lunes, 24 de marzo de 2014

Salarios, beneficios y ocupación - 1

Puede parecer que el título lo dice casi todo, pero no: hay más.
En principio podría pensarse que existe –que debería existir– una relación positiva entre los tres elementos del título: a más actividad, más producción, más ocupación, más beneficios y mayores salarios; de hecho eso es lo que sucedía en los 60 y 70, pero nada de eso sucede ahora, es más, en realidad sucede todo lo contrario.

En el gráfico que sigue se muestra la evolución del peso de los salarios en la renta mundial  en porcentaje, es decir, qué parte de la renta mundial es debida a los salarios. La película empieza en 1970.


Fuente: Michel Husson, “La teoría de las ondas largas y la crisis del capitalismo contemporáneo”, Diciembre 2013.

¿Qué observamos?, pues que en 33 años el peso de los salarios ha caído la friolera de siete puntos, aunque en realidad la cosa es peor: desde el máximo alcanzado en 1979 hasta el mínimo del 2006, la caída fue de once puntos, y el tramo final está por ver porque ya pueden intuir por donde va ir la tendencia. ¿Qué ha sucedido? ¿Qué explica tal caída?.
A finales de la década de los 70 se alcanza el máximo del máximo del valor que se le ha dado al factor trabajo; llegándose al máximo de la relación ‘producción – trabajo’ (producción – pleno empleo – salarios altos – consumo creciente - beneficios – inversión), a partir de ahí, nuevo submodelo y la oferta pasó a ser la protagonista.
La obsesión pasa a ser el control de la inflación, de ahí la NAIRU: el desempleo no importa porque la oferta no debe tener trabas para aumentar los beneficios y de ahí la cotización de las acciones: ‘incrementar el valor para el accionista’, y la inflación tiene que caer a fin de no drenar las rentas. Además las reorganizaciones productivas, y el inicio de la robotización. Y aquello-que-se-denominó globalización. A partir de ahí el trabajo cada vez fue menos importante, más sustituible, más barato, más precario, … y hasta hoy.
En el gráfico siguiente puede observarse la variación anulal de los salarios reales en USA desde mediados del 98 a medidos del 2013.



Fuente: http://www.zerohedge.com/news/2013-05-08/chart-day-recoveries-these-who-needs-wage-growth
¡Tremendo!, ¿verdad?. La tendencia no deja lugar a dudas: hacia abajo, abajo, abajo. Pero la cosa es aún peor: la variación, obviamente, no es lineal: se producen picos y valles; pues bien, observen que excepto en Marzo del 2009, los máximos son cada vez menos máximos, y siempre los mínimos son cada vez más mínimos. Es decir, ni siquiera la tendencia se ve compensada por algún pico ocasional que rompa con el anterior por arriba.
El factor trabajo cada vez tiene un menor valor práctico y, consecuentemente, se valora menos. Si estuviésemos hablando de cobre, café, manganeso, madera, petróleo o mármol, lo encontraríamos lógico y hasta deseable, el problema es que estamos hablando de personas y las personas son las que consumen.
Y, ¿cómo han consumido si la tendencia de sus salarios reales ha apuntado a la baja, pues a través de un superinvento: el crédito-masivo: concediendo a esas personas -cuyo trabajo cada vez valía menos- una creciente capacidad de endeudamiento para que compensasen sus menores salarios reales y consumieran; los problemas son a) que eso ha dado lugar a una deuda que en numerosísimos casos no se puede pagar y b) el hecho de que esa capacidad de endeudamiento se ha agotado en muchísimas ocasiones. Ahora imaginen lo que le ha ido sucediendo a la clase media.
@sninobecerra
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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