martes, 21 de junio de 2011

¿A quién le sorprende?

¿A quién le sorprende que se haya llegado a un acuerdo en relación a lo-que-debe-Grecia?. ¿Alguien dudaba que se alcanzaría tal acuerdo?. Ahora el objetivo es único: ganar tiempo hasta que se analicen los resultados de los stress tests (que no contemplarán toda la porquería, pero sí bastante más que los del año pasado; por cierto, a pesar de asumir que estaban mal hechos, ¿han oído Uds. que se hayan solicitado responsabilidades por su falta de calidad?). El objetivo es ganar tiempo hasta analizar lo que salga en las pruebas, y sus implicaciones, y se vea qué y cómo puede pagar cada quien.

Lo que debe Grecia, lo que debe cada país. El acuerdo, se dice, sirve para que las agencias de calificación no declaren a Grecia insolvente, aunque esas agencias han colocado a la economía griega al mismo nivel que la de Ghana. ¿Absurdo?, no: conveniente.

Nadie puede pagar todo lo que debe, ni Grecia ni nadie, pero hay otro problema, un problema del que en España sabemos mucho: los principales deudores españoles son las empresas y las entidades financieras de España, las Administraciones públicas deben, en proporción, poco. En Grecia sucede algo parecido. El 77% de la deuda griega la tienen cuatro países: entes cuya pertenencia jurídica está en cuatro países, pues bien, sólo el 37,9% de esa deuda greiaga corresponde a deuda pública, el 54,5% corresponde, fundamentalmente, a familias y a empresas, y ahí tenemos el superproblemón.

A un país se le acogota, se le amenaza, se le hace firmar lo que sea procedente, y se le esquilma; a quienes se les aplicó en Consenso de Washington saben mucho de eso; ahora, con los países sucede algo parecido, de ahí que hasta ahora se haya estado aplicando el Consenso de Frankfort: Grecia ya está pagando por alguna deuda el 30% de intereses, y la población griega es más pobre a cada día que pasa. También a un gran banco o a una muy gran compañía se le puede acogotar, pero, ¿cómo se presiona al Sr. Juan Español o la pyme Perico, S.L. o a sus equivalentes griego, portugués, estadounidense, francés, …. Recuerden: nadie puede pagar todo lo que debe.

Por eso hay que recurrir a añagazas, a ardides, a instrumentos imaginativos. Todos los inversores saben que Grecia no pude pagar del mismo modo que hace un año sabían que no podía pagar y del mismo que saben que mañana no va a poder pagar, pero mientras no se diga y nadie manifieste dudas sobre la capacidad de pago griega, todo irá bien, máxime si Frau Merkel dice lo que dijo el pasado Viernes. Y se recurre a lo que haga falta para darle un aire serio a la cosa: esta vez fue la Iniciativa de Viena, pero hubiese podido ser la Paz de Westfalia.

Hasta después del Verano, hasta que todos los análisis y supuestos hayan sido elaborados y trabajados, lo importante es no romper la baraja, que todo el mundo haga ver que cree que todo va a ir bien, que nadie plantee ninguna duda sobre nada. ¿Saben que pienso al respecto de que en Grecia haya sido nombrado Ministro de Economía alguien que cuya experiencia en el tema es nula?, pues que en Grecia ya se ha llegado al punto en el que da exactamente igual quien ocupe la Cartera de Economía. Ha sido el que hasta el cambio ocupaba el Ministerio de la Guerra, huy, perdón, ese nombre es antiguo, ahora se llama Ministerio de Defensa, pero podía haber sido nombrada la persona que ocupaba la de Educación.

¿A quién le puede sorprender que USA vaya a perseguir a las agencias de calificación por las cosas feas que ahora se dice que hicieron?. El pueblo necesita culpables, la masa necesita sangre: de eso en España sabemos mucho. ¡Por favor, cuánta hipocresía!. Si ahora existen dudas de que pudieron hacer mal las cosas, ¿no hubieron dudas por parte de quienes las controlaron durante los años de ‘el mundo va bien’?. Ahora se podrá demonizar a las agencias porque ya no son útiles para que hagan para lo que fueron creadas por lo que se las utilizará como chivo expiatorio de las culpas negras por lo que serán ahorcadas en la plaza pública; pero lo cierto es que las agencias hicieron muy bien lo que tenían que hacer: dar la confianza precisa para seguir yendo-a-más. ¿No crecimos?, pues ese crecimiento se produjo, en gran medida, gracias a las agencias de calificación.

¡Que poco se decía que hacían mal su trabajo cuando, en los 90, proclamaban que los subdesarrollados debían recortar y encarecer lo que sus poblaciones tenían a fin de pagar lo que debían!. Entonces las agencias hacían las cosas muy bien: lo que hacían contribuía al negocio, al igual que contribuía el que, en los 2000, los títulos que luego fueron basura fuesen calificados con cinco aes, o con seis, pero ya nada se puede rascar ahí, luego a las agencias. Bye, bye, baby.

¿A quién le sorprende?. En España, la suma de lo que se-da-en-llamar ‘créditos de dudoso cobro’ equivalía, a 30 de Abril, al 10,76% del PIB del reino. Ya, pensarán que los criterios que se tomen para considerar que una deuda es de-dudoso-cobro pueden influir mucho el volumen dudoso, pues si, muchísimo. La pregunta, ¿cuántos de esos casi once puntos serán cobrados?.

Sorprendente: la deuda de las regiones crece y crece, pero se sigue sin abordar el tema del défcit fiscal interregional. ¡Sorprendente!: la una sin el otro es un sin sentido.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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