jueves, 12 de enero de 2012

Cómo la Austeridad está matando a Europa (I): El problema

En el último día de 2011, un titular en The Wall Street Journal decía: "España no alcanza su objetivo de déficit, se prepara para más recortes." Las fuerzas crueles de la lógica económica de los pobres daban la bienvenida en el nuevo año. La Unión Europea se ha convertido en un círculo vicioso de deuda creciente que conduce a medidas radicales de austeridad, que a su vez debilitan aún más las condiciones económicas y en consecuencia piden recortes aún más perjudiciales en el gasto público y mayores impuestos.

La crisis de deuda europea se inició con Grecia, y esa nación sigue siendo la economía más afectada de la Unión Europea. Pero se ha propagado inexorablemente a Irlanda, Portugal, Italia y España, e incluso amenaza a Francia y posiblemente al Reino Unido.

Pero como señala Jeff Madrick en un excelso artículo en NYBooks no tendría por qué haber sido así. Rara vez podremos ver un ejemplo tan claro de mal pensamiento, podría decirse que incluso perversamente económico en la acción.

En los últimos dos años, la grave recesión de 2009, que comenzó en los EE.UU. y que se extendió por toda Europa, ha puesto en peligro las finanzas de un país europeo tras otro. Como resultado, Portugal, Irlanda, España e Italia se encuentran bajo la presión de la UE de recortar el gasto público y aumentar los impuestos para reducir su déficit si quieren ser candidatos a potencial un rescate. Todos lo han hecho. Irlanda y Portugal han reducido drásticamente el gasto y todavía tienen que recortar decenas de miles de millones de euros para ayudar a cumplir las obligaciones financieras que, por supuesto, hizo Grecia. El Banco Central Europeo compró bonos de Italia y España. El gobierno conservador de Gran Bretaña lideró los despiadados recortes en 2010. Francia ha aprobado su propio paquete de austeridad, e incluso Alemania, el supuesto líder económico de Europa, tiene previsto reducir su déficit en un récord de 80.000 millones de euros en 2014.

Los defensores de la austeridad dicen que las naciones tienen que tomar el control de sus finanzas estando convencidos de que así las tasas de interés no subirán y que el crecimiento se reanudará. Su razonamiento ha sido vapuleado por los mercados financieros, que impulsaron al alza las tasas de la deuda griega y pronto después las de otros países como Portugal, España e Italia.

Esto es una economía pre-Gran Depresión. ¿Cómo pudo la UE haber entendido tan mal y haber tratado con tanto desprecio las enseñanzas de John Maynard Keynes, quien argumentó que durante las recesiones, los gobiernos deben expandir las economías a través del gasto y los recortes de impuestos y no al revés? Comenta Madrick.

En la práctica, los recortes presupuestarios a gran escala o el aumento de los impuestos, como Keynes demostró, reduce la demanda de bienes y servicios en el momento en el que es necesario un aumento. Unas titubeantes ventas socavarán la confianza de las empresas que no podrá recuperarse con una consolidación fiscal. Ignorando estos hechos, los responsables políticos europeos no resolverán la profunda crisis financiera y millones de personas sufrirán innecesariamente.

De hecho, la economía de austeridad no ha funcionado en Europa en ningún caso en los últimos dos años. Cuando el gobierno de David Cameron impuso una primera ronda de duros recortes de gastos en 2010, fracasó totalmente en reactivar la economía británica tal como había prometido. Por el contrario, es probable que cercene la incipiente recuperación que estaba experimentando el Reino Unido. El desempleo y el déficit como porcentaje del PIB se mantuvieron altos. “Algunos observadores pro-conservador que conocí en ese momento me aseguraron que el equipo de Cameron, dirigido por George Osborne, el Ministro de Hacienda, fue pragmático y que cambiarían de rumbo en su política de austeridad, si no estaba funcionando”, apunta Madrick. Sin embargo, cuando el crecimiento entró en punto muerto a finales de 2011, el equipo de Cameron sólo duplicó sus esfuerzos hacia la austeridad. Necesitamos más de la misma medicina, les dijeron a sus ciudadanos, una cifra récord de los cuales están desempleados. Gran Bretaña está a un pelo de volver a la recesión sólo dos años después de la última.

“En noviembre, por su parte, los españoles votaron una salida del gobierno socialista, en parte porque su programa de austeridad no funcionó el año pasado”, comenta Madrick. Los socialistas habían presidido anteriormente un boom y hasta construyó superávit presupuestario. Pero entonces vino la crisis de la vivienda y financiera y la banca privada española sufrió una debacle. En respuesta, en 2010 se invirtió bruscamente la política anterior de estímulo, se recortó el gasto, y se aumentaron los impuestos para totalizar una suma cercana al 5% del PIB. La deuda pública todavía no es muy alta en España y las tasas de interés no han aumentado tanto como en Italia. Pero el crecimiento económico se estancó después de que estas medidas se llevaran a cabo, debido a que la reducción del gasto público debilitó la demanda de bienes y servicios, así de simple. Con la tasa oficial de desempleo de España ya en un 21,5%, los socialistas perdieron las elecciones, paradójicamente, empujando a los votantes a elegir a un liderazgo conservador que aboga por una mayor austeridad. En España, la recesión es ya inevitable.

Y luego está Irlanda. La experiencia reciente de este país otrora pujante debe ser profundamente embarazosa para los que abogan por la economía de austeridad. Durante los primeros seis meses del año pasado, sus ingresos nacionales comenzaron a crecer de nuevo después de un par de años de caída dramática tras sufrir su propia crisis financiera. Irlanda garantizó toda la deuda de sus agresivos bancos para apaciguar a los inversores y luego pagaron por ello reduciendo drásticamente el gasto social. Los líderes irlandeses, dijeron con autoridad casi religiosa que este doloroso acto de auto-disciplina era necesario para reconducir la economía, y los funcionarios en Irlanda y en Europa aclamaron el breve rebote del país en 2011 como prueba de que las medidas funcionaban. Pero entonces, la economía irlandesa cayó en el tercer trimestre de 2011 a su ritmo más rápido nunca visto. El repunte de la economía resultó sólo temporal presionado por las restricciones propias de la economía de austeridad. Es posible que tenga que necesitar otro rescate.

lacartadelabolsa

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