Hace unas semanas recibí un mail.
“No soy economista, pero ayer tuve un pensamiento...... el hecho de que la Reserva Federal meta cada mes 100.000.000 de dólares en Wall Stret y que esta bolsa de New York sea la que domine o influencie todas las demás bolsas de mundo, quiere decir que para intentar ganar mucho dinero ya no hay que romperse la cabeza en crear una empresa y que tenga un cierto número de trabajadores para hacer un producto para después venderlo y sacarle un beneficio, sino que lo que se tiene que hacer es estar al loro de esos 100 mil millones de dólares que entran cada mes para intentar llevarme un pellizco.
Alguien podría decirme, pero es que eso es papel que viene de la nada – si – pero a ningún rico o de clase media del mundo le interesa que sus dólares no valgan nada, con lo cual EEUU puede por tiempo indefinido fabricar esos papeles para aguantar a sus conciudadanos. Y ahí es donde entra mi pensamiento: para eso no hace falta el trabajo, no hace falta empresas, con este sistema el mundo se va abajo....... un ejemplo. Lo he leido hoy en un blog:
Coca-Cola produce más que nunca y tiene más beneficios que nunca, millones de euros por operario, pero le da igual irse a cualquier sitio, en Marruecos o Polonia tiene los 500 operarios con cursillo, que darán 12 horas diarias por 100 euros, es lo que hay. . . nuestra vida va a cambiar, y cada vez más billonarios”.
Mi respuesta fue:
“Cada vez más billonarios, no. Cada vez menos billonarios pero con más billones: recuerde la Depresión.
Tiene Ud. razón: a nadie le interesa que sus dólares valgan cada vez menos. Pero si yo tengo commodoties (que son escasas) y Ud. tiene dólares, las normas las marco yo. Eso sucedió en Cuba tras la marcha de la URSS: el dinero dejó de valer y fueron las cosas las que pasaron a valer: me lo contó alguien que lo presenció: una persona quiso comprar una gallina a un campesino, le ofrecía pesos; y el campesino le dijo: ‘¿Pesos? ¿Para qué quiero pesos? ¿Quieres la gallina?, pues dame diez cajetillas de cigarrillos, o gasolina’. El dinero vale lo que se quiere que valga, pero todo el mundo ha de estar de acuerdo en eso; si los que tienen las gallinas no lo están …”.
USA ha conseguido que durante décadas el resto del mundo le comprase toda la deuda que necesitaba emitir y que le aceptasen todos los dólares que quería imprimir, dólares con los que pagaba y paga los intereses de su deuda, y dólares en los que cotizan las commodities. Un tinglado así funciona mientras nadie se pregunta si las cosas valen realmente lo que se dice que valen y se está aceptando que valen lo que conviene que valgan, cuando alguien se lo pregunta … Recuerden lo que sucedió en los Países Bajos con los tulipanes.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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