lunes, 16 de enero de 2012

Calificaciones de la deuda y deuda por las calificaciones

Veamos. Recalificaciones, denuestos, maldiciones. Consideremos.

1 – Las economías de los países que les han bajado el número de Aes era tan buena o tan cochambrosa el Viernes 13 por la mañana como el mismo día por la tarde.

2 – Si era cierto antes de la nueva revisión que había que meter en vereda a las agencias de calificación con más razón hay que meterlas después.

3 – Los mercados descuentan las recalificaciones a la baja antes que las agencias califiquen, y los precios de la deuda suben o bajan según decisión.

4 – Los déficits son pecado mortal porque de seguir así quienes deben no tendrán suficiente pasta para devolver lo que deben, pero para reducirlos hay que crecer ya que recortar no es suficiente; pero el crecimiento es el que es, ya no se puede crecer lo que se quiera porque los recursos son limitados, y porque el endeudamiento ya no puede aumentar más, pero si no se crece la calificación baja más debido a que los déficits no decrecerán.

5 – Y a la vez se debe la tira.

Consideremos. Si no se mete todo en el mismo saco no se sale porque ya no es imposible abordar las cosas por separado; luego:

a) Especulando ya no se puede ganar pasta porque todos los problemas están relacionados con todos y ya hay problemas que son irresolubles.

b) Hay deuda que no se puede pagar y hay gente que no puede pagar lo que debe.

c) Hay gente que no va a crecer, nada, y otra gente va a decrecer.

d) Gente: compañías, entidades financieras, personas, Estados, gobiernos regionales, municipios. Crecer: generar PIB. Deuda que no se puede pagar: impagados, coberturas.

e) Ya ha llegado el momento de realizar quitas: a la gente, y asumir que se va a crecer mucho menos, o nada, y adaptar las cosas a esa situación: y las mentes.

España, tal y como lo pinta S&P ya está condenada:

- Tiene que reducir el déficit para ganar confianza en los mercados, y para ello debe reducir gasto público y aumentar contribuciones fiscales, lo que deprimirá las posibilidades de crecimiento lo que incidirá negativamente en los ingresos públicos.

- El consumo público no va a aumentar porque el déficit debe ser reducido, el privado tampoco porque la renta media no va a aumentar como tampoco va a hacerlo una capacidad de endeudamiento que ya se halla agotada, máxime cuando el desempleo tiende a crecer o a cambiarse por un creciente subempleo y, en cualquier caso, la evolución de la situación tiende a enquistar un desempleo estructural en aumento.

- Las reformas laborales de las que se están hablando buscan reducir costes laborales a fin de que, vía exportación las empresas puedan aportar algo de crecimiento, pero en el escenario depresivo actual las exportaciones de todas las economías tienden a retraerse: ya se están retrayendo; también busca reducir gasto público vía un menor pago de subsidios forzando un subempleo inevitable; pero ello llevará a una mayor caída en los ingresos públicos máxime si las cuotas empresariales a la Seguridad Social se reducen y no son compensadas con otros ingresos. Pero ninguna reforma laboral de la que se habla afronta la única verdad cierta: que cada vez hace falta menos factor trabajo para producir la cantidad de PIB que en cada momento sea necesaria, en España y en todas partes, pero más aquí por el especial modelo productivo español.

- Las entidades financieras del reino han absorbido el 30% de los 0,5 B que a finales de Diciembre el BCE prestó a la banca europea: algo pasa en las entidades financieras españolas si piden prestado el triple del peso que representa la economía española en Europa.

- Si España no reduce su déficit y si, además, no crece, las agencias rebajarán más su calificación y los mercados la castigarán más, forzando al Gobierno a tomar medidas crecientemente más duras para reducir el déficit y medidas cada vez más imaginativas -¿o imaginarias?- para conseguir un crecimiento imposible, cosas ambas que España no conseguirá.

España, como tal, como conjunto, como bloque, como país, como unidad, está condenada, al igual que ya lo están otras economías y del mismo modo que lo irán estando otras más.

Esto es una crisis sistémica versión 2010.

(Por cierto, y por si alguien se lo pregunta. La razón por la que S&P (de momento) ha rebajado la calificación a todos esos países a pesar del préstamo -casi regalado- de 0,5 B, pienso que es precisamente esa: ¡cómo deben estar las entidades financieras de cargadas de deuda de esos países para que éstos necesiten que esas mismas entidades financieras les sigan comprando deuda! (a lo que hay que añadir los propios problemas de las entidades financieras, ya)).

(Más por ciertos. Las oposiciones políticas a M. Sarkozy pueden decir lo que quieran, pero pienso que con cualquier otra/o presidenta/o del color político que hubiese sido, la República Francesa hubiese perdido las tres Aes, ¿por qué?, pues porque la calidad de la economía francesa no es de tres Aes, la de nadie hoy lo es, lo que sucede es que las cosas se hacen cuando es procedente hacerlas).

(Más aún: los cadáveres de los armarios: “Es algo que viene de atrás”: el Sr. Ministro de Hacienda del Reino de España en Málaga el 14 de los corrientes refiriéndose a la rebaja de la calificación de la deuda española por la agencia S&P. Es cierto: eso viene de atrás, pero, entonces, el megafollón que se ha liado con el ladrillo, ¿también viene de atrás, no?. Es lo que sucede con los armarios: en todos hay cadáveres).

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull

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