Apple, el oro, los bonos del Tesoro de EEUU... Hace algunos meses los 
inversores apostaban con fuerza por ellos, pero de un tiempo a esta 
parte acumulan una fuerte depreciación. Lo mismo sucede con otros muchos
 activos financieros en todo el mundo. El analista John Nyaradi enumera 
en un artículo publicado en MarketWatch algunas de las piezas clave que 
ya han caído y que podrían arrastrar a otras aún mayores, provocando un 
'efecto dominó' en los mercados y en la economía global.
  1) Apple El gigante de la tecnología fue la primera 
ficha en caer. Desde los máximos históricos de 700 dólares que marcó en 
septiembre de 2012 las acciones de Apple han caído a un mínimo 
provisional de 390 dólares en abril de este año. Aunque en las últimas 
semanas los títulos han registrado un pequeño rally, sigue acumulando 
una caída del 35% desde sus récords.
  2) Oro Desde octubre de 2012 el mercado ha presentado
 un perfil alcista a largo plazo. En este escenario, el oro, considerado
 valor refugio por excelencia, ha sido la segunda pieza de dominó en 
caer. En octubre de 2012 el metal precioso marcaba máximos históricos de
 1.800 dólares la onza, cifra muy alejada de los mínimos provisionales 
de 1.362 dólares registrados en abril. En seis meses la depreciación de 
este activo ha sido del 24%.
  3) Bonos del Tesoro de EEUU Los inversores ven en los
 bonos del Tesoro estadounidense “otro refugio seguro”, una inversión 
“sin riesgo”. En las últimas semanas, no obstante, la confianza de que 
siempre ha gozado este tipo de activo financiero se ha deteriorado y los
 bonos del Tesoro podrían convertirse a corto plazo en la tercera pieza 
de dominó en caer. El valor del bono a 30 años ha caído un 8,9% entre el
 1 de mayo y el 7 de junio. Las consecuencias de este deterioro del 
valor puede tener efectos negativos, tanto en el mercado inmobiliario, 
como en los beneficios empresariales, en los intereses sobre la deuda 
nacional estadounidense y en las acciones del país de Wall Street.
  4) Mercado inmobiliario El sector inmobiliario es el 
que mayores síntomas de mejora ha experimentado en EEUU, donde la 
recuperación económica ha sido mediocre o “de modesta a moderada” en 
palabras de la Reserva Federal. Pese a los avances que se han registrado
 en el mercado de vivienda, éste podría estar encaminándose de nuevo 
hacia el precipicio. Entre el 21 de mayo y el 7 de junio el iShares Dow 
Jones de fondos cotizados (ETF) que invierten en el sector constructor 
ha experimentado un descenso del 9,3%. Este sector es muy importante y 
es sobre el que se realiza el enfoque de los valores respaldados por 
hipotecas del programa de compra de bonos de la Fed.
  5)Nikkei Las pérdidas que ha sufrido el Nikkei 
japonés entre el 22 de mayo y el 7 de junio superan el 14%. El Banco de 
Japón ha incrementado su programa de compra de activos y ha aumentado 
sus esfuerzos para reactivar la anémica economía del país, cuyo objetivo
 de inflación anual es del 2% durante los próximos diez años. A medida 
que el yen se ha ido debilitando, las acciones han repuntado porque los 
exportadores nipones pueden vender sus productos a precios más bajos en 
los mercados extranjeros.
  En las últimas semanas, no obstante, la tendencia se ha invertido y la
 renta variable ha sufrido un descenso notable en medio de una elevada 
volatilidad en los bonos. A esto hay que añadir que el ratio deuda-PIB 
de Japón está por encima del 200% -se prevé que alcance el 230% en 
2014-, lo que le sitúa en la misma liga que países como Grecia o 
Irlanda. La diferencia entre Japón, Irlanda y Grecia radica en que los 
dos últimos suponen meros baches en el panorama económico mundial, 
mientras que Japón es el segundo mayor mercado de bonos del mundo, la 
tercera mayor economía y el cuarto socio mayor socio comercial de EEUU.
  6) Wall Street La principal bolsa del mundo ha 
protagonizado un fuerte rally alcista en los primeros meses del año, 
firmando sucesivos máximos históricos en abril y mayo. En los últimos 
días los vientos parecen haber cambiado. Los analistas han bautizado la 
escalada protagonizada por Wall Street con el nombre de ‘el rally de 
Bernanke’. La dependencia de Wall Street de la Fed es más que evidente y
 las dudas crecen en un parqué donde los inversores no saben si las 
buenas noticias macroeconómicas son en realidad malas noticias porque 
podrían acelerar la retirada de las compras masivas de bonos del banco 
central.
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