Leo esto:
Le remito un mail a una amiga que se mueve en el subsector del
equipamiento para hogar: “(Nombre de mi amiga) no sé si has leído ----
(el link anterior) ---. Pregunta: Centrándonos en tu sector: mobiliario,
equipamiento y otros gastos de vivienda, la cantidad total gastada en
ese apartado ha caído más de un 30%, pero en tu opinión que se ha dado
más: ¿han disminuido el número de operaciones pero no el precio medio
por operación, o ha descendido el precio medio y no el número de
operaciones?”
Su respuesta:
“En mi opinión yo creo que han disminuido el número de operaciones pero NO ha disminuido el precio medio por operación.
Los clientes se han vuelto "más exigentes" con lo que compran y quieren
"a un precio razonable y no barato" una buena calidad a un precio medio
y es precisamente en este sector donde está (el nombre de su empresa).
En este sector encontramos productos muy baratos pero de muy baja
calidad y con poco valor añadido, y el cliente que se hace la reforma de
un baño prefieren gastarse "un poco más" y tener el mueble que le gusta
ya que le ha de durar unos años.
Estamos en un nivel de precio "medio" que por tratarse de este precio
la calidad y las prestaciones que damos al producto es muy alta. Esta es
la clave de nuestro éxito: alta prestación-calidad con un BUEN SERVICIO
a un precio medio no barato”.
Luego leo que los salarios han caído:
y que la presión fiscal en España es baja:
Los salarios bajan porque la oferta de trabajo es mucho mayor que la
demanda de trabajo, porque la actividad económica está estancada (motivo
por el que los precios no suben, y menos en España que tiene una baja
productividad), y por la estructura de PIB basada en el bajo valor
añadido, y así van a seguir reafirmando lo que decía mi amiga sobre el
descenso en el número de operaciones y anunciando caídas en el consumo.
El tema de la presión fiscal es otra cosa (aunque vinculada).
El problema de gravar los ingresos reside en lo que queda: la renta
neta. Si en un país a un ingreso de 100 se le aplica un tipo impositivo
del 20% al perceptor le queda 80, si en otro país a un ingreso de 140 se
le aplica un tipo del 35% quedan 91. En el primer país la presión
fiscal es menor que en el segundo, pero su población vive peor porque
dispone de un ingreso neto más reducido.
Ejemplo: en Suecia el PIB pc ppp en dólares internacionales estimado
por el FMI para el 2014 ascenderá a 42.143 y en España a 30.740.
Teniendo en cuenta la presión fiscal de cada país: en Suecia es 11,7
puntos mayor que en España, a groso modo a cada ciudadano de Suecia a
final de año le quedarán 23.500 dólares y 20.700 a cada uno de España, y
encima los servicios en Suecia serán mejores porque los ingresos
fiscales son mayores y las cuentas públicas están más saneadas.
La tendencia apunta hacia subir los impuestos sobre el consumo porque, o
no se pueden subir más los directos, o se ha renunciado a hacerlo. La
presión fiscal en España es menor que en Suecia, pero los servicios son
peores, luego no se busca aumentar la presión fiscal para mejorarlos,
sino para enjugar el déficit público tan enorme que España muestra y
para asegurar el pago de los intereses de la deuda. Por eso digo: sí a
un impuesto único sobre el gasto por tipos de gasto con tipos negativos
para gasto de primera necesidad, y no a la imposición sobre el ingreso.
¿Qué está pasando? Pues algo muy sencillo. El dinero que una/un
española/ol media/o ocupada/o tiene en el bolsillo está cayendo a la vez
que su situación laboral no mejora; si está en paro todo es peor,
claro. ¿Qué le queda?, pues consumir menos. Imaginen que en este
escenario se incrementan los impuestos sobre el consumo; pero si se
incrementan los que gravan los ingresos, peor. Queda perseguir el
fraude, pero eso también tiene consecuencias: reduce la economía
informal: informal pero que sostiene muchas bolsillos.
Complicado, verdaderamente.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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