¿Y si se hubiese encontrado la forma de convertir el contrato indefinido en ‘temporal’. (Sugerencia: antes de seguir lean el texto del link, y miren detenidamente los gráficos que le acompañan )
Desde la noche de los tiempos para obtener algo, lo que sea, hacía
falta incorporar factor trabajo, fuese esclavo, servil o asalariado, y
siempre en una proporción semejante al valor del bien o servicio
producido; con la energía sucedía algo semejante. La Revolución
Industrial cambio eso al incorporar una tecnología que era capaz de
obtener una cantidad de valor proporcionalmente mayor a la cantidad de
trabajo y energía introducida. Eso sucedió a principios del siglo XIX,
imaginen en que punto estaremos hoy tras más de 200 años de evolución
tecnológica.
Pues estamos en un punto en el que cada vez se precisa menos factor trabajo; en un punto en que el factor trabajo que se necesita puede estar en cualquier parte; en un punto en el que la oferta de trabajo es muy superior a la demanda lo que ha llevado a que casi todo el factor trabajo tenga un precio menor, es decir, un salario menor; en un punto en el que las condiciones de contratación y de trabajo pueden empeorar porque si quien desempeña esas tareas se niega la cola de candidatos que tiene detrás esperando a ser contratados llega a la puerta.
Pues estamos en un punto en el que cada vez se precisa menos factor trabajo; en un punto en que el factor trabajo que se necesita puede estar en cualquier parte; en un punto en el que la oferta de trabajo es muy superior a la demanda lo que ha llevado a que casi todo el factor trabajo tenga un precio menor, es decir, un salario menor; en un punto en el que las condiciones de contratación y de trabajo pueden empeorar porque si quien desempeña esas tareas se niega la cola de candidatos que tiene detrás esperando a ser contratados llega a la puerta.
Quienes no aceptan / no quieren aceptar / no conviene aceptar esta
perspectiva argumentan: 1) que se destruyen puestos de trabajo de baja
cualificación y se crean de alta, y 2) que se diseñan nuevas actividades
que demandan más trabajo. No voy a hablar sobre ello porque ya hemos
comentado mucho sobre 1) y 2); Rifkin lo explica muy bien en ‘El fin del
trabajo’; y la realidad no cesa de desmentirlo: el subempleo se dispara
en todas las actividades y en todas las economías –y en bastantes el
desempleo– y los salarios medios o se estancan o decrecen.
Situado el sistema –no el modelo, todos los modelos vigentes desde
1815 han ido por ahí– en esa situación: tendencia al ahorro de factor
trabajo, y con la tecnología avanzando convenientemente a fin de
conseguir muchas cosas y entre ellas lograr tal ahorro, el paso
siguiente fue construir un entramado jurídico-legal que posibilitase
dicho ahorro, primero, y la utilización ‘a medida’ del trabajo que se
fuese necesitando.
Eso ha sucedido, está sucediendo, en todas partes; el punto de inicio
fue la destrucción del movimiento sindical por Margaret Thatcher en
1984. En España las dos últimas reformas laborales del 2010 y 2012 han
ido afinando el mercado de trabajo; pienso que habrá más reformas. ¿Por
qué?.
El sistema, gracias a la tecnología, ha llegado a un punto en el que
prácticamente todo puede ser a medida y bajo pedido, lo que se conoce
como customización. Eso supone flexibilidad total, es decir, tener para
utilizar lo que se necesita, en la cantidad que se necesita, cuando se
necesita y donde se necesita. Usar, no tener, es decir disponer sin
necesidad de acumularlo en propiedad. Con el factor trabajo ya está
sucediendo lo mismo.
Es decir, cada vez se precisa menos factor trabajo, y el que se
precisa en la cantidad que se necesita, cuando se necesita y donde se
necesita; y, evidentemente, al coste menor posible, a lo que ayuda la
enorme oferta –mundial– de trabajo existente. ¿Qué tendencia puede
esperarse en el mundo del trabajo? Muchísima ocupación temporal, a
tiempo parcial y autónoma, encuadrada en esa figura tan difusa del ‘por
obra y servicio’ (que perfectamente recoge el a tiempo completo: un
contrato puede ser temporal y a tiempo completo); escasos contratos
indefinidos cada vez más perecidos a los temporales por lo fácil y
barato que es hoy prescindir de ellos; y con en proporción menores
remuneraciones por las estructuras de la oferta y la demanda de trabajo.
En resumen: sobra factor trabajo y más va a sobrar, por lo que su
precio y condiciones apuntan a la baja.
Ya: ¿cómo se arregla algo así? Si por arreglar se entiende volver a
un mercado de trabajo como el europeo de los años 60, la respuesta es
que no hay arreglo posible. Si por arreglar se entiende que aumente
significativamente la tasa de ocupación, mejoren apreciablemente los
salarios y se consiga una estabilidad real en el empleo, pienso que la
única vía es que la población activa disminuya en una proporción
equivalente a como avance la tecnología y a como evolucione la
productividad. Si no … Y no: no es ‘debido a la crisis’ el que exista
tal tendencia, la crisis es una de las razones de la tendencia, con la
crisis evoluciona más y más rápidamente.
Sugerencia: vuelvan a leer el texto del link.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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