Mmmmmmmmmm. Veamos
Causa objetiva de despido: caída en los ingresos durante nueve meses … ¿Se realizará una inspección fiscal a la empresa que aduzca esta norma?; ya saben: ‘Denme un balance y una cuenta de explotación y moveré el mundo’, aunque siguiendo en la línea ya apuntada …: ‘Mejor es una empresa que defrauda y despide si pervive y mantiene algo de empleo que otra empresa pura y casta que cierre’; ¿será así?.
¿Lo del año de contrato de prueba (de momento en empresas de menos de 50 trabajadores, de momento)?, pues no sé. ¿No tienen ya las empresas a los ‘becarios’?, ¿qué pasará con ellos?; ¿no pasará a ser este contrato uno temporal de clase II?. ¿Y lo de utilizar desempleados para tareas comunitarias?, ¿no implica disminuir la oferta de puestos de trabajo remunerado?. Y, en fin, lo de reducir los salarios ‘por encima de lo indicado en convenio’ por razones de competitividad o por previsión de menores ingresos o de pérdidas, pues, ya saben, el ‘Yo, ¡por menos!’. (¿Llegarán a subastarse empleos como en las lonjas de pescado?: a la baja).
¿Mejorar la productividad?, ¡pero si la productividad ya está aumentando en España!: cuanto más crece el paro más crece la productividad. Para hacerlo de la forma sana, como las empresas no mejoren sus procesos organizativos y no inviertan a fin de generar procesos más eficientes … ¿Y, salvo cuatro, para qué lo van a hacer si la salvación de España está en el turismo de-la-calidad-que-sea y en una exportación incierta y limitada de bienes en su mayoría de reducido valor?
¿Negociación?, ¿afán de diálogo?, ¿posibilidad de modificación?. Un poco de sombra de ojos y trazas de rouge en los labios. Quienes contratan saben que la oferta de trabajo es mucho mayor que las necesidades de trabajo de las empresas, los sindicatos saben que la demanda de trabajo es mucho más reducida que la cantidad de trabajadores que ofertan su trabajo, y el Gobierno sabe el significado de lo que le dijeron hace un par de meses desde el piso 137 de la Torre Sears de Chicago y le confirmaron en el despacho 857 A3 del edificio HSBC del Canary Wharf.
Hay un excedente de factor trabajo, existen más trabajadores que puestos de trabajo, y el camino es ahorrar recursos, como el trabajo; a partir de aquí se pueden imaginar: habrán más reformas laborales o, si prefieren, la reforma laboral se intensificará. (El próximo paso: reducir las cuotas empresariales a la Seguridad Social; el siguiente: vincular un porcentaje del salario a los beneficios de la empresa; el de después: limitar y regular las convocatorias de huelga; ¿seguimos?
Lo leyeron aquí: el objetivo de esta-cosa-llamada-reforma-laboral que comenzó con el Ministro Celestino Corbacho, que continuó con el Ministro Valeriano Gómez y que sigue ahora con la Ministra Fátima Báñez, está orientado a reducir costes laborales, es decir, costes; para lo que tal reducción vaya a servir ya lo decidirá cada empresa. Vuelvo a usar el título del cineasta Manuel Gómez Pereira: ‘Por qué le llaman reforma laboral cuando …’. Cada vez se necesita menos factor trabajo por lo que el que se necesita se puede comprar a un precio menor y se le pueden aplicar peores condiciones.
¿Sorprendente?; no, que va. Recuerden lo que dijo M. Sarkozy en el 2007: justo al inicio de la precrisis: que es necesario un nuevo Contrato Social. Todo lo que se está ahora diciendo ya se dijo años atrás. Y recuerden lo que, antes incluso -marcando el camino- manifestó Warren Buffet en el 2004 comentando, irónicamente (pero las consecuencias ahí están) las rebajas fiscales de George Walker Bush “Si América está viviendo una guerra de clases, la mía está claramente ganando”.
¿Protestas?. Se harán: hay que justificar cosas, pero con ellas sólo se obtendrá la sombra de ojos y el rouge ya mencionados, aunque se venderán como logros y necesarias renuncias en pos de la paz social. La Historia nos cuenta lo que sucedió en 1886, por ejemplo, pero hoy estas cosas no están de moda y ya se preocuparán quienes de esas cosas tienen que ocuparse de que los que podrían protestar siempre tengan algo que perder.
Mi sugerencia a sindicatos, trabajadores, y representantes de trabajadores: no pierdan ni un segundo, ni uno solo, protestando contra este reforma: no van a conseguir nada significativo: lo que se ha decidido viene de arriba; utilicen todas sus fuerzas en exigir la persecución del fraude fiscal a sangre y fuego -65 mM anuales, aprox.-, en exigir la búsqueda de los fondos negros fugados al exterior -80 mM, muy aprox.-, y en exigir al Gobierno que promueva en la Comisión Europea y en el G-20 la elaboración de una legislación fiscal internacional que persiga a muerte el fraude y el blanqueo. Empezando por lo primero, claro: está en casa.
(Y aún quedará algo pendiente: decir, explicar a la ciudadanía que esto: la Reforma Laboral, es lo que más conviene a su salud … laboral).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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