Recientemente me decía un lector que a veces me extraño de lo que me cuentan otros lectores, y sí, la verdad: a veces, pero es por lo de que ‘la realidad supera a la ficción’. Hace unos días recibí un mail de un lector que entraría en esta categoría.
“(…) Ayer mantuve una larga conversación con (un) amigo (que trabajaba en una escuela superior de arquitectura del reino), hacía ya unos meses que él sabía que su contrato anual de profesor no se renovaría. Tras unos 17 años de docencia, el próximo 1 de septiembre pasará a engrosar la lista del paro. Ya lleva unos meses buscando infructuosamente un nuevo empleo, ayer me comentó -dado como está el mercado laboral- que estaba dispuesto incluso a trabajar a tiempo parcial. Esta crisis es distinta a otras anteriores, tengo más de un amigo ingeniero o licenciado, hijos de la clase media-alta que están sobreviviendo gracias a la ayuda de sus padres, y la cosa va para largo, muy largo.
Estoy hablando de personas con una formación que está al día, con una edad de entre 40 y 55 años, incluso alguno de ellos no ha dicho nada de su situación laboral -no sé si erróneamente- a sus hijos adolescentes. El motivo es evitarles una gran angustia que podría afectar su equilibrio emocional o su rendimiento en los estudios -de hecho- la hija de 16 años de uno de ellos está siguiendo un tratamiento psiquiátrico, debido a la ansiedad causada por la pérdida del empleo de su madre. Los adolescentes son conscientes de que el trabajo de sus padres cada vez más pende de un hilo, y que ellos lo tendrán mucho peor.
El caso de mi amigo no es aislado. Personas de mi entorno vinculadas a la universidad o la investigación, me comentan que hay un constante goteo de investigadores y profesorado sin plaza fija que pierden su puesto, todo ello sumado a la práctica paralización de nuevos proyectos de investigación. Se va a producir una rotura de muchas líneas de investigación y el vacío de una generación que imposibilitará el adecuado relevo generacional.
¿Qué será de todos ellos?”.
Mi respuesta:
“Quiero creer que las/los mejores o muy mejores seguirán ocupando su puesto, lo que no sé es si será aquí o en otro país. Cuando lo urgente es lo importante lo que meramente es importante pasa a ser prescindible. El mensaje es la escasez de recursos, y el medio es el mismo mensaje: gastar en lo importante y de forma absolutamente eficiente. Investigar, sí, claro, pero para obtener cosas que ahorren recursos y para obtenerlas ya. Ya sé, ya sé: es una herejía, pero ante una herida que puede ser mortal y en un entorno de escasez que se note más o menos la sutura pasa a ser poco importante. Quiero creer que sucederá lo que decía, y además de buenísimas esas personas deberán tener contactos, claro; quiero creerlo, pero no lo sé”.
‘Cuando lo urgente es lo importante lo que es meramente importante pasa a ser prescindible’, no sé si esta frase es de alguien, pero pienso que encaja a los momentos actuales y futuros como un anillo al dedo del que se ha tomado la medida para ajustarlo.
También vinculado con la arquitectura hace un par de días recibí un mail de un lector en el que en uno de sus párrafos decía, refiriéndose a una persona, miembro de un grupo con el que compartió apartamento en una ciudad de otro país:
“(…) Tiene (mediana edad), trabaja desde (hace varios años) en un despacho como arquitecto en (nombre de una ciudad española), lo hace como falsa autónomo, cobrando 1.400 euros que tras pagos varios se quedan en 1.000 euros. Le han dicho que se rebajara el sueldo pero tras amenazar con irse, se lo mantienen. Eso sí, le han obligado sutilmente a trabajar gratis una semana más. Ya ha dicho que de seguir así se iría barrer a (nombre de una gran superficie)”.
En este mismo mail había una referencia a una práctica comercial que me dejó lívido; se lo habían contado a mi lector: “Mi amigo trabaja en una pequeña empresa de (nombre de un subsector vinculado a la construcción). Tras ganar sobre 2.000 euros en el 2009, ahora están en ERE, cobra 1.500 y está viendo como varios compañeros están siendo despedidos. Su jefe está cogiendo obras poniendo dinero de su bolsillo, para pagar tarde y mal las nóminas sabiendo que no tendrá beneficios. Otra práctica común en el sector es coger obras aun sabiendo que no son capaces de acabarlas solo para que otras empresas no las tomen y de esta forma se vean obligadas a cerrar”.
Lo releí varias veces. ¿Ya estamos aquí?. ¿Ya hemos llegado aquí?.
(Los orígenes: el mundo de Steve Jobs nació en el Homebrew Computer Club: “Timeline: The Life of Steve Jobs! ( aquí ). Pasará a la Historia, seguro)
(Mañana, a las 20:00 h, en Vic, organizada por la asociación cultural Fòrum de Debats, doy una charla. La dirección: Rambla Hospital, 11. Si se animan …)
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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