El Pocero traspasa fronteras. La cadena CNN ha utilizado como ejemplo el caso del mastodóntico y cuasi deshabitado residencial que Francisco Hernando levantó en Seseña para ilustrar un reportaje sobre las ciudades fantasma que ha dejado la crisis tras el estallido de la burbuja del ladrillo en España.
"El pueblo de Seseña, a una hora de Madrid, solía tener este aspecto: casas blancas y de pocos pisos de altura. Pero la nueva parte tiene este otro: gigantes edificios de apartamentos que se erigen sobre las praderas de La Mancha, la mayoría deshabitados", comenta la cadena estadounidense.
CNN destaca que esta localidad toledana es sólo un ejemplo de "muchas ciudades fantasma que hay en España como consecuencia del exceso de construcción que trajo el boom inmobiliario".
Juan Domínguez, presidente de la asociación de vecinos de la urbanización construida por el Pocero, que defiende a los pocos cientos de personas que se mudaron a las primeras fases del residencial, explica la situación que aún se sigue viviendo en la zona, en la que hay fases completas sin ocupar y la gran mayoría de los locales que, en principio, se iban a abrir en la urbanización siguen vacíos.
Los vecinos han logrado hacer pocos avances con su organización, más allá del acondicionamiento de algunas pistas deportivas.
Domínguez asegura que muchos vecinos están contentos con sus casas, a pesar de que han tenido que vivir juicios por la falta de infraestructuras del residencial, que impedía el suministro de servicios básicos como el agua. Y a pesar de que, de los alrededor de 13.500 pisos que se construyeron, sólo se vendieron unos 3.000.
El presidente de la asociación de vecinos confía en que, después de las elecciones municipales de 2011, fecha en la que se espera que se complete la construcción, haya más movimiento en la zona y se ocupen más viviendas.
Según la CNN, ?hay cientos de miles de viviendas como éstas en Seseña, que no sólo permanecen deshabitadas, sino que además están sin vender?. El alcalde de Seseña, Manuel Fuentes, señala que el pueblo ha sido paradigma de lo sucedido durante el boom inmobiliario (y no sólo en España): "las casas no se construyeron para vivirlas, sino para especular. No estaban basadas en las necesidades reales, sino que estaban pensadas para enriquecerse lo más rápido posible".
Ignacio Cantos, de Atlas Capital, ha señalado en declaraciones a la cadena que, en su opinión, haría falta "entre seis y diez años para absorber todo el stock de viviendas" que permanecen sin vender.
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