lunes, 25 de julio de 2011

Antes / Después: Antes

Pienso que la profesión de periodista es una de las que más incógnitas genera en su desempeño para el gran público. Cuando leo algo, cuando lo leo en diferentes medios, en numerosas ocasiones me digo a mi mismo: ‘Vaya, ¿cómo es que a ningún periodista se le ocurrió preguntar esto?’. Hace días que me lo vengo preguntando a raíz de la que se está liando con Grecia, también me lo pregunté con la que se lió -y se sigue liando- con Portugal, y con Irlanda, y con España e Italia: ¿a ningún periodista se le ha ocurrido preguntar a un pez gordo de la política o de la economía europeas ‘Perdone, tal y como están las cosas, ¿cree Ud. que fue acertado dejar entrar en el área euro a (nombre de alguno/s del/ de los país/es citados)?’

Uds. saben que salvo Italia que estaba en alguna quiniela de las que se elaboraron antes de la creación del euro, ninguno de los otros figuraba en ninguna, y no figuraban porque su economía no mostraba una situación conveniente para que entrasen, y recordarán que una de las razones que se argumentaba, sobre todo en el caso de España, era su reducida productividad; meterlos fue una apuesta de negocio -si entraban lo generarían mucho más que si no estaban- que se vistió con ropajes políticos. Bien se les dejó entrar, pero como no debieron haber entrado la han liado (se hubiese liado también porque esta es una crisis sistémica, pero se hubiese liado de otra manera).

Pero ningún periodista pregunta sobre esto, ¿por qué?. Pienso que no sería morboso hacerlo: del pasado puede aprenderse, extraerse conclusiones, y explicarse hechos que deben ser explicados, como el porqué de la lluvia de fuego y azufre que va a caer ahora sobre esos países (sobre todo el planeta, pero más sobre estos). ¿Por qué ningún periodista pregunta sobre esto?. ¿O sí lo pregunta o quisiera preguntarlo pero …?.

(Escribo este párrafo antes de La Cumbre). Pienso que el mejor ejemplo que se podría poner sobre lo que hoy es la economía mundial a un visitante que desde Andrómeda viniese a ver cómo están las cosas por aquí sería lo que está sucediendo con Grecia. Todo el mundo sabe que Grecia no puede pagar lo que debe, pero es muchísimo mejor mantener la ficción de que sí puede porque así las facturas que tienen los acreedores de Grecia siguen valiendo y pueden mantenerlas en la lista de ‘Cosas a cobrar’, con lo que así la cifra de sus ingresos futuros siguen siendo elevados. Estoy convencido de que cuando se lo explicásemos a nuestro visitante sus sensores visuales se le quedarían a cuadros.

(Este también). La misma idea de Cumbre, pienso, es absurda: ‘una reunión en la que se va a salvar el euro’. ¡Por favor!, ¿de verdad alguien piensa que con lo complejas que hoy son las cosas algo como los megasuperproblemasdel euro puede ser resueltos en una reunión (aunque se haya hecho alguna previa)?. ¿Alguien se cree que hoy puede repetirse el Congreso de Nicea o el Compromiso de Caspe?. Nada; pienso que no se va sacar nada, se volverá a ganar tiempo, con más préstamos y comprando deuda, pero nada más, nada más porque EL problema es la imposibilidad de pagar; y hasta que eso no se aborde … Ya, ya: para abordar eso hay que asumir el cáncer.

(Y este). La ficción lleva a que sean los Estados los que apoquinen pasta para dar, perdón, para prestar: lo devolverá, una segunda morterada a Grecia (otra cosa que no preguntan los periodistas: ‘Cuando se concedió la primera ayuda evidentemente se pensó que sería suficiente, entonces, ¿cómo es que tan sólo un año después, ¡un puto año!, se ve que hay que prestarle otro tanto?), es decir que las ciudadanías se rasquen los bolsillos para sostener a las entidades financieras que tienen deuda griega porque si quiebra un banco se arma la gorda. Pero nadie dice que los accionistas de los bancos sean los primeros en rascarse sus bolsillos, más que nadie: son los propietarios de esos bancos, o si no, que lo dejen; y que apechuguen con las pérdidas que el tinglado pueda ocasionar. ¿Por qué nadie dice eso?.

(Y este también). Y bueno el café para todos: una forma de hacer que siempre he detestado: se crea una tasa que pagan todas las entidades financieras y con la pasta que se recoja se compran unos papeles que no valen nada. ¡Genial!. El Banco X que no tiene ni un título de los países antes citados, a pagar para evitar que caigan (sus accionistas estarán contentos). ¿Qué justificación tiene algo así?, una muy simple: ‘Cierto no tiene deuda griega, pero como podría haberla tenido es como si la tuviera, así que, ¡a pagar!’.

(Y sí: también este). Se va dando vueltas a la idea de ‘salvar a XXX’. Vamos a ver; a quienes hay que salvar son a las entidades financieras que tienen la deuda de XXX, ¿no?, luego, ¿para qué es necesario XXX si no va a poder pagar jamás lo que debe?. Más pronto o más tarde se resolverá el problema de los acreedores de XXX (Sabemos qué pasa si quiebra un banco, pero, ¿qué pasa si sólo en Europa ‘desaparecen’ 8.000?), entonces, ¿para qué servirá XXX si ya se sabe que sólo puede ‘crecer’ a base de deuda y el negocio que se hizo negociando la deuda que se le dejó emitir ya no es viable?.

(Y este). Puede decirse de las agencias de calificación lo que se quiera y pueden retorcerse las palabras, pero lo que se pretende hacer con Grecia (y adivine Ud. con quienes más) es una suspensión de pagos, ‘restringida’, ‘parcial’, ‘voluntaria’, califiquen a la cosa como quieran, pero todo aquello que no es pagado a su vencimiento es una suspensión de pagos. Cierto: si se acuerda el no-pago entre deudor y acreedor la cosa es infinitamente más suave que si el deudor le dice al acreedor que no le va a pagar, pero, en cualquier caso, el compromiso ha quedado alterado, y en este caso …, pues bueno: repasen Uds. la lista de quienes tienen deuda griega y pregúntenles, ‘¿Oye, de verdad te importa un rábano que Grecia vaya a pagarte esto y aquello a 30 años?’; ya verán lo que les dicen. Y lo que ya hemos dicho aquí, si tan plastas son las agencias de calificación, que alguien les diga: ‘Agencias, idos a la mierda; pasamos de vuestros dictámenes y vamos a hacer lo que creamos conveniente’. ¿Por qué no se lo dice nadie?.

(Y sí, también este). Grecia hoy tiene una deuda total de unos 640 mM€ (la pública 350 mM), aun suponiendo que todo vaya de maravilla y haya rebajas, aplazamientos, alguna quita encubierta y todo lo demás que se espera, ¿cómo demonios va a poder pagar todo eso una economía que no crece y con una expectativas francamente sombrías?. Cuando, tras la cumbre, a algún partícipe de alguna rueda de prensa pienso que algún periodista debería preguntarle: ‘Ms. / Mr. X, ¿cree Ud. que Grecia puede pagar los 640.000 millones que debe?’.

En resumen: pienso que la cumbre será un ganar tiempo hasta el Otoño, hasta que ya no quede otra que asumir el cáncer.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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