"Nadie estamos a salvo de nada en el complicado mundo de las Finanzas y de la Bolsa. Tampoco el capital riesgo, que está ahora en el punto de mira. Una figura que levanta millones de euros, dólares, yuanes y libras en el mundo para apuntar negocios, unas veces, y o para quedarse con ellos, en la mayoría de las ocasiones. El capital riesgo irrumpió con fuerza hace unos años en este mundo ante la lentitud de la banca, acosada por sus problemas de rentabilidad y de solvencia. Pero lo dicho, tampoco el capital riesgo es inmune ante los grandes desafíos globales. Los expertos de Aberdeen evalúan la reacción en el largo plazo sobre el private equity o capital riesgo, partiendo de que, al tratarse de “una clase de activo ilíquida y de largo plazo, los efectos del Brexit necesitarán tiempo para emerger”. Según un sondeo publicado en Reino Unido, un 52% de los inversores en esta clase de activo con formato LP (Limited Partners) y un 54% de los GP (General Partners) afirmaron que el Brexit “no tendrá un impacto materialmente negativo en el medio a largo plazo sobre la inversión en private equity en Europa”. Cabe recordar que los LP son habitualmente inversores institucionales o individuales con rentas altas interesados en recibir rentas y apreciación del capital procedentes de la inversión en esta clase de activos, pero que no forman parte de la gestión activa del fondo. En cambio, los GP son responsables de la gestión de los vehículos de capital riesgo y cobran comisiones por ejercer esta actividad", me dice Francisco Olave, economista, que me envía el siguiente enlace:
Desde Aberdeen recuerdan que “históricamente, el capital riesgo ha demostrado ser bueno al aprovecharse de las oportunidades de inversión en periodos de contracción económica y dislocación”. Dado este historial, el punto de vista de la gestora es que los GP tanto de Reino Unido como de Europa continental “que tengan conocimientos operacionales y experiencia en distintos entornos regulatorios y con redes internacionales están bien posicionados para seguir generando rentabilidades superiores a la media del mercado en un mundo post Brexit más complejo”.
Posibles cambios
Dicho esto, desde la gestora escocesa sí anticipan algunos cambios adaptativos. En primer lugar, afirman que los inversores en esta clase de activo “probablemente se centren más en la divisa subyacente de las exposiciones en sus carteras, dada la probabilidad de que aumente la volatilidad de las divisas en el futuro”. En concreto, los expertos prevén que los inversores LP reevalúen su exposición a activos denominados en libras “y consideren si es apropiada en el entorno post Brexit”. Paralelamente, esperan que los GP analicen las compañías en cartera con una exposición significativa de su negocio a Reino Unido, “pues podrían verse afectadas adversamente, y podrían reducir sus valoraciones y extender el periodo en que las mantengan en cartera”.
Además, en Aberdeen consideran probable que los gestores de capital riesgo muestren “más precaución en la adquisición de negocios céntricos en Reino Unido”, y declaran al respecto: “Ya estamos en conocimiento de un GP que está negociando la reducción del precio de adquisición de un negocio británico tras el voto a favor del Brexit”. De continuar esta tendencia, podría actuar no obstante como un impulso para el sector: “Dados los elevados precios del mercado actual de private equity, cualquier moderación de los precios de entrada podría ser de ayuda en el medio plazo. También se espera que la exposición de las carteras a economías periféricas sea vigilada de cerca, dado el incremento renovado del riesgo de contagio en Europa”.
La tercera consecuencia que prevén desde Aberdeen es que se reduzca el número de transacciones tanto en Reino Unido como en Europa en los próximos 12 a 18 meses, pues “el incremento de la incertidumbre en los mercados de capital tiene impacto sobre el apetito de los compradores”. Como resultado negativo, prevén que se extienda la permanencia de los activos en cartera y que probablemente se reduzca el fuerte nivel de rentas que se han repartido en los últimos dos a tres años. Este efecto podría verse mitigado en el caso de que compradores de EE.UU. y otras regiones decidieran aprovecharse de la devaluación de la libra para adquirir empresas con sede en Reino Unido. La contraparte positiva sería la aparición de oportunidades para los GP para aprovecharse de la falta de correspondencia de precios entre compradores y vendedores, aunque con un filtro de precaución que “bien podría significar la ralentización del uso de capital en los próximos seis a doce meses”.
Los analistas de la firma citan en cuarto lugar el posible incremento de la actividad en el medio plazo dentro del mercado secundario: “Esperamos que los inversores incrementen su asignación a efectivo por razones que incluyen problemas de exceso de asignación en el caso de desplome de las bolsas y la anticipación de una ralentización en el ritmo de reembolsos en capital riesgo. Como resultado de unas expectativas más pesimistas por parte de los compradores (menor tasa de crecimiento y distribuciones más lentas), desde la gestora creen que podría derivar en un desajuste en el corto plazo entre las expectativas sobre precios de compradores y vendedores.
Desde Aberdeen se refieren en último lugar a la continuación que ya se ha visto en los últimos dos años: la caída de las boyantes condiciones de financiación, “particularmente para los fondos centrados en Reino Unido con inversores internacionales”. Como consecuencia, prevén que “se produzcan retrasos en la financiación de fondos de Reino Unido, al adoptar muchos inversores una actitud de espera, y algunos asset allocators globales bien podrían decidir evitar Europa en favor del aumento de asignaciones a EE.UU. y Asia”.
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