En varias ocasiones han leído aquí sobre mis discrepancias con textos
publicados por diversos economistas con independencia de su color
político y nacionalidad; ahora, si deciden seguir, van a leer algo es
esta línea, concretamente es en relación al escrito que El País Negocios
publicó, en su Pág. 23, en el ejemplar del 22.04.2012 y cuyo autor es
el Dr. Paul Krugman, escrito que lleva por título ‘El suicidio económico
de Europa’.
La tesis del profesor Krugman es conocida: Europa lo está haciendo muy
mal porque al profundizar en la austeridad está imposibilitando el
crecimiento -cosa que hace para mantener el euro- cuando la solución
sería deshacer la moneda única y volver a las divisas nacionales. Con
respecto a España dice el premio Nobel que es la víctima de un modo de
hacer que no se corresponde con su comportamiento en el pasado de
reducida deuda y superávit fiscal. Estoy en absoluto desacuerdo con los
razonamientos del profesor Krugman, excepto en una cosa que afirma en su
artículo: que “España se encuentra en una depresión en toda regla”.
Sobre lo manifestado por el Dr. Joseph Stiglitz pienso que cabe decir lo
mismo: http://ow.ly/aymlw.
España, dice el Dr. Krugman no era derrochadora ni tenía un elevado
nivel de deuda, lo que no aclara es que era pública esa deuda cuyo nivel
era reducido y que ese superávit fiscal era consecuencia de unas
carencias de bienestar nunca resueltas y de unos ingresos fiscales
obtenidos del crecimiento que España experimentaba, un crecimiento
generado a través del ladrillo y del consumo y financiado a crédito, lo
que disparó la deuda de bancos, empresas y familias.
El profesor Krugman victimiza a España al decir que la burbuja
inmobiliaria que se creó fue debida, en gran medida, a los préstamos que
los bancos alemanes realizaron a los españoles, lo que no dice es la
banca española obtuvo beneficios estelares gracias a ese modo de hacer
ni que si España no hubiese hecho lo que hizo sólo hubiese crecido una
fracción de lo que creció, por lo que la deuda -pública- hubiese sido
superior ya que esos superávits hubieran brillado por su ausencia.
Dice el autor que “Los problemas fiscales españoles son una de las
consecuencias de su depresión, no su causa”. No comparto ese
razonamiento. De entrada porque no contempla una realidad que se da en
España y que no se da en ningún otro país más o menos desarrollado: una
administración regional, local y municipal que se sustenta en unas
premisas totalmente insostenibles en términos económicos y donde unas
pocas regiones sostienen las estructuras de la mayoría, con solapes de
funciones con las diputaciones provinciales, y con una estructura
municipal que se aguanta sobre un exceso de ayuntamientos muchísimos de
los cuales han llegado a estructuras megadimensionadas como causa de los
ingresos obtenidos por esa burbuja inmobiliaria.
Tampoco lo estoy porque, obviamente por su enfoque, no tiene en cuenta
los efectos del Plan E sobre el déficit y la deuda pública española,
porque, de verdad, de verdad, ¿para qué sirvió el Plan E?, ¿qué se
consiguió con el Plan E? (y sí: antes ya lo decía: repasen lo que
entonces conté). Si España ya llevaba un rumbo de colisión antes de que
se pusiera en marcha el Plan E y los estímulos que le precedieron:
¿recuerdan los 400 euros?: aquello costó 6 mM€, tras el Plan E la
economía española ya estaba desahuciada.
¿España salir del euro?. ¿Aumentar los estímulos en Europa?. A USA le
es muy fácil gastar y gastar para estimular cuando el resto del mundo
está sosteniendo esos estímulos debido a que tales estímulos son consumo
que revierte sobre el resto del mundo, aunque con tal proceder no se
haga más que ir aumentando el volumen de la bomba de relojería que
representa la impagable deuda -total- USA. También es fácil predicar que
la vuelta a las monedas nacionales es la solución cuando el dólar USA
es LA moneda mundial debido a que USA impuso que así fuese a un mundo
devastado tras una guerra planetaria y cuando todas las commodities
cotizan en esa divisa impuesta. ¿Qué haría España con la peseta? ¿Cómo
absorbería el aumento de costes del 40% que el retorno ocasionaría?. Y
Alemania, ¿qué haría con el marco? ¿Cómo manejaría la apreciación del
más del 20% que con respecto al euro su nueva moneda experimentaría?.
Pienso que es justo al revés: en Europa falta coordinación, unión,
hablar menos de política y pensar más en términos económicos. Intervenir
en el día a día de los miembros del euro a través de un organismo
técnico supraeuropeo. Europa debe limpiar su banca: toda su banca, y
eficientizar sus administraciones, y eliminar los solapes, y optimizar
sus procederes, de forma coordinada, claro. Y luego coordinarse con el
área dólar, y con el área yen. El Dr. Krugman habla mucho de los demás,
pero, ¿qué sucederá cuando el resto del mundo deje de comprar la deuda
USA porque bastante tenga con sus propios problemas?.
Pienso que uno de los principales problemas que tiene USA es creer que
siempre está en posesión de la verdad, una verdad que, además, piensa
que es absoluta. Qué USA continúe pudiendo aumentar la deuda que debe,
ni es sano ni es sostenible, del mismo modo que no lo es que los dólares
con los que ha inundado el planeta desde los años 50 cada vez valgan
menos.
Coincido con el profesor Krugman al algo: la situación de depresión en
la que la economía española se halla, pero eso es algo que también viene
de lejos por lo que su solución es mucho más que muy difícil. Al premio
Nobel le sugeriría que leyese “El lazarillo de Tormes”, tal vez
entonces modificase su perspectiva sobre España.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.