Este fin de semana un amigo me preguntó qué porcentaje de renta variable tendría que tener una cartera destinada a la jubilación. Es una duda muy común entre los inversores que destinan parte de sus ingresos mensuales a ahorrar para cuando dejen de trabajar. Daré mi opinión en este artículo:
Hay una regla no escrita en bolsa que señala que la exposición de un inversor a la bolsa es inversamente proporcional a la edad que tenga, concretamente tu posición en renta variable tiene que ser igual al 100% menos tus años. Por ejemplo si tienes 30 años la exposición debería ser del 70%. Si tienes 70 años la exposición sería del 30%.
Pero esta es una aproximación básica que no se corresponde con los datos históricos. El mítico inversor Warren Buffet afirma que la respuesta correcta es del 90%. Este nivel de posicionamiento, incómodo para la mayoría de inversores, podría sin embargo resultar conservador. El motivo es que a plazos largos la renta variable ha demostrado ser más rentable que la renta fija.
En la siguiente tabla elaborada por el New York Times con los datos de Morningstar, se muestra como históricamente a un plazo de 12 meses la renta variable es más rentable que los bonos de largo plazo en un 63% de los casos. A 5 años este porcentaje sube al 71%. A 10 años al 83%, y a 30 años al 99%. Lo mismo se puede decir si comparamos la rentabilidad de la bolsa con la de los bonos a medio y corto plazo.
Por tanto, si nuestra decisión de posicionamiento dependiera única y exclusivamente en datos históricos, la recomendación que más se ajustaría a los datos históricos sería tener invertido el 100% de la cartera en renta variable.
De cualquier forma, hay un dicho que creo más acertado y que recoge no sólo un motivo económico sino también una razón personal. Invierta en renta variable el máximo porcentaje que le permita dormir tranquilo.
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