Daron Acemoglu, un economista del prestigioso MIT, ha reflexionado
sobre esta cuestión mientras esperaba el nacimiento de su hijo. Su nuevo
trabajo considera las tendencias políticas, sociales y económicas de
los últimos cien años y luego hace las proyecciones para el futuro.
Acemoglu ofrece una visión oscura de la creciente desigualdad y la
contaminación, pero también ve aspectos positivos como la mejora de la
salud.
1. La clase media seguirá disminuyendo
Una tecnologías más avanzadas ayudarán a los ricos a conseguir mejores
beneficios. Mientras tanto, como los trabajadores chinos exigirán
salarios más altos, la demanda de mano de obra barata se incrementará.
Esto significa que el crecimiento económico será cada vez más desigual y
la brecha entre ricos y pobres será mayor que nunca.
2. Los regímenes islámicos caerán
Los jóvenes de países como Egipto, Siria y Arabia Saudita son cada vez
más conscientes del control que el gobierno tiene sobre sus vidas. El
sentimiento de cambio político dará lugar a más movimientos emocionales y
más represalias. Con este cambio en marcha, las mujeres y las minorías
lucharán por sus derechos, y el uso de la región para controlar la
sociedad se detendrá.
3. Las guerras podrían acabarse
Las guerras internacionales y civiles han disminuido en los últimos 60
años, y esa tendencia continuará en el próximo siglo. A medida que este
periodo de paz transcurra y las organizaciones internacionales se
protejan contra la guerra, los conflictos reducirán en gran medida su
velocidad. Grupos como la ONU facilitarán el debate entre las naciones y
podrían evitar una repetición de la Guerra Fría. Según Acemoglu, el
siglo actual podría ser un siglo de paz.
4. Cada vez habrá menos democracia
La democracia está bajo amenaza en los EE.UU. La brecha entre ricos y
pobres se está ensanchando y el dinero es necesario para ejercer el
poder político. Mientras tanto, los ciudadanos de todo el mundo han
elogiado el modelo autoritario de China. Esto significa que la
revolución de los derechos individuales podría revertirse o detenerse.
5. Las personas tendrán vidas más largas y saludables.
Las nuevas tecnologías, los medicamentos y las vacunas provocarán que
los niños del futuro vivan bastante más tiempo que lo hicieron sus
padres. Las enfermedades disminuirán, y la economía podría desarrollar
un boom mundial. Las naciones avanzadas darán un paso al frente y
ofrecerán servicios a los países que sufren en Asia y África.
6. Los robots sustituirán a los fabricantes y los agricultores
A medida que avanza la tecnología, los puestos de trabajo en el sector
manufacturero, en la agricultura y los trabajos manuales serán
eliminados. Estos trabajadores serán sustituidos por ordenadores y
robots. Esto podría enviar a miles de millones de trabajadores a la
pobreza o impulsarlos a conseguir mejores empleos y desarrollar una
clase de nuevos ingresos.
7. La contaminación mundial será mucho peor
La industrialización en China implica que las emisiones de CO2 y el
cambio climático podría empeorar mucho más. La única manera de frenar
esta deriva sería una transferencia masiva hacia la energía limpia...
una tarea difícil que será casi imposible sin un acuerdo global. La
energía limpia todavía no tiene la suficiente cuota de mercado como para
prosperar, y más contaminación podría conducir a la destrucción.
8. La economía mundial mejorará
China va a seguir creciendo y nuevas regiones en Asia y África
comenzarán a entrar en desarrollo. Esto podría impulsar una mejor
calidad de vida. Pero no podemos contar con que las naciones en
desarrollo lideren todo el crecimiento: las regiones de alto consumo,
como los EE.UU. y Europa tendrán que solventar sus problemas económicos
para que el crecimiento sea sostenido.
9. Tendremos coches automáticos.
Al igual que en este siglo, en los próximos 100 años veremos una gran
cantidad de invenciones tecnológicas que irán desde automóviles
automáticos a mejores medicamentos. Hay pocas evidencias de un
agotamiento en las innovaciones y el paisaje va a seguir cambiando tan
drásticamente como lo ha hecho hasta ahora.
10. El renacimiento de las fábricas en EE.UU.
Los trabajadores en China y Filipinas están empezando a exigir salarios
más altos, lo que da menos incentivos a las empresas para subcontratar
mano de obra. Esto significa que la globalización reducirá la velocidad y
las empresas serán más propensas a buscar trabajadores domésticos.
También serán menos propensas a establecer lazos con nuevos países,
porque las políticas comerciales serán demasiado estrictas.
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