Me lo envió hace unos días un exalumno, de los buenos. Al margen de su licenciatura tiene un master, habla Inglés perfecto, y tiene tres años de experiencia. Leyendo su mail me vienen a la cabeza las palabras de la Sra. Ministra de Trabajo cuando adelantó que las cifras del desempleo registrado de Abril serían buenas: “Por tanto, cada día, cada mes, nuestro país alcanza cifras mejores de crecimiento del empleo, y eso tiene mucho que ver con las reformas” (
http://economia.elpais.com/economia/2015/05/05/empleo/1430806745_256579.html). El mail de mi exalumno:
Como en alguna otra ocasión te he comentado, desde Septiembre estoy trabajando en (nombre de una multinacional muy multinacional). A finales de Abril dejé el equipo de (nombre de una sección) y me he incorporado al equipo de (nombre de otra sección). El Lunes hizo una semana que me incorporé, y viendo estos dos artículos, creo que puedo darte otro ejemplo extremo de las demandas laborales:
- Ya que el Lunes era mi primer día en el equipo me incorporé a trabajar a las 09:30 h de la mañana, siendo la hora habitual las 09:00 h y mi jornada acabó a las 06:00 h del Martes. Me volví a incorporar a las 11:00 h de la mañana del mismo Martes.
- El Martes mi jornada acabó a las 04:30 h del Miércoles, volviéndome a incorporar a las 10:30 h del mismo Miércoles.
- El Miércoles salí a las 03:00 h del Jueves y me incorporé el Jueves a las 11:30 de la mañana, saliendo el Viernes a las 03:00 h de la mañana.
- A eso hay que sumarle mi jornada de 6 horas del domingo, eso sí, desde casa.
Normalmente, cuando comento en mis círculos estos horarios la pregunta siempre es la misma "¿Por qué no cogen a más gente?", a lo que la respuesta es la siguiente: "Cada semana se realizan de 4 a 10 operaciones, y es muy difícil encontrar un perfil que conozca este mercado. No hay gente especializada en este entorno o que lo conozca suficiente. Y, la gente sin experiencia que se contrata, no suele durar más de meses en este trabajo. Cuesta mucho consolidar un equipo con una masa crítica de empleados conocedores del entorno y que no se vayan al cabo de pocas semanas o meses."
No, mi exalumno no cobra una superpasta, ni se desplaza en un Ferrari. Y ya: hay que adaptarse a lo que sale. Pero esto choca frontalmente con cosas como ‘conciliación de la vida profesional y familiar’, ‘reparto del tiempo de trabajo’, ‘responsabilidad social corporativa’, y tantas otras cosas de las que en su día se hizo bandera y que aún se utilizan cuando conviene.
En mi último libro: ‘La Economía. Una Historia muy personal’ recojo y analizo una frase que Jack Welch, en el momento presidente de General Electric, pronunció en el año 2001: “Una compañía que apuesta su futuro en su gente debe prescindir de ese 10% más bajo y seguir prescindiendo de él cada año para mejorar su nivel de competitividad y liderazgo”. Lo que cuenta es la productividad porque la eficiencia se halla en la base del nuevo modelo. Mi exalumno tiene razón: no es productivo aumentar la plantilla: que trabaje más horas o muchas más horas la que ya se tiene; y si hay que pagarle un poco más, pues vale: se le paga; pero que trabaje –excelentemente, claro– las horas que haga falta a fin de ‘mejorar el nivel de competitividad y liderazgo’ de la compañía.
¿Qué está contando la Sra. Ministra cuando dice lo que dice? En su inmensísima mayoría, el empleo que está creando España es temporal y a tiempo parcial, es decir, estacional y precario, de baja productividad, y en consecuencia subremunerado. Al otro lado está gente como mi exalumno: altísima cualificación, elevadísima productividad, excelencia asegurada, pero a cambio de dedicarse al 130% a la compañía, y no por mucho ‘porque es joven y está aprendiendo’.
Pienso que alguien debería preguntar a la Sra. Ministra por el tipo de empleo que se está creando, por los contratos con los que se está empleando a esas personas, por sus condiciones de trabajo, por la remuneración que perciben, por la cantidad de PIB que generan. Y, continúo pensando, que alguien debería informarle de las condiciones de trabajo de personas –muy afortunadas porque ‘tienen trabajo’– como las de mi exalumno. No por nada, sólo para que lo sepa.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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