lunes, 3 de octubre de 2011

“Lo peor de lo peor”

Hay quienes me han comentado que encontraron muy fuertes las palabras del Sr. Gobernador del BdE que en relación a la CAM pronunció el pasado 30 de Septiembre. No, ¿por qué?. Si lo dice alguien que tiene que saber de lo que habla es porque será así, en consecuencia …

En relación a estas intervenciones del Estado español en varias Cajas de Ahorro del reino … me ha llevado a reflexionar. Veamos. Si mayoritariamente los propietarios de las Cajas son los impositores, al nacionalizar el Estado una Caja, ¿está expropiando al pueblo?. Más aún, ¿cómo puede nacionalizarse algo que ya es de la nación?; ya, pertenece a parte de la nación, y si el patrimonio de la Caja nacionalizada es negativo la expropiación no es tal, ¿no?, ¿no se está produciendo en ese caso una redistribución sectorial y parcial de la renta?: el Estado inyecta dinero de todos en una entidad que pertenece a parte de esos todos. Curioso.

“La CAM es lo peor de lo peor”, vale, pienso que no hay que dudarlo, pero entonces surge una pregunta: ¿por qué se permitió a la CAM que llegase a serlo?. Se dice que por cuestiones políticas (deduzco que de todos los colores: nadie dijo ni palabra), OK, entonces, ¿qué voz tiene realmente el pueblo en un proceso que le va a costar dinero si los representes a quienes votan no dicen ni pío ante una situación insostenible que el regulador detecta pero ante la que puede hacer muy poco más que inyectar dinero de todos cuando la situación ya ha estallado?.

Pero es que hay más. Si los dueños de una Caja son los impositores, ¿qué voz tienen los propietarios ante una situación, ahora denunciada, de malísima gestión que lleva a que la situación de esa Caja sea ‘lo peor de lo peor’?. ¡Es buenísimo!: los dueños de algo no pudiendo decir lo que sea en relación a la gestión de su propiedad, y quien podría decirlo no diciéndolo por cuestiones políticas (‘cuestiones políticas’, ¿qué es eso?).

Y la culpa es del ladrillo; pregunto: ¿sólo del ladrillo?. ¿A qué se refería el Sr. Fernandez Ordóñez cuando habló de “la mala gestión de sus directivos y por otras cosas”? (El País 01.10.2011, Pág. 21). Pienso que lo que tendría que afirmarse, y lo propongo, es: a) como la CAM es lo peor de lo peor, que en España no hay más CAMs: ni una sola más, y b) como estas cosas generan incertidumbre, que el estado de las entidades financieras españolas y de las establecidas en España es perfecto, su salud a prueba de bombas, y que no existe ni el más mínimo peligro de que ninguna entidad financiera española o establecida en España pase por ninguna otra situación de incertidumbre.

Con lo que no estoy de acuerdo es con la referencia que hizo el Sr. Gobernador a que el sector financiero español “creciera por encima de lo que el país se podía permitir”. Y no lo estoy porque fuese función del BdE haber evitado, en todo caso, eso, sino porque, y ahí reside la tragedia de esta situación, si el sector financiero español no hubiese crecido como creció España no hubiera crecido como ha crecido; es decir, ‘España fue bien’ debido a ese crecimiento -y de ese modo- del sector financiero y a que el sector financiero hizo todas y cada una de las cosas que hizo. Ahora puede demonizarse ‘a los bancos’, pero la patética realidad es que una parte importante del crecimiento español de estos años pasados se produjo ‘gracias’ a esos procederes de los que ahora se reniega.

Yo pienso que esta película del subsector financiero español puede no haberse acabado aquí (por eso decía que alguien tenía que afirmar lo que más arriba proponía). Veamos. El saldo crediticio vivo de los españoles y residentes alcanza un billón de euros, centenar de millón más o menos, que a esos niveles tanto da. Bien. España, para crear ocupación neta precisa crecer al 2,0% y, a 30 de Junio (último dato publicado) la tasa de desempleo en España alcanzaba, subempleo al margen, el 20,9%. Pregunta: ¿qué probabilidad existe de que el prestatario español medio no pueda continuar pagando su crédito?, ¿cómo afectaría eso al estado de las entidades financieras del reino, a sus capitales, a sus activos, al pago de sus deudas?. Más. La deuda de las empresas españolas ronda el billón trescientos mil millones de euros, ¿qué incidencia tendrá sobre las cuentas de las entidades financieras los impagos de la parte de esa deuda vinculada a entidades financieras por parte de las empresas que probabilísticamente caigan si decae la actividad económica o si esta actividad no aumenta lo necesario?. Y no, no me creo que eso no esté calculado, los humanos somos menos bobos de lo que a veces, interesadamente, se nos quiere hacer creer. Bien, pues ese riesgo pienso que debería contemplarse en las explicaciones dadas a la población.

Alguien muy vinculado durante muchos años a una entidad financiera multinacional, pero que muy multinacional, y que nunca ha dejado de estarlo, me comentaba que hoy por hoy el objetivo número uno de las autoridades económicas es evitar ‘colas de gente delante de los bancos’. Bueno, pues pienso que si ese es el objetivo no se están haciendo las cosas todo lo conveniente bien que se debería para alcanzarlo.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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