En el pasado hemos estado en situaciones parecidas, y se han solucionado siempre devaluando la moneda –esto es una receta universal, Inglaterra ha devaluando la Libra como primera medida para combatir la crisis-. La devaluación produce, en cuestión de días, la reactivación del comercio interior y la mejora de la balanza comercial.
Devaluar encarece las importaciones, por lo que los productos nacionales ganan competitividad relativa en el mercado interior, esto hace que se incremente su demanda. Paralelamente, la devaluación baja el precio de los productos nacionales a los compradores exteriores, lo que produce el mismo efecto de incremento de demanda. Este doble efecto de aumento de demanda obliga a un incremento de producción para satisfacerla. Más producción equivale a más empleo y crecimiento,
que es justo lo que nos hace falta ahora.
Devaluar también tiene un efecto perverso, porque encarece la deuda externa, pero es mejor tener una deuda externa más grande y poder pagarla con una economía en funcionamiento, que tener una más pequeña y no poder pagarla al mantenernos en recesión o estancamiento permanentes.
La situación española es dramática en estos momentos, al extremo de hacer peligrar la unión monetaria e incluso, toda la economía mundial –un posible impago de deuda española provocaría un tsunami internacional total-. Las medidas que Zapatero anunció el 12 de mayo no van a servir para nada. Solo irían en la buena dirección en el caso de que nuestra economía estuviese funcionando (no soluciona
nada exprimir a impuestos al parado). Aquí el motor está gripado porque no somos competitivos ni podremos llegar a serlo mientras tengamos una moneda tan fuerte como el Euro.
En el momento de crearse la Eurozona no se tuvo en cuenta que sus socios pudiesen necesitar políticas monetarias distintas al mismo tiempo, que es justo lo que está pasando ahora: mientras a España, Grecia y otros les convendría seguir manteniendo intereses bajos y un Euro débil, Alemania está en la situación justo contraria. Una vez metidos en este barrizal hasta el cuello, cabe preguntarse
si se puede salir y cómo, y la respuesta es que sí se puede (me refiero a que hay solución técnica viable, sencilla y rápida, cosa distinta es que los políticos sean capaces de entenderla y aplicarla).
Si la unión monetaria produce tensiones entre sus miembros porque no todos van al mismo ritmo, la solución es obvia, hay que separar la zona Euro dos (al menos) para poder adecuar la política monetaria a las necesidades de cada subgrupo. Hay que crear un “Euro Periférico” (yo le llamé así por primera vez en un post de El Economista, en enero de 2.010, pero el nombre que se le ponga es lo de menos). El Euro Periférico sería una moneda para los países de la zona Euro que necesitan devaluar para ganar competitividad. Puede ponerse en marcha en un día, de la siguiente manera:
1- Creación de la nueva moneda/divisa.
2- Asignación de la nueva divisa a los países que la necesiten.
3- Redenominación de la moneda del país (Euro) a la nueva moneda (Euro
Periférico).
4- Devaluación de la nueva moneda 1 EUR = 1,20 / 1,40 EURP.
Hasta aquí, en la práctica ocurre que:
-Los saldos de las cuentas bancarias no se modifican, tienen las mismas cantidades que antes, pero ya no están en EUR sino en EURP. -Las deudas internas no cambian de importe, pero pasan a estar en EURP, al igual que los precios de los productos.
-Las deudas externas continúan en la moneda denominada original.
El cambio puede llevarse a cabo de forma inmediata (por decreto), y simultánea (todos los países afectados a la vez).
A partir de este momento:
-La moneda en circulación sigue siendo el Euro, pero para conseguir un Euro tienes que pagar 1,2 – 1,4 Euros Periféricos, y a la inversa cuando ingresas Euros en tu cuenta.
-Cambio fijo o semifijo entre el EUR y el EURP, controlado por el BCE, que se encargará de aplicar la política monetaria oportuna para cada una de las monedas.
-Emisión de moneda física de EURP para facilitar las transacciones.
-Coexistencia de las dos monedas en la Eurozona.
Esta solución sería mucho más flexible que la actual. La Eurozona se dotaría de un carril de aceleración al que podrían pasar las economías que han perdido fuelle, y que podrían abandonar en cuanto lo recuperasen. Europa y la Unión Monetaria ganarían credibilidad y saldrían reforzadas de una situación muy complicada para la que no hay alternativa.
NOTA. Publicado el 8/06/2010 en Ciudad
A veces para entender un poco mejor la crisis hay que utilizar una visión global, aquí os dejo un minucioso recorrido por las finanzas públicas de los países europeos:
ResponderEliminarhttp://pbsoneworld.wordpress.com/2011/07/04/%C2%BFadios-al-euro/