jueves, 6 de junio de 2013

Lo que de verdad tenemos

A veces no es sólo el rechazo a lo que se está viviendo lo que puede mover un escrito, una opinión, una actitud, sino, aunque sea eso, también es la nostalgia. Hace unos días una amiga me remitió un mail.
“Qué mierda de época nos ha tocado vivir. Parecía que lo teníamos todo: educación, pasta e ilusión por ir a más. ¿Y ahora? Sólo deseamos conservar nuestro puesto de trabajo. El mundo está del revés... Y por ejemplo, aunque suene frívolo, comprarme UNOs tejanos y una blusa en Benetton por 60 euros, ahora es un lujo que no me puedo permitir cada mes... Cosa que hace UNOs años sí que hacía. Y no sólo eso, no puedo pasarme en el mercado comprando carne, verdura o pescado de súper primera calidad, cuando es algo que antes hacía alegremente... A mi me Parece increíble, la verdad”.
Mi respuesta fue:
“Es una mierda de época porque lo son las expectativas de mejora del poder adquisitivo, de mejora en general. Parecía que se tenía todo al alcance de la mano, pero era falso: permitieron a la población que accediera a todos los sueños que siempre había tenido, y eso generó crecimiento, y empleo, y, sobre todo, posibilitó unos beneficios que de otro modo no se hubieran producido. Y lo mejor, todo eso se hizo a pagar mañana. Y, ¿quién renuncia a un sueño?.
Estos años que median entre el 2002 y el 2007 han sido la traca final de unos fuegos de artificio que empezaron en 1950 pero que a mediados de los 70 ya habían gastado la mayoría de toda la pólvora seca: al final hasta se tuvo que echar gasolina para que ardieran. Ya no queda nada de aquello, sólo lo que de verdad tenemos. Lo que de verdad tenemos”.
Tan sólo eso: lo que de verdad tenemos.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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