Recientemente he recibido un mail de un lector, desde Argentina. Decía:
“Aquí le dejo un link: http://www.clarin.com/sociedad/vez-abuelos-trabajar-necesidad_0_1195680438.html
El año pasado a mi madre la tuvieron que operar de la cadera, estuvo 6 meses postrada . Tuvimos que hacer una demanda judicial para que la atendieran. La obra social (sistema de salud semi-privado) a la que pertenece dio muchísimas vueltas.
El caso es que para poder bañarla y atender sus necesidades, contratamos a una señora (en negro) hacerlo de forma legal aumentaba los costos considerablemente.
Esta señora paso a visitar a mi madre ayer por la tarde y le comentaba que en la nueva casa donde trabaja (con cama adentro) es de una familia que tiene 2 hijos pequeños y las tareas empiezan a las 7 de la mañana y terminan bien entrada la tarde noche.
Desconozco las tareas específicas que tiene que desarrollar, pero lo que si se es que esta persona tiene 64 años, no tiene piso en propiedad y físicamente se la ve más consumida....
En pocas palabras le pidió trabajo a mi madre aunque sea por unas horas semanales, ya que tiene pensado irse a vivir a una hostal con la jubilación que le salió.
Historias de vida que imagino se van ver más seguido en esta (parafraseándolo) "nueva normalidad"”.
Mi respuesta fue:
“Ya me han comentado cosas parecidas, y de países como USA: personas que se están ‘desjubilando’ porque con las pensiones y rendimientos que perciben les es imposible vivir (existir, más bien).
Pienso que el esquema al que hemos asistido: una persona que trabaja y cotiza y percibe una pensión en muchos casos bastante suficiente, se está acabando. Se dirá que es por una cuestión ideológica, pero pienso que el motivo es más simple: es un esquema no sostenible: no hay pleno empleo, ni la esperanza de vida son 65 años, ni el factor trabajo no es remotamente lo masivamente necesario que era en 1950, luego … En Francia, en los 90, a alguien se le ocurrió que los robots cotizasen a la Seguridad Social por el número de personas a las que sustituían, evidentemente la idea no prosperó”.
Pues eso.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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