El pasado miércoles la FED decidió mantener los tipos en niveles históricamente bajos, lo cual fue recogido favorablemente por el mercado, pero aún a pesar de este hecho, los inversores se muestran pesimistas con el futuro cercano, y con la retirada de los estímulos monetarios que la Reserva Federal tendrá que acometer en los próximos meses. Para un gran número de economistas, afirma el analista Jeremy Warner, la economía mundial se mantiene viva simplemente por una política monetaria excepcionalmente expansiva a nivel global, política que deberá ser retirada más pronto que tarde. De hecho, ese proceso ya ha comenzado. En el Reino Unido la flexibilización cuantitativa se prevé que finalice el próximo mes de marzo, y en los EE.UU. una medida similar se realizará previsiblemente el próximo junio.
La finalización de estos programas de compra de bonos públicos, añade Warner, tendrá un efecto muy sustancial de aumento de los tipos de interés a corto plazo, y plantea la pregunta obvia de si la demanda del sector privado puede apoyar la emisión récord de deuda pública, una vez que la demanda del banco central haya finalizado.
En este punto recordad que grandes compradores de deuda pública de EE.UU., como China, Reino Unido y Japón, por diferentes motivos, se espera que reduzcan sus compras en los próximos meses, por lo que esta reducción de las compras internacionales tendrá que ser compensada por el inversor nacional. Pero ¿es esto posible? Algunos analistas consideran que no, por lo que prevén una importante subida de los tipos a corto.
Estas subidas se trasladarán al mercado hipotecario, en un momento en el que los precios inmobiliarios siguen cayendo, y que se corre riesgo de una nueva recesión en el sector.
Por otro lado, afirma Warner, el patrimonio y el desempleo neto negativo sigue creciendo. El estímulo fiscal de Obama llegó a su máximo hacia mitad de año, para luego disminuir. La diferencia de esta recesión con las últimas, es que no fue causa por la inflación, sino por una burbuja de crédito, que está todavía en fase de corrección. La acción política no ha logrado frenar la deflación de los precios inmobiliarios, o el colapso de la demanda privada de crédito.
Todo lo anterior es el fundamento para que los analistas de Goldman Sachs esperen que la Reserva Federal de los EE.UU. mantendrá los tipos prácticamente a cero durante por lo menos los próximos dos años, frente a un consenso que prevé la primera subida de tipos en el tercer trimestre de este mismo año.
Este escenario en principio debería ser negativo para la renta variable, pero los niveles de optimismo entre los inversores son extremos. ¿Cómo son compatibles los dos escenarios? Jeremy Warner señala que hay tres explicaciones principales.
La más obvia es que lo que está pasando en EE.UU. y en Europa no está pasando en el mundo entero. Si contamos con el crecimiento de los mercados emergentes, las perspectivas globales para la producción mundial son bastantes decentes.
En segundo lugar, el rally actual de los mercados debemos encuadrarlo en la misma categoría que el del gran mercado bajista de 1930 en los EE.UU., y el de 1990 en el mercado de Japón. Casi todos los grandes mercados bajistas, como el que sufrimos nosotros, finalizan con un importante rally de magnitud y velocidad proporcional a las caídas anteriores. En esta fase del mercado alcista, las valoraciones de las acciones se elevan, y es típico ver como las ganancias y el crecimiento se reduce, aun cuando las acciones siguen subiendo. Con el tiempo tanto los beneficios como los dividendos se “ponen al día”.
Por último, la magnitud de esta “puesta al día” es probable que sorprendan favorablemente que decepcionen. De hecho, en el anterior mercado bajista, ni las ganancias ni los dividendos se redujeron en la magnitud que se preveían, lo que no impidió que las empresas se prepararan para lo peor, optimizaran sus organizaciones, recortaran drásticamente sus inventarios, sus inversiones y sus costes.
Esto ha establecido una base para los actuales niveles récord en los márgenes de beneficio, en los flujos de caja libre, y en los rendimientos esperados.
A grandes rasgos, estas son las razones por las que pueden convivir la idea de unas economías que necesitan medidas extraordinarias de política monetaria para afianzar su crecimiento, y una visión alcista generalizada de los mercados de valores.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/pueden_convivir_una_vision_pesimista_sobre_la_economia_y_optimista_sobre_la
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