa es a través de algún enlace al que haya accedido un empleado en horas de trabajo a través de su mail personal, sin saber que contenía un malware (software malicioso) lo suficientemente sofisticado como para atravesar los cortafuegos de la empresa. “Se debería crear una cultura en la que la gente no le preocupe informar de un problema si algo va mal, porque de otra forma puede ser extremadamente dañino para la empresa”, comenta Van Lamoen.
“Es importante que se integre la supervisión del ciber riesgo en la estrategia y la gestión del riesgo de la compañía, particularmente en relación con la identificación de los datos clave de la empresa y los activos informativos”, concluye la experta.
Asesoramiento digital
Hollie Fagan, responsable de la división de asesores financieros registrados de BlackRock, aporta el resumen de una conversación reciente sobre el futuro de la profesión con Joe Duran, consejero delegado de United Capital Según Duran, ese futuro es “digital y móvil”, dado que “la ubicación se está volviendo menos importante cada día”. El experto matiza que el futuro del asesoramiento “se hará móvil, colaborativo, a demanda y 24/7. No sólo será emitido el asesoramiento a través del smartphone, el proceso seguramente se vuelva más interactivo y participativos, dando a los individuos más control que nunca”.
Según Duran, en el futuro el proceso de asesoramiento “será mucho más dinámico e interactivo”, en el que los asesores “estaremos en los bolsillos de nuestros clientes, en sus móviles y listos para responder todas sus preguntas, todos los días y durante cada día”.
Para el experto invitado por BlackRock, en lo que se refiere al asesoramiento “a veces no se trata del producto, sino en la manera en que se entrega ese producto”. Duran afirma que “para la industria de gestión de activos, algunas compañías están demasiado atascadas en hacer cosas de la forma en que se ha hecho en el pasado – reuniones en salas de conferencias aburridas-, pero no es lo que quieren hoy los clientes”. BlackRock hizo públicos en abril los pilares de su estrategia digital para reforzar los servicios que presta a sus clientes.
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