"La intensificación de la crisis financiera en el cuarto trimestre de
2011 tuvo un impacto considerable, en su momento, en la financiación
bancaria, con un riesgo incipiente de desapalancamiento desordenado y,
por consiguiente, afectó negativamente a la capacidad de las entidades
de crédito para sostener la economía real. Dos factores corroboran la
validez de esta afirmación, a saber, la especial debilidad de los flujos
de dinero en sentido amplio y de crédito al sector privado en el cuarto
trimestre (aunque las cifras de diciembre también reflejaron, en gran
medida, la influencia de algunos factores especiales, incluidas las
operaciones del último día del año) y los resultados de la encuesta
sobre préstamos bancarios en la zona del euro correspondiente al cuarto
trimestre de 2011, que indicaban tanto un endurecimiento de los
criterios de aprobación del crédito como una caída de la demanda de
crédito. Si bien el débil crecimiento de los agregados monetarios y
crediticios podría reflejar, en parte, una corrección del exceso de
liquidez y de la excesiva oferta de crédito en el pasado, la celeridad
del ajuste observada en el cuarto trimestres de 2011 fue motivo de
preocupación..."
Así comienza un breve análisis reciente del BCE sobre los factores que
afecta a los préstamos al sector privado. La conclusión (o conclusiones)
es clara: la situación del sector financiero volvió a ser límite a
finales del año pasado como lo fue en su momentos en el mismo periodo de
tres años atrás. En aquel momento, en la banca Norteamérica. De forma
más reciente, la europea. La respuesta desde el ECB fue contundente:
LTRO, recorte de tipos de interés y del coeficiente de caja y
flexibilidad en la inyección de liquidez a través de los colaterales.
En el cuadro anterior vemos el resultado. En estos momentos más de 1.1
tr. EUR en operaciones a medio plazo, 40 bn. en operaciones a corto.
Aunque, de hecho, la inyección neta ha sido de 361.6 bn.
El ECB considera que la demanda de crédito (más que la oferta) seguirá
limitada en el futuro próximo. Y considera que el LTRO ha conseguido su
objetivo de poner un límite a la restricción de préstamos de la banca.
En este otro cuadro vemos la posición de la banca española con respecto
a la dependencia de financiación desde el ECB. Hoy hemos conocido que
ha alcanzado niveles de 315 bn. en el caso de las operaciones de medio
plazo, doblando hasta marzo la cifra acumulada hasta el mes anterior. En
términos netos (considerando los depósitos a día), hablaríamos de 227
bn. En definitiva, más del 60 % de la inyección neta de fondos del ECB y
el 30 % de la inyección bruta de fondos del LTRO.
Una aclaración importante sobre los porcentajes para las
entidades financieras españolas, en términos de financiación neta y
bruta: Es cierto que el 62.9 % en el caso de la neta puede resultar
elevado, pero lo cierto es que no es representativo.
Me explico: la cifra neta de préstamos desde el ECB esconde una elevada
dispersión de préstamos netos con países en algunos casos en positivo y
en otros en negativo. Puede ocurrir que los préstamos netos a la banca
de un país supere incluso el 100 %. En el caso de la banca italiana
supera el 70 % sobre la cifra de préstamos netos del ECB, cuando la de
Alemania es prestador neto.
En el caso de la banca española, si el cálculo de su dependencia neta
de fondos se compara con la dependencia neta total de las entidades que
requieren liquidez, el porcentaje se reduce a menos del 30 % más
coherente con la cifra bruta.
José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España
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