miércoles, 20 de julio de 2011

Cosas – 20

Me cuenta un lector en un mail (para meditar mucho, mucho):

“Le adjunto una noticia que me envía mi amigo (nombre de persona), físico electrónico y profe, que uno de sus alumnos (de los 3 de 40 que valen para algo) ha sido contratado por (nombre de una compañía internacional del sector servicios). Al parecer la reparación de sus maquinas se efectúa a nivel de sustitución de placas (como en un PC), nadie se mete en los entresijos electrónicos del ingenio, y que las averiadas se envían a una empresa “especializada”, que las repara todas a 20 euros, por eso la mayoría ni se reparan, cuestan casi lo mismo que nuevas. De este modo muy pocos operarios tienen una formación electrónica profunda (ninguno) y cualquier perfil es válido porque se cambian placas como cordones de botas.

¿Para qué estudiar entonces, si en España no se diseñan esas maquinas?, solo les cambiamos las placas. ¿Cómo motivar a un alumnado que ve que los trapicheros del cole ganan más dinero que su profesor licenciado en físicas?, ¿o que los mas válidos de la clase acaban trabajando (y cobrando) lo mismo que los demás?”.

Mi respuesta

“(…) Su razonamiento es lógico, por eso sólo los muy, muy buenos tendrán verdaderas posibilidades”.



Me escribe una amiga brasileña que se desempeña profesionalmente, en Brasil, en temas financieros, una persona que conoce profundamente ese mundo (no he cambiado ni una coma de su texto):

“(…) Si que en Brasil se está formando una burbuja, es imposible el crecimiento de la economia tanto y tan rápido. Lo que más notas son las viviendas, es lo primero que aparece, nuestro piso, que en diciembre 2008 compramos por 300 hoy se vende por 600. Claro, para que te den crédito de 600, y luego el banco tenga los 600 de activos por recibir, y ahí vá la historia conocida. En mi empresa que es de tarjetas de crédito, una via de nuevos mercados es la vivienda, ponen las máquinas en las empresas constructoras que vende los pagos en partes en la tarjeta, te lo crees?”

Le respondo:

“(…) ¿He entendido bien?: las cuotas de las hipotecas pueden pagarlas con tarjeta. ¡Increible!”.

Y me dice:

“Si, has entendido bien, las cuotas de las hipotecas puedes pagarlas con tarjeta. Además de luz, agua, facturas de otras tarjetas de crédito, plan privado de salud, teléfono… todo eso puedes meter en la tarjeta. Llamamos nuevos mercados. Que tal? Suena bonito no?. En Brasil solo un 22% de los gastos de las familias está en tarjetas. Hay mucho espacio para “nuevos mercados”. Además, las clases C y D casi no los tienen por lo de las anualidades de (nombre de grandes compañías de tarjetas), las dominantes en Brasil. Ahora se están lanzando tarjetas populares, con anualidades muy bajas o cero.
En la televisión hay una grande empresa haciendo el siguiente anuncio: “Aquí te daremos crédito aún que todos los demás te hayan negado. No es necesario comprobar renta””

Le respondo:

“Eso, independientemente de lo que digan ‘los expertos’ es absolutamente insostenible. Es la versión 2.0 de España, pero a mucha mayor velocidad porque la bola tiene que hacerse antes. Pero hay un problema: Brasil no es una economía del euro: nadie va a ayudar a un banco brasileño, y los 2010 no son los 80: no va a haber otro Plan Brady para Latinoamérica. ¿Qué opinan tus amigos, la gente con la que te relacionas, tus colegas, de todo eso?”.

Y me contesta:

“La gente no se da cuenta, algunos sí, pero la mayoría no. Incluso gentes cultas, empresarios, altos ejecutivos. Todos creen que es la vez de Brasil, finalmente. Es triste”

Esto es Brasil. Pero esto no es lo que nos han contado que Brasil es.



Y un comentario: el que realizó el pasado día 30 de Junio el CEO de Lloyds cuando anunció 1) que la entidad dejará de estar presente en quince países, y b) el despido del 14% de su plantilla. Mr. Antonio Horta-Osório dijo que el objetivo de Lloyds es convertirse en una organización “más ágil, simple y receptiva” (El País 01.07.2011, Pág. 30).

‘Más ágil’: con los menores impedimentos posibles para adaptarse a los nuevos escenarios, con menos grasa, con menos peso muerto.

‘Simple’: no complicada: eliminar todo aquello que torna complejo su funcionamiento a fin de eficientizar los recursos de que dispone.

‘Receptiva’: la parte amable: escuchadora, proactiva: para optimizar funcionamiento: ‘sugiérame algo: le escucharé’.

Pienso que las cosas van a ir por ahí: esto también es parte del nuevo modelo.



Un amigo me ha pasado ‘un teletipo de agencia’ en el que se lee que el próximo Gobierno en España lo formará el principal partido de la oposición y será de tecnócratas. Si eso es así, pienso que será un error: el próximo Gobierno debería ser de concertación, el de aquí y el de todas partes.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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