martes, 7 de diciembre de 2010

ANTI PIB

Hace unas semanas recibí un mail de un lector. Lo reproduzco porque pienso que es interesante. “(…) llevo unos cuantos meses leyendo a diario sus opiniones en La Carta de la Bolsa y según sus comentarios parece que todos los españoles estamos endeudados hasta las cejas.

No quiero ser ningún modelo ni parecer el más listo de la clase, pero le voy a contar lo mas brevemente posible como me va económicamente hablando para tratar de demostrar que algunos hemos estado haciendo las cosas de otra manera desde hace tiempo.

Tengo 39 años, soy (nombre de una profesión que exige titulación) y llevo 20 años trabajando en la misma empresa, una rareza en el mercado laboral actual. Nunca he ganado mucho dinero, el suficiente para ir tirando, y me he amoldado a mis ingresos. Si un año no me puedo ir de vacaciones no me voy, no pasa nada. Hace un par de años se me estropeó el coche, un (modelo de un automóvil fabricado en España) con 14 años de antigüedad. No merecía la pena arreglarlo. Me compré uno nuevo, un (modelo de un automóvil no fabricado en España), por 15.000 euros que pagué al contado porque no me gusta tener créditos si es posible. De hecho no tengo deudas, lo tengo todo pagado a día de hoy. En aquel momento tenía en el banco (una cantidad) euros ahorrados, más otros (otra cantidad) invertidos en acciones. No quise comprar un coche mejor porque no lo consideraba necesario y por precaución, no vaya a ser que me quedara sin trabajo.

Este año tenemos un ERE de reducción de jornada. La cosa va muy mal. En el 2008 ganaba (una cantidad) euros al mes incluidas pagas extra. Hoy gano(otra cantidad el 25% inferior a la primera). Para un sueldo pequeño se nota mucho. Mi padre vive conmigo (el mundo al revés, el padre que vive en casa del hijo) y aporta 250 euros al mes porque su pensión es mínima. Aún así ahorramos, menos que hace dos años, pero ahorramos. A día de hoy tengo (una cantidad semejante a la primera) euros en el banco, casi he ahorrado lo que me gasté en el coche. Del valor de lo que tengo en bolsa mejor no hablamos, porque bajó, pero no dramáticamente.

¿La receta para ahorrar? Austeridad. Llevo 17 años comiendo en el trabajo, que es mucho más barato hacerse la comida en casa y llevársela al trabajo que comer de menú. Este mes he empezado a usar el transporte público y mi coche en vez de usar sólo el coche. Al vivir en un pueblo pequeño, no hay muchos autobuses, así que me cojo el coche hasta el pueblo de al lado que está a sólo 8 kilómetros y hay muchos autobuses y desde allí hasta el infinito y más allá, como BuzzLightyear. 38 kilómetros diarios de ahorro entre ida y vuelta, a 19 céntimos de euro el kilómetro que he calculado entre gasolina, ruedas, cambios de aceite y desgaste del vehículo… ¡Una pasada de ahorro! ¿Efectos secundarios? Levantarme media hora antes, una nimiedad. Por levantarse media hora antes no merece la pena gastarse el triple de lo que cuesta el autobús.

No he ido a París ni a Londres ni a Roma ni a la Conchinchina de viaje, no conduzco un (una marca lujosa)o un (otra marca lujosa), mi casa es un modesto piso de hace 30 años, se pueden contar con los dedos de dos manos las veces que salgo a comer fuera de casa a lo largo de un año, y con los dedos de una a conciertos o al teatro.

Según el modelo de vida imperante, la mía parece la de un fracasado. Considero que no, que es la de una persona sensata y prudente que vive con lo que tiene, tranquila y feliz porque no debo nada a nadie y en el hipotético caso de que perdiera el empleo, no necesito encontrarlo al mes siguiente porque si no el banco me embarga”.

Mi respuesta fue la siguiente.

“Desde el punto de vista de un burgués calvinista de la primera mitad del siglo XIX Ud. sería un dechado de virtudes y su vida modelo y ejemplo, desde la óptica del que aún es nuestro actual modelo Ud. es un ente malvado que no consume por lo que no genera PIB: Ud. debería haber estado entrampado hasta las cejas, haber consumido compulsivamente y haber adquirido un megaautomóvil galáctico sideral -a crédito, naturalmente-, en vez de ese automóvil que adquirió, ¡y encima al contado!; claro que Ud. ahora se halla en una situación infinitamente menos comprometida que otras personas para hacer frente a lo que viene.

Se ha crecido porque la mayoría de las personas no han sido como Ud., pero la salida de lo que ya ha llegado va a producirse a través de actuaciones en la línea de la de Ud. ¿Paradójico?, no. Simplemente somos humanos”.

En otro orden de cosas (¿si?), el anuncio del Gobierno de que el próximo 28 de Enero ha de quedar reformado el sistema pensiones, sí o sí. ¡Vaya!, ¿qué partido político incluyó en el programa electoral con el que se presentó a las últimas elecciones generales un punto en el que ‘para dar credibilidad a los mercados’ fuesen a ser modificadas las pensiones. Un Gobierno elegido por el pueblo formado por miembros de un partido político que no incluyó tal cosa en su programa elaborará una norma que, tal vez, será discutida por un Parlamento elegido por el pueblo entre una panoplia de partidos políticos que no incluyeron la reforma de las pensiones en sus programas electorales, sorprendente, ¿no?.

