No, no se sorprendan, no voy a hablar de fútbol, ¿o sí?.
Ya les he comentado que tengo una amiga brasileña. Reside en Brasil y es directiva en una gran compañía brasileña. Al día siguiente del 1 -7 le remití este mail:
“Algo parecido sucedió en España cuando perdió con Holanda por 5 - 1, pero lo de Brasil, evidentemente, es mucho peor.
El Gobierno de España necesitaba que la selección española fuese bien en el mundial para tapar otras muchas cosas, el de Brasil mucho más por las protestas previas. Ahora la población volverá a protestar decepcionada”.
Su respuesta ha sido tremenda (como siempre no cambio ni una coma):
“No hubo tiempo para sufrimiento, fué un choque y a los 4 minutos sabíamos que estaba perdido. Los niños dejaron el salón y fueran jugar futbol en el pátio. Los adultos se quedaron mirando la tele en silêncio. No habia ninguna emoción, ningun grito de animo, ningún comentário técnico-estratégico. Porque no habia un equipo, ni tampoco habia un jugador, sus mentes apagaron.
Alemania mereció vencer. Y no fué por 7, fué por 2. Despues del segundo el equipo fué abduzido y Alemania jugó sola.
Eso fué más que un partido, fué una lección y sirve de ejemplo para que no quede duda de que para vencer en la vida hay que entrenar, estudiar, hay que trabajar, hay que tener valores, humildad, maturidad.
El grande legado de este mundial és mostrar que un país se hace de uma populación honesta y tabajadora, y no por uma populación convertida en parasitas por um gobierno que les ensenha a recibir comida en la boca.
El lloro de una nación por perder el mundial és más triste aún por ser lo único que tenian para orgullarse.
Cantamos el himno nacional cuando ya se corta el sonido oficial, y décimos Pátria Amada Brasil para cada partido, pero el outro dia robamos en actos de corrupción, grandes y pequeños. Somos un pueblo de cultura muy corta que se cree muy experto. El pais és constantemente traicionado por su gente, por su cultura.
Espero que el partido nos sirva de lección, para construirmos um país mejor que se pueda orgullar de su gente y no solo de su futbol”.
Absolutamente impresionante, ¿verdad?
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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