Las clases medias (sea lo que sea eso) o, mejor dicho, las masas -término más propio de un "contrarian"- viven eternamente en Babia. Ya denuncié hace meses que la Tasa Tobin era un impuesto para la clase media y que lo peor de todos es que son las clases medias quienes lo están pidiendo (65% de la población a favor). Como dije entonces:
La élite, la clase dirigente, siempre tendrá herramientas para hacer las cosas como le conviene. Y siempre será la plebe la que pagará la factura, no sin celebrarlo con pleno gozo pensando que han conquistado algo, cuando en realidad le han vuelto a robar la cartera. No se dan cuenta, pero por eso son la plebe y no salen de ella.
Durante los próximos años vamos a asistir a la muerte parcial de una industria que se tiene por improductiva, pero que realmente es parte del torrente sanguíneo del sistema. Y sin ese componente, la sangre será de mala calidad y poco a poco el enfermo empeorará sin remedio. ¿Por qué estoy tan dramático? Porque ya no hay marcha atrás para la aprobación e implementación de la llamada Tasa Tobin o, más técnicamente, "Impuesto a las Transacciones Financieras" ("FTT"en inglés).
El impuesto será de naturaleza altamente confiscatoria, de modo que toda compraventa de acciones o bonos será gravada con un 0,1% por operación y toda compraventa con derivados será gravada con un 0,01%. El impuesto se aplicará a todas las instituciones que realicen la operación y que tengan su sede en la Unión Europea o que realicen la transacción en nombre de un cliente con residencia en la Unión Europea, de tal manera que si usted es residente en la UE y decide comprar acciones canadienses, se le cargará un 0,1% por cada vez que compre o venda esos títulos. Un absoluto despropósito. Vayamos por pasos porque hay que aportar material y debemos de tomar perspectiva.
Es difícil de explicar el porqué pero todos lo sabemos: Europa odia el dinero, Europa odia el capitalismo. La Comisión Europea, el 28 de septiembre de 2011, presentó una propuesta para gravar las transacciones financieras en los 27 países de la Unión. En la nota de prensa de aquél día, se argüía que había dos razones para el lanzamiento de la propuesta:
En primer lugar, se garantizará la justa contribución del sector financiero en un momento de saneamiento presupuestario en los Estados miembros. Este sector desempeñó un papel en los orígenes de la crisis económica. Las administraciones y los ciudadanos europeos en general han soportado el coste de los masivos rescates sufragados por los contribuyentes en apoyo del sector financiero. Además, la fiscalidad actual del sector es inferior a la de otros sectores. La propuesta generará unos ingresos fiscales suplementarios importantes procedentes del sector financiero para que este contribuya a la hacienda pública.
-En segundo lugar, una normativa coordinada a escala de la UE ayudará a consolidar el mercado único de la UE. En la actualidad, diez Estados miembros aplican alguna forma de impuesto sobre las transacciones financieras. La propuesta introducirá nuevos tipos impositivos mínimos y armonizará los impuestos vigentes sobre las transacciones financieras en la UE, lo que contribuirá a reducir las distorsiones de la competencia en el mercado único, desalentará las prácticas especulativas arriesgadas y servirá de complemento a las medidas reglamentarias dirigidas a prevenir futuras crisis. El impuesto sobre las transacciones financieras a escala de la UE reforzará la posición de la UE en favor de unas normas comunes en relación con la introducción de este impuesto en todo el mundo, sobre todo a través del G-20.
Estas razones son esgrimidas desde la profunda miopía que afecta a las instituciones europeas. En primer lugar, señala que "el sector desempeñó un papel en los orígenes de la crisis económica" y que "las administraciones y los ciudadanos europeos en general han soportado el coste masivo de los rescates", es decir, se deja claro que hay dos antagonistas "Los Malígnos Mercados" y "La Buena Administración y los Buenos Ciudadanos". Establecidos los sujetos activos de la dialéctica y asignados desde el principio los papeles del malo y del bueno, las instituciones europeas acusan a "los mercados" de llevar el mundo a la ruina y se olvidan de mencionar que tal vez en el origen de los problemas tuvieron mucho que ver las administraciones públicas, un sistema corrupto, el intervencionismo desaforado, el exceso de burocracia y unos impuestos pesados que convierten Europa en un infierno fiscal.
En su segundo punto, aseguran que el impuesto desalentará las "prácticas especulativas arriesgadas y servirá de complemento a las medidas reglamentarias dirigidas a prevenir futuras crisis". Es decir, crean una Unión Monetaria artificial que los más avezados observadores ya avisaron que saltaría por los aires, con esa Unión Monetaria "imposible" originan un ambiente de tipos reducidos que crea burbujas, especialmente en los países del sur que a su vez tenían unas economías altamente intervenidas en donde los ayuntamientos manejaban a su antojo las recalificaciones de tierra promoviendo la corrupción más soez a la par que una enorme burbuja inmobiliaria. Hacen todo esto, legislan y cuando el experimiento le salta por los aires, acusan a los mercados. No se han enterado que ellos son los principales culpables de las crisis al alterar el libre fluir de mercancías y servicios según las leyes naturales.
Y por si fuera poco, creen que convencerán al G20 y a la humanidad entera de imponer este suicida impuesto.
Sigamos leyendo. Ese mismo día de 28 de septiembre de 2011, publican el llamado MEMO/11/640 en donde aclaran algunas cuestiones en formato "preguntas y respuestas". De esas preguntas y respuestas me llama la atención:
¿Por qué ha propuesto la Comisión un nuevo impuesto del sector financiero?
