A pesar de que se han dado connotaciones diversas (digámoslo así) 
continúo con el símil porque pienso que es acertado: el modelo 
económico-social por el que el planeta se ha estado moviendo / rigiendo /
 administrando desde los años 50 está agotado debido a que un cáncer lo 
ha corroído: hipercreció a fin de continuar creciendo ya que crecer 
menos suponía no crecer ya que el modelo solo disponía de una única 
dirección: ir-a-más. Vale, ¿y ahora?.
 Ahora, como en todo proceso cancerígeno tan sólo queda aplicar la 
correspondiente quimioterapia con el objetivo de curar al paciente; la 
diferencia entre lo que en el planeta está sucediendo y un enfermo de 
cáncer radica en que en el primer caso la medicina se aplica para 
posibilitar el cambio de modelo ya que la curación no es posible ya que 
no lo es volver a hacer las cosas del modo que desencadenó el 
agotamiento del modelo.
 España como ejemplo. El cumplimiento de los objetivos de déficit es el 
referente: absolutamente todo se ha de supeditar a tal fin, y España ha 
de acabar el 2012 con un déficit del -6,3% y ha de finalizar el 2013 con
 uno del -4,5%; es imposible, ya, pero eso es otra historia.
 La quimioterapia que España aplicará / le harán aplicar, partiendo de 
la base de que España va a decrecer tanto el presente año como el 
siguiente (exactamente cuanto ahora tanto da), ha de basarse, 
inexorablemente, en la reducción de gasto público y en subidas de 
impuestos; porque, a) al rebajar el déficit se da confianza en que las 
cosas están encarriladas, y b) porque se demuestra que se reservan 
fondos para pagar los intereses de lo que se debe.
 La quimioterapia, en consecuencia, la integran el conjunto de medidas 
que disminuyen gastos y que aumentan ingresos, independientemente de que
 arrasen derechos, promesas, poderes adquisitivos, dispendios 
improductivos, malversaciones de fondos o pura y simplemente prácticas 
corruptas. En un proceso cancerígeno la quimioterapia se carga células 
buenas y malas, y lo que se pretende es que al eliminar las malas la 
regeneración de las buenas cure al paciente.
 Aquí, y en todas partes, los efectos de la quimioterapia que se aplique
 serán la eliminación de los lastres que anclaban la realidad al modo de
 hacer ya agotado: un sistema financiero sobredimensionado, un sistema 
bancario diseñado para unas operativas ya caducadas, unas estructuras 
organizativas inoperantes, …, pero ello tendrá efectos: un 
empobrecimiento generalizado y la degradación de los estándares de vida.
 Caricaturizando: Se concedió a la población la posibilidad de tener la 
Luna, y gran parte de la población optó por tenerla, y la que optó por 
ello ahora la debe, ese es un problema, enorme, ero no es el único. El 
crecimiento se circunscribió a que la población comprase Lunas y en que 
esa población interiorizase que tener Lunas era algo a lo que tenía 
derecho, un derecho eterno por lo que podría tener una luna siempre que 
quisiese. Así se funcionó durante la última década  y media de este 
modelo que agoniza.
 ¿Qué viene ahora?. Una fase larga de quimioterapia: dos años al menos, 
uno de una muy alta intensidad; luego una muy lenta y progresiva 
implantación de las nuevas formas de hacer, pienso que ya sin 
retrocesos: esa es una de las cosas que se aprendió de la Depresión 
(aunque se olvidó lo referente a los planes E). Y la estabilidad.
 Pero, pienso, con crecimientos del 0,X%, algún año del 1,0%, tal vez 
del 1,algo%, pero nada que ver con aquellos 3% y 4% que vimos en el 
pasado porque ya no son posibles -cuestión de recursos, de 
sostenibilidad-, ya no se podrá vivir como se había vivido, no. Así no 
se podrá tener ninguna Luna.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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