El mercado de valores ha recobrado impulso después de la importante caída de octubre y los principales índices europeos y estadounidenses se encuentran cerca o en máximos históricos/multianuales. Y la historia sugiere que la situación podría incluso mejorar. En las 20 ocasiones en las que el S&P 500 se ha apuntado ganancias moderadas (entre el 0 y el 15 por ciento) desde principios de año hasta Acción de Gracias (cuarto jueves de noviembre), el S&P ha extendido las subidas en 18 de esas 20 veces, de acuerdo con Jason Goepfert de SentimenTrader. También señala que "cuando cae, por lo general los descensos son muy pequeños, así que cuando nos fijamos en el binomio riesgo/recompensa según la época del año, estamos en un territorio muy, muy positivo."
Curiosamente, si nos fijamos en los años en los que el S&P ha subido un 10 por ciento o más, los resultados son algo más variados. Desde 1950, en los 28 años en los que el S&P subió un 10 por ciento o más desde principios de año a Acción de Gracias, el 68 por ciento de los años fueron positivos, con esos 28 años dando una rentabilidad media del 2,4 por ciento entre Acción de Gracias y Año Nuevo.
"De hecho, hubo una correlación negativa entre la rentabilidad antes y después de Acción de Gracias, lo que sugiere que la presión compradora de principios de año se había agotado tras la festividad", escribió a CNBC.
Parece que los gestores que han tenido un mal resultado antes de Acción de Gracias quieren tomar importantes posiciones alcistas de cara a final de año en un intento de recuperar el retraso del mercado durante la mayor parte del año.
Sin embargo, eso parece ser un argumento a favor de ganancias proporcionales previas y posteriores a Acción de Gracias. El hecho de que un buen comportamiento antes de Acción de Gracias sugiera una rentabilidad más moderada hasta Año Nuevo, parece sugerir que está pasando algo más.
Una explicación es que cuando las acciones han subido considerablemente, superar a un índice de referencia como el S&P se vuelve algo menos importante. Dado que pocos clientes consiguen una rentabilidad anual del 15 por ciento en cualquier entorno de mercado, aferrarse a las ganancias existentes se vuelve más importante que conseguir más rentabilidad.
Si los gestores de carteras tienen grandes rentabilidad hasta diciembre, ¿por qué estropearlo al final del año? La mentalidad reinante es no perder lo conseguido.
Pero detrás del rally de fin de año hay algo más que el perseguir rentabilidades. Las corporaciones y los analistas e inversores de Wall Street tienden a moverse desde el optimismo al pesimismo, y de vuelta al optimismo en un patrón anual casi predecible.
"Las previsiones son optimistas cuando se entra en un nuevo año", señala el estratega jefe de acciones de Canaccord Genuity Tony Dwyer. De hecho, los analistas y estrategas tienden a iniciar el año positivos, y luego "a mitad del año te das cuenta, vaya, maldita sea, mis números son demasiado altos". Entonces, en el momento en que llegue a octubre, noviembre, diciembre, empiezas a pensar, vaya, el año que viene parece que será un año bastante bueno".
Lo mismo es cierto en el lado empresarial. Las empresas siempre quieren creer que lo van a hacer mejor el próximo año.
Entonces, ¿podemos aprovecharnos de estos comportamientos de cara a fin de año?
"Los inversores deben tomar todo esto con un punto de escepticismo", dijo Michael Chadwick, presidente de Connecticut Farmington.
A diferencia de Dwyer, que ha sido siempre (y correctamente) alcista, Chadwick está extremadamente preocupado por las valoraciones del mercado. Eso le da un motivo para no tratar de tomar ventaja de las anomalías del mercado como el llamado rally de fin de año.
"La inversión siempre es acerca de lo que pagó por el activo, y en este momento se trata de un juego muy peligroso de jugar. Estamos en una gran burbuja en este momento, así que es difícil que estas 'reglas de oro' puedan dar resultados".
Fuentes: CNBC
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