Cada vez son más los analistas que creen que el precio del petróleo está formando suelo en los alrededores de los 30 dólares. Esto es importante para los inversores ya que en las últimas semanas la correlación entre el petróleo y la renta variable ha alcanzado casi el 90%. Un suelo en el petróleo sugeriría un suelo en las bolsas. Por tanto lo interesante ahora sería comprobar si la hipótesis de suelo es consistente o no.
Brad McMillan, director de inversiones de Commonwealth Financial Network, ha señalado que el desarrollo actual del petróleo se asemeja a los últimos grandes suelos de este activo (1989, 1991, 1999, 2002 y 2009) como vemos en el gráfico adjunto.
Si la caída del precio del petróleo ha anticipado la ralentización económica a nivel global, lo que habría que entender entonces es que lo peor de la misma está detrás de nosotros. McMillan señala al respecto, “en otras palabras, si las estructuras técnicas se repiten y el precio del petróleo está formando suelo, lo peor de la debilidad económica y del mercado está ya detrás de nosotros, no delante.”
McMillan señala que cada uno de los descensos anteriores fue seguido de un aumento de más o menos el 30% desde los mínimos.
“Dada la evolución de los precios reales del petróleo de 1985 a 2005, es difícil argumentar que un retorno a los actuales niveles es necesariamente una receta para el desastre global. Poniendo los precios en contexto, podemos decir que las preocupaciones sobre un apocalipsis económico pueden estar fuera de lugar”.
Pues si “están fuera de lugar” como dice McMillan, también lo estarían caídas adicionales en las bolsas desde los niveles actuales. Hemos dicho en otras ocasiones que nuevos descensos en la renta variable sólo se justificarían en un escenario de recesión global. Si no es el caso, como parece querer anticipar los precios energéticos, son claras oportunidades de compra para el largo plazo.
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