Los problemas bancarios en Europa han comenzado a desatar una crisis de financiación en los mercados emergentes de Asia, América Latina y Europa del Este, dejándolos expuestos mientras el "primer mundo" se encamina hacia una doble recesión. La emisión de bonos corporativos se ha desplomado un 75% en los últimos tres meses en estas regiones, tocando el nivel más bajo desde principios de 2009, cuando la Gran Recesión se encontraba en su punto álgido, según datos de Bloomberg.
El contagio se ha extendido al mercado de bonos chinos “Dim Sum” que permite el corretaje con deuda denominada en yuanes emitida por compañías extranjeras y bonos chinos en Hong Kong, donde las empresas relacionadas con el mercado inmobiliario de China y con los sectores de la construcción han sufrido un duro golpe, señala el columnista financiero Evans Pritchard. Los rendimientos de los bonos Dim Sum aumentaron en 105 puntos básicos hasta el 5,85 por ciento en agosto, el peor mes desde que estos instrumentos fueron creados.
El miedo a una ralentización de la economía ha provocado un severo correctivo de su mercado bursátil, especialmente en las promotoras como China Vanke y Poly Real Estate. Algunos grupos inmobiliarios han comenzado a rebajar sensiblemente, hasta el 20 por ciento, el precio de las viviendas.
Morgan Stanley dijo que las economías emergentes tienen que refinanciar 1,5 billones de deuda externa en los próximos 12 meses. La mayoría de las empresas y emitidas en dólares.
La mayoría de los países en desarrollo carecen de un adecuado mercado de bonos, por lo tanto las empresas confían en los mercados internacionales para financiarse. Casi el 80% proviene de los bancos europeos, que han prestado 3,4 billones de dólares a los mercados emergentes. Parte de la financiación proviene de los mercados monetarios de EE.UU. - que ya han dejado en gran parte de financiar a Europa. Esto añade más presión a un mercado de crédito que ya está muy estresado.
El Banco de Pagos Internacionales señala que los bancos europeos han prestado 1,3 billones de dólares a Europa del Este, 900.000 millones de dólares a los emergentes asiáticos y 500.000 millones a América Latina. “El peligro que nos acecha es un parón en los préstamos”, señala Evans.
Esta amenaza es especialmente grave en Rusia, donde las compañías tienen que refinanciar 30.000 millones en diciembre, una tarea difícil ya que los inversores huyen tras el despido del ministro de Finanzas Alexei Kudrin - visto por los occidentales como un puntal de credibilidad en Moscú.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que los mercados emergentes corren el riesgo de un sensible giro en los flujos de capital si Europa no puede contener su crisis de deuda. Pero este proceso ya ha comenzado.
Las monedas del Brasil, de la India, de Indonesia, de Corea, de Sudáfrica, de Turquía, de Polonia y de Hungría se han desplomado en torno al 10 por ciento durante el último mes, frustrando las esperanzas de un decoupling de las dificultades del “primer mundo”.
El FMI dijo que el mayor peligro es un abrupto fin de la deuda corporativa, especialmente en América Latina y Europa del Este. La volatilidad de los flujos hace que éstos se puedan revertir rápidamente si los inversionistas se asustan o se perciben valoraciones demasiado elevadas, señaló.
China es un caso especial, comenta Pritchard. Tiene reservas de divisas por valor de 3,2 billones de dólares. Está asfixiando el crédito deliberadamente para evitar la especulación inmobiliaria y ralentizar la inflación, principalmente frenando los préstamos. Beijing tiene libertad de acción para revertir el curso de contracción del crédito y lanzar una ráfaga fresca de estímulos pero no a la escala de 2008.
El FMI advierte que los préstamos se han duplicado desde menos del 100% del PIB a cerca del 200% en los últimos cinco años, cuando se incluyen los préstamos fuera de contabilidad. El aumento del crédito es mayor que durante el auge inmobiliario de EE.UU. o la burbuja de Japón a finales de 1980.
La primera señal de alarma ya ha sonado. El coste del seguro frente a un default (CDS) que mide el riesgo de la deuda soberana de China subió 16 puntos básicos el pasado miércoles a 170, el nivel más alto desde marzo de 2009, el mes más negro de la crisis financiera.
Fuentes: Evans Pritchard
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