Esa reforma del sistema de pensiones va a salir sí o sí, una reforma que va a minar el poder adquisitivo del pueblo que eligió al Gobierno que la elabora y al Parlamento que la discute, y a todo ello añadiendo que ese pueblo ignora en su mayoría las razones por la que es tan urgente, tan perentorio, tan esencial, la reforma del sistema de pensiones; ¿no se lo creen?, hagan una encuesta entre quienes conozcan que no sean expertos en cuestiones de la Seguridad Social.

La pregunta que flota en el aire: ¿en qué medida afectará esa reforma de las pensiones a cargos políticos que llevan asociada una o varias pensiones aunque la/s percepción/ones no tenga/n tal denominación?.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

Lacartadelabolsa.com

2 comentarios :

  1. Acabo de leer esta entrada y casi me he emocionado porque me considero otro Anti PIB!! qué honor! No vivir enganchado a las tarjetas ni a los créditos!
    Yo vivo de alquiler (barato) desde hace 10 años, tengo un sueldo superior al de hace 10 años pero mi nivel de gastos es el de siempre, sin locuras en coches, ropa, vacaciones, etc.
    Voy a trabajar muchos días en transporte público a pesar de que la combinación no es buena. Y también llevo la comida de casa, no sólo porque es más barata sino porque es mejor que la del comedor de mi empresa.
    Mi actitud como consumidor responde a la pura necesidad en un 80% y al capricho o vicio en un 20%.
    No tengo deudas con nadie porque decidí vivir en relación a lo que ingreso y dormir tranquilo cada noche. No tengo delirios de grandeza.
    Me siento orgulloso de ser una minoría de la población.
    Por cierto, desde hace unos meses tengo la intención de comprar una vivienda. Ahora y no cuando todo el mundo compraba ("La masa ciega pocas veces tiene la razón". André Kostolany)
    Y estoy mirando el mercado con calma, porque los precios continuarán bajando en 2011.
    Ahora es el turno de los compradores.


    saludos.

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  2. Está bien, son filosofías de vida respetables, aunque yo opino que debe haber un equilibrio...

    Dependerá de la economía de cada cual y sus circunstancias pero una vida de casa al trabajo y del trabajo a casa en autobús a mí se me hace anodina, francamente.

    Supongo que esta gente que comenta no harán deporte, pues todo el tiempo que pierden en el transporte público no lo emplearán en ir a un gimnasio a hacer por ejemplo spinning, body pump... eso también es una inversión: en SALUD, señores, no sólo física, sino mental, el poder desconectar cada día de una rutina de trabajo, el eliminar toxinas, el prevenir enfermedades futuras (y por tanto ahorrar en gastos médicos cuando la SS se vaya al garete y sólo pueda ir al médico quien pueda pagarlo). Luego, hacer amigos y relacionarse socialmente, le da una sal a la vida que llenar mi cuenta corriente de ahorros no me da.

    Prefiero tener ahorrados 6000 euros, tener amigos, salir un poco, hacer deporte y sentirme mejor que tener 15.000 para pagar un coche medio a tocateja nuevo y no moverlo apenas para no gastar. Visto en esa tesitura, ¿ por qué coche nuevo ? Hay cantidad de coches seminuevos, km0 o de segunda mano, con poco tiempo y en buen estado que, en el caso de los 15000 euros, te salen por 8000, 7500 euros o, quizás menos. Por ejemplo, yo ahí sí no tengo capricho ni delirios de grandeza, lo mismo me da un coche con 1 año que uno nuevo y la diferencia de precio me puede permitir salir más a cenar, ir a un gimnasio o irme de vacaciones.

    Yo mismo adquirí mi Mégane por 10.000 euros después de negociar duramente en Renault, saqué 2 años de garantía y varios extras que no entraban y conseguí una rebaja de 1000 euros sobre el precio inicial del coche seminuevo. Un coche de 1 año con 11.000 km, no nuevo, pero casi.... nuevo me habría costado por los 16.000 euros. De una tacada he ahorrado los 6000 euros que me habría supuesto ir de fiambrera al trabajo, ir en autobús o no irme de vacaciones varios años.

    El resto del dinero que no me he gastado lo dedico a disfrutar de la vida...

    Cuando nos vayamos al hoyo (que no os quepa la menor duda que sucederá), lo mismo nos va a dar el PIB, el consumo, el ahorro o lo que nos quede en el banco (me da igual que sean deudas que ahorros).

    Creo que la virtud está en el equilibrio: gastar en lo que se necesita y en darse algún capricho, cuando se pueda, para que la vida de uno no se torne anodina y rutinaria. Ahorrar también. Pero yo prefiero ahorrar 6000 y disfrutar que no ahorrar 12000 y prescindir de multitud de cosas que me llenan en la vida.

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