Mientras escribía lo que leyeron aquí el pasado Viernes recibí un mail de una lectora:
“Si, por un lado no hay más remedio que hacerlos (el link a las noticias de Portugal que hoy has colgado en Twitter es el camino a seguir) (el link era este), pero por otro lado esos recortes no ayudan en nada a mejorar la situación. La sensación que tengo es que la gente puede entender que se haya de sacrificar por algún motivo… pero, ¿por nada? Entonces, ¿no sería mejor hacer ver que no pasa nada, continuar tirando del crédito y que petara todo en otro siglo?”.
Le respondí:
“Esos recortes van a servir para sanear y limpiar el escenario a fin poder cambiar el decorado (poner en marcha un nuevo modelo), pero no para crear empleo, ni para crecer, ni para que todos vivamos mejor, ni para volver a lo de antes, ni ... Van servir para eso y para nada más porque no pueden servir para otra cosa ya que cualquier otra cosa en teoría posible no lo es ya que quedó agotada al colapsarse la capacidad de endeudamiento que era la vía a través de la que hasta ahora se ha estado creciendo. Por tanto seguir por donde se iba -crédito- es imposible porque físicamente lo es: nadie puede endeudarse más, y lo es financieramente: es imposible generar y asumir más crédito, y también lo es realmente: los recursos son limitados.
Precisamente la gran trampa ahora radica en que a la ciudadanía se le está vendiendo la idea de que si acepta todas estas medidas que se están intuyendo (empezando por la reforma laboral, siguiendo por los sucesivos recortes de gasto público que se van a aplicar, y acabando por los aumentos de impuestos que van a seguir) ‘las cosas se arreglarán’, y como esa ciudadanía necesita creer que las cosas se van a arreglar, acepta, asume y espera. (Y para que la espera se haga menos dura se instaurará algún subsidio generalizado (por ello pienso que se ha congelado el salario mínimo: para ir igualándolo al subsidio que se implementará)).
El tiempo irá pasando, la población irá empobreciéndose, se irá conformando una tasa de desempleo estructural inamovible, un nuevo modelo llegará, las estructuras cambiarán, pero para la población todo irá a peor en relación a cuando ‘el mundo iba bien’. En el 2018 o en el 2020 las cosas se estabilizarán definitivamente, el cambio de modelo se habrá completado; y la crisis de los años diez pasará a los libros de Historia del mismo modo que en los cincuenta a éstos fue incorporada la de los treinta”.
Mi lectora me respondió:
“El panorama es deprimente porque en los 50 (y después de una crisis y de una guerra) el final fue “feliz” y ahora no lo podrá ser…”.
Y yo le contesté:
“Porque en aquellos momentos nos hallábamos en la fase ascendente del ciclo que, aunque artificialmente se alargó hasta 1995, y virtualmente se prolongó hasta el 2006; y ahora nos encontramos en la fase descendente: en una fase estructuralmente semejante al período 1760 – 1820”).
...
El Sr. Presidente de Caixabank y de la CECA el pasado Miércoles en la Cámara de Comercio de Barcelona: “Solo se supera una crisis si se recupera el crecimiento económico” (El País 19.01.2012, Pág. 20). Pienso que eso era así, fue así; pero hoy ya no lo es.
Ese razonamiento sigue por la línea del ir-a-más, de aumentar el PIB, de producir y de consumir más-de-todo y crecientemente, de utilizar más recursos. Pero pienso que esa vía ya está agotada. Una crisis, esta crisis, sistémica, se superará cuando se limpie toda la porquería que se ha generado, cuando se eliminen los excesos de capacidad para producir unos volúmenes de bienes y de servicios que ya no son necesarios, cuando se adecuen disponibilidad-oferta-demanda en un equilibrio estable.
Lo que perfectamente puede suponer pasar de producir 100 a producir 50, aunque utilizando tan solo 30 unidades de factores productivos en vez de las 70 que antes se utilizaban. ¿El cambio?, el objetivo ya no es producir, sino optimizar el uso de unos recursos que son escasos. Cuando lleguemos ahí, pienso, será cuando la crisis se habrá superado.
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Está bien lo que dijo en Fitur el pasado Viernes el responsable de la Oficina de Turismo de Grecia en España en relación al aumento del 14% en el número de turistas llegados al país en el 2011: “(…) la crisis se convirtió en un buen escaparate (…). La gente asoció crisis a precios más baratos” (El País 21.01.2012, Pág. 21). Está bien porque lo importante es que lleguen más turistas, aunque cada vez tengan un menor poder adquisitivo. ¡Todo sea por la recuperación!. Seguro que el razonamiento del Sr. Mitcas gusta mucho aquí.
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El Sr. Ministro de Economía es partidario de un único contrato de trabajo, dice que reducirá el paro. Es decir, un contrato único incrementará de demanda de trabajo; ¿si?, ¿cómo?.
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¿Control previo a las presupuestos regionales por parte del Estado?. Como dijo primeramente el PSOE en relación a la OTAN: ‘De entrada, no’. Antes de pensar siquiera en controlar los presupuestos regionales habría que hacer un análisis técnico, profundo, absolutamente despolitizado, de la viabilidad económica de las actuales regiones españolas, de cada una de ellas, para, a partir de ahí y en los casos en que la conclusión fuese afirmativa, escudriñar qué competencias puede financiar cada región según sus posibilidades reales. Las regiones que no pasasen ese test deberían perder su estructura jurídica, y las competencias que no pudieran ser financiadas satisfactoriamente deberían ser retomadas por el Estado. Entonces, y sólo entonces, pienso que tendría sentido establecer un control presupuestario previo de las regiones.
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“Lo que todos debemos entender es que este es un momento decisivo. No se trata de salvar un país o una región. Se trata de salvar al mundo de una espiral económica descendente. Se trata de evitar un momento como el de la década de 1930, en que la inacción, la insularidad y la rigidez ideológica se combinaron y provocaron el derrumbe de la demanda global”. M. Lagarde ayer en Berlín (http://ow.ly/8CFX3). Ya, ya: nos están avisando: desde Agosto del año pasado, desde antes, sí, pero abiertamente desde Agosto. El mensaje aún es el de ‘es posible …’, y no lo es porque ya estamos en esa espiral, porque era inevitable en base a la evolución que dimos a las cosas ya que no podíamos darles otra; como en el 29, si, como en el 29, por lo que ya estamos en 1930.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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