Puede parecer una Carta, la de hoy, fuera de contexto. No es mi pretensión. El auge de Internet, del Internet bueno y del malo, está provocando efectos catastróficos en lo social, en lo político y en lo económico. Lo estamos viendo todos los días. Cómo los partidos sociales mueven sus electorales, sus mentiras y sus insultos a través de las Redes Sociales. Cómo se formalizan noviazgos, relaciones fugaces, matrimonios y demás a través de aplicaciones en la Red de Redes. Cómo se orquestan algaradas y desafíos, huelgas y contragolpes militares (Turquía es el penúltimo) a través de Internet. Cómo se generan rumores, que corren como regueros de pólvora, en los mercados financieros, en las Bolsas. Cómo se utilizan aplicaciones, cada vez con mayor número de participantes, para comprar cualquier producto, mercadería, acciones en Bolsa o lo que sea. Dice mi suegro, con más de 91 años cumplidos que "siempre estáis con el cacharrito ese en la mano (la tablet o el móvil). Ya no se habla en familia, como antes. Y los datos son los que son, lo que siguen:
Casi un millón de adolescentes españoles se encuentra en riesgo de desarrollar una adicción a Internet. En concreto, más de 967.000 jóvenes de entre 12 y 18 años se hallan en esta situación, lo que equivale al 32% de los más de tres millones de internautas con esas edades que hay en España.
Al amplio porcentaje de adolescentes en riesgo habría que sumar los que ya son considerados adictos: más de 45.300 jóvenes españoles, es decir, un 1,5% de todos los que utilizan habitualmente Internet, según un análisis realizado por Kelisto.es. Estos ya presentan un patrón de comportamiento que se caracteriza por la pérdida de control sobre el uso de Internet. Esto puede alterar sus hábitos de conducta y puede conducirles al aislamiento y al descuido de las relaciones sociales y la higiene personal, así como provocar un menor rendimiento académico.
Utilizar las redes sociales más de dos horas al día, tener más de 500 amigos online o jugar con el ordenador más de 2,6 horas al día son hábitos relacionados con la posibilidad de desarrollar una conducta disfuncional en el uso de Internet. En España, el 32% de los adolescentes internautas pasa más de tres horas al día conectado a la red, por lo que puede considerársele en riesgo de desarrollar una adicción a Internet.
El aumento de dispositivos en cada hogar es uno de los factores que deriva en estos padecimientos. En España el 96,7% de los núcleos familiares cuenta con al menos un teléfono móvil, mientras que el 75,9% posee como mínimo un ordenador, 'netbook' o tableta con posibilidad de conectarse a Internet.
MÁS DE 3 HORAS AL DÍA ENGANCHADO A LA RED
Sólo el 17,5% de los adolescentes españoles emplea menos de una hora al día a navegar por Internet, mientras que un 32% de los jóvenes entre 12 y 18 años dedica más de tres horas diarias a estar conectado en Internet, lo que implica superar los límites de lo que se considera un hábito capaz de desarrollar adicción a Internet. Además, el 62% de los adolescentes no planifica su tiempo frente al ordenador, sino que "se deja llevar".
En cuanto a los dispositivos que los jóvenes utilizan para conectarse a Internet, el ordenador ocupa la primera posición, pero el móvil está registrando un incremento importante. Más de la mitad de los adolescentes reciben su primer 'smartphone' con conexión a la red a los 10 años de edad, mientras que el 80% de ellos ya posee un móvil con 12 años. El porcentaje sube al 90% en el caso de los mayores de 14 años. El sexo también marca algunas diferencias: de media, las niñas superan hasta en 8 puntos porcentuales a los niños en tenencia de teléfono móvil.
Sin embargo, son los chicos, junto a los adolescentes de mayor edad y los hijos de padres con menor nivel educativo, los que tienen más riesgo de sufrir una adicción, aunque este no sea el único peligro al que se deben enfrentar.
De hecho, no recibir una adecuada educación sobre el uso de Internet puede llevar a los adolescentes a pasar conectados más tiempo del recomendable o a estar expuestos a riesgos como el 'grooming', término inglés con el que se conoce a quedar con personas desconocidas. Entre los jóvenes europeos de 12 a 18 años, el 63% reconoce que ha contactado alguna vez con una persona a la que no conocía a través de Internet y casi uno de cada tres (el 28,8%) se ha encontrado físicamente con ella.
"Para evitar este tipo de situaciones, es muy importante que los padres adopten una actitud proactiva en cuanto a la educación online de sus hijos y que tomen medidas para supervisar, de una manera no intrusiva, el uso que hacen de Internet. En este sentido, instalar programas de control parental, fomentar un uso educativo y moderado de la Red y establecer una relación de confianza con los adolescentes para conocer sus hábitos de conducta online son algunas medidas fundamentales para garantizar su experiencia en Internet", explica el redactor jefe de Kelisto, Manuel Moreno.
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Moisés Romero
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