El sector financiero aportaría una contribución equitativa para cubrir los costes de la crisis después de haber disfrutado de ayudas públicas muy significativas desde el inicio de la crisis actual;
La pregunta es ¿dónde está mi ayuda? No me importa pagar el impuesto si recibí ayuda. ¿Por qué ellos tienen la culpa según la UE y yo como ciudadano que compro y vendo instrumentos financieros tengo que pagar la culpa? Al final, lo que ocurre es que, entre el fagocitario estatalismo de la Unión Europea y el corrupto corporativismo de las instituciones financieras, solo hay una persona que paga la factura: el ciudadano. Ese pobre ciudadano que vive dentro de un sistema atroz y degenerado.
El impuesto afectaría a absolutamente todos los productos. Se ha escuchado durante los últimos meses que productos del tipo de los CFDs estarían excluidos, pero en esta pregunta y respuesta del MEMO queda muy claro:
¿Qué transacciones quedarán incluidas en su ámbito?
La Comisión ha propuesto que el impuesto se aplique a todas las transacciones de instrumentos financieros entre entidades financieras, si al menos una de estas entidades financieras se considera establecida en la Unión Europea.Los instrumentos financieros en cuestión serían productos como las acciones, obligaciones, derivados y productos financieros estructurados.Daría igual que las transacciones se efectuaran en mercados organizados o en mercados extrabursátiles, ya que en ambos casos se aplicaría el impuesto.
La clave es la expresión "extrabursátil" lo que incluye a todo lo que se mueve y se menea.
Otra pregunta del MEMO:
¿Dónde se aplicará el impuesto?
El impuesto se aplicaría en el territorio de los 27 Estados miembros de la Unión Europea.Afectaría a todas las transacciones financieras a condición de que al menos una de las partes intervinientes en la transacción estuviera establecida en un Estado miembro de la UE y de que en la transacción fuera parte una entidad financiera establecida en el territorio del Estado miembro correspondiente.
Esto ya es de coña. Técnicamente es como si usted va de vacaciones a Manhattan y decide comprar un paquete de Marlboro y la Unión Europea le dice que pague en Europa un 0,1% por la transacción porque usted es europeo. Esto es una expresión de un estatalismo ultraexpansivo y confiscatorio.
Más preguntas y respuestas del mismo MEMO:
¿Quién y cómo se va a beneficiar?
De este impuesto se beneficiarían todos los ciudadanos y empresas mediante la generación de unos ingresos públicos complementarios que podrían utilizarse para crear un mayor crecimiento económico y prosperidad en la UE.Los Estados miembros también se verían beneficiados por esta nueva fuente de ingresos públicos, tanto en forma de financiación directa para sus propios presupuestos como de reducción de sus contribuciones al presupuesto de la UE.
Por último, el impuesto sobre las transacciones financieras se convertiría en un nuevo «recurso propio» para que la Unión Europea financiara sus políticas en beneficio de todos.
Y si tanta riqueza va a generar ¿por qué no hacemos un sistema en el que todo lo damos al Estado? Cuánto más le demos mejor ¿no? ¡Ah no! ¡Espera! Eso ya lo vimos y sabemos como acabó.
Después hay algo que no entiendo. El impuesto es 0,1% en acciones y bonos. En derivados es el 0,01%. ¿Por qué esta diferencia? ¿No son acaso los mercados de derivados el lugar donde los especuladores campan a sus anchas haciendo el mal? ¿No son, supuestamente, los mercados OTC el patio de recreo de los malditos especuladores? Entonces ¿por qué gravarlos con un impuesto 10 veces menor?
Un ejemplo. Si yo, un ahorrador, quiero invertir en acciones cien mil euros, se me cobrará por la compra un impuesto de 100 euros. Ahora, si compro un CDS que ha sido tachado uno de los productos más sucios del sistema, por el mismo nominal solo pago 10 euros de impuesto. ¿Qué ocurre aquí? ¿Por qué se está castigando el producto del ahorrador (acciones) y se castiga menos al producto del especulador? Y cuidado porque no estoy haciendo juicio moral, solo señalo la perversión de la Unión Europea y como su objetivo es recaudar a toda costa y a costa de las clases medias especialmente. Y no me vengan que el impuesto es 0,1% para todos porque al final es un 0,1% aplicado al margen del derivado. Es necesario recordar que cuando se compra o vende un contrato derivado, se es responsable del nominal al completo.
Ahora, ya no valdrá la pena comprar ETFs porque sale bastante más caro que comprar un futuro debido al impuesto. ¿Cómo afectará todo esto a la industria de los ETFs?
Los CFDs se volverán aún más caros por la misma razón. El típico (y recalco típico, no todos) jugador novato de CFDs coge y pone 1,000 euros en una cuenta para poder operar una posición nominal de 100,000 euros (apalancamiento 1:100). Lo curioso es que tendría que pagar el 10% del margen como impuesto. ¿Cómo afectará el impuesto a la industria-casino de los CFDs?
Muchas preguntas e interrogantes. Pero yo tengo algo claro. Este impuesto apenas me afecta pero afecta mucho a los ahorradores, a los fondos de pensiones y da más alas a los derrochones, a los burócratas, a los estatalistas, Bárcenas y ladrones.
http://www.inbestia.com/blogs/post/la-tasa-tobin-un-impuesto-a-los-ahorradores-de-parte-de-los-derrochones